martes, febrero 03, 2009

Comentario sobre Misiòn Integral





Por Juan Carlos Càrcamo


La Misión de la iglesia siempre será un tema de debate, especialmente en Latinoamérica o en las regiones donde se reflejan condiciones de vida tan difíciles, como las de las comunidades donde trabajamos como Organización. El debate siempre será ¿que haría Dios?, hace unos años esa frase cobró cierta notoriedad en inglés: What would Jesus do? ; es decir si Cristo estuviera entre nosotros ¿Qué haría? ¿Dónde estaría? ¿Con quienes caminaría?, estaría en nuestros templos? o huiría de ellos. Por supuesto, esto puede volverse un análisis que va seguido de un sentimiento de incomodidad; es decir, hemos sido educados con un enfoque teológico, que no siempre es el más bíblico, y el solo hecho de hacer esa distinción ya es objeto de algún nivel de renuncia a ciertos preceptos que hemos venido aceptando a lo largo de nuestra vida cristiana sin siquiera ponerlos en duda. El mensaje teológico no siempre es el mensaje bíblico.

Por ejemplo, Jesús se enfrenta a la religiosidad de su época lanzando las ventas de oráculos y objetos que estaban en las afueras del templo, afirma que la casa de Dios la han hecho cueva de ladrones, es decir, toda la liturgia iba acompañada de una serie de simbolismos que por cierto implicaban algún costo. El mismo Jesús al ser presentado en el templo fue ofrecido con apenas dos palominos; es decir la ofrenda más sencilla señalada en la ley judía para los más pobres; de ahí que el simbolismo del pesebre debe mover nuestra atención, ya que no es casualidad que el Rey decida vestirse de pobreza y compartir las necesidades de sus semejantes.

El Antiguo Testamento, nos presenta ya al Dios de justicia, no al Dios de los reyes sino al Dios de los profetas, por favor es importante notar como posterior a la tradición Davídica, que tiene un corte en Salomón y que se desdibuja hacia Roboam; la figura sobresaliente como voz de Dios son los profetas; ese profetismo expresado en gente como Amós nos explica como Dios es un Dios de Justicia. Es más, conforme a la lengua hebrea, Dios es justo, es decir, los conceptos abstractos no existen en el hebreo, sino más bien los concretos, sabemos de la Justicia porque Dios se nos presenta como Justo. En Míqueas 6:8 se nos habla de lo que es bueno y lo que pide Dios del hombre y se subraya que es hacer justicia, misericordia y ser humilde ante El. En Isaías, el profeta cuestiona el ayuno a Dios cuando va acompañado de la injusticia, y el profeta señala en nombre de Dios: no me gozaré en vuestros ayunos.

Jesús siendo advertido por algunos fariseos sobre que este monarca quería apresarlo para matarlo, Jesús con toda autoridad exclama: Díganle a esa Zorra, en referencia al Rey, de ahí la actitud profética de Jesús. Un Mesías que no se asocia con el poder público para obtener componendas, que decide asumir el evangelio de la manera más radical.

Entonces, creo que las formas teológicas como la Teología de la Liberación, son solo eso: formas de entender el mensaje de Jesús, de la misma manera la teología de la misión integral, en tanto tienen su base en la vida, el ministerio de Jesús, en sus enseñanzas y en la esperanza escatológica de su Reino, tienen algún nivel de verdad, ningún teólogo, ni sistema teológico logrará alguna vez la verdad absoluta, debemos ser muy sinceros en cuanto a nuestras expectativas al respecto.

Existen otros sistemas teológicos, el dispensacionalismo, la teología de la prosperidad, el movimiento carismático, e incluso hasta la nueva era que han pasado mayormente inadvertidas porque han gozado del visto bueno de los sectores más tradicionales de la iglesia y en ese sentido se ha dado cierto espacio de difusión por lo cual casi se han posicionado con cierto auge y cierta legitimidad a partir de que no han recibido ningún nivel de crítica por parte de los sectores más tradicionales de la iglesia.

Esto tiene explicaciones en nuestra historia reciente, desde la guerra fría que se instaló durante varias décadas del siglo pasado en todo el mundo y dividió a la humanidad en países alineados y no alineados y que se expresó en todos los ámbitos de la vida aún en la fe. La lucha por las libertades político económicas en algunos sectores se asocia a una lucha de fe. Hasta concepciones más criollas que tuvieron sus propias y hasta legitimas razones de divorcio; por ejemplo, el enfrentamiento entre la visión criolla y la liberal durante la colonia en Latinoamérica que creó una ruptura profunda entre el catolicismo latinoamericano y el naciendo pensamiento evangélico de aquellos días que a través de los años se ha vuelto irreconciliable. Favor consultar el libro de Arturo Piedra: La iglesia Cristiana en Latinoamérica para profundizar en algunos de estos detalles.

De este proceso, se ha heredado algunos temas irreconciliables, el ecumenismo el compromiso o acción social, la integralidad del ser, la integralidad de la misión, entre otros.

Creo que todos los sistemas teológicos deben ser revisados con responsabilidad. Desde los que nacieron con el movimiento misionero latinoamericano y los primeros misioneros norteamericanos y europeos que llegaron a establecer los primeros esfuerzos misioneros en nuestras tierras. Por una parte, debemos reconocer que los modelos con que nació el movimiento evangélico en Latinoamérica, retomó no solo la fe de los misioneros sino además su cultura y su cosmovisión. De ahí que los modelos pastorales aún están impregnados de cierto componente cultural heredado de los primeros misioneros; de ahí que la doctrina y los principios eclesiales difícilmente logran escapar a ciertos aspectos de mera costumbre, aplaudir o no en el culto, los ritmos y la vestimenta de los líderes, pastores y expositores, entre otros.

El aporte quizá más significativo de la Teología de la Liberación ha sido darle a la misión de la iglesia cristiana un rostro latinoamericano, ver a Dios no como caucásico, sino reivindicar a un Dios con un fuerte compromiso con la identidad de sus pueblos y mostrarlo a partir de la Biblia. Por favor, los teólogos de la liberación en Latinoamérica han dado valiosos aportes en la promoción de la lectura de la Biblia como es el caso de los biblistas populares (BIPO). Los teólogos de la Misión Integral, tuvieron una visión bastante similar pero con un énfasis mayor hacia el pensamiento evangélico; es decir, en la tradición teológica evangélica heredada de la teología norteamericana y europea.

De manera que debemos evaluar con seriedad, los aportes de todos estos sistemas teológicos a fin de hacer valoraciones objetivas de cada uno. Incluso de los que han hasta ahora han gozado del visto bueno de la iglesia en su forma más tradicional. Conviene hacer una lectura de estos sistemas teológicos a la luz de dos grandes corrientes: 1. La Biblia, es decir, existe una interpretación coherente del texto bíblico 2. La historia, cual ha sido el papel de estos sistemas en algunos momentos claves de nuestra historia reciente, que expresiones sociales han favorecido, hacia donde han inclinado su retórica, entre otras reflexiones.

En este momento, existen muchos temas pendientes para la iglesia, por ejemplo, el desarrollo sostenible, la transformación social, política y económica de nuestras sociedades, la vida plena del ser humano. No olvidemos que Israel era un modelo de pueblo no solo en cuanto a los aspectos doctrinales sino además, por el proyecto político, social, económico y espiritual que estaba basado en la idea del Reino de Dios. Ese tema nos abre todo un abanico de posibilidades.
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Juan Carlos Càrcamo es el coordinador Nacional de Compromiso Cristiano
World Visiòn EL Salvador
http://www.visionmundial.org.sv/index.php?id=100
usado con permiso

domingo, febrero 01, 2009


Los siguientes cuatro principios te ayudarán a descubrir cómo conocer a Dios personalmente y cómo experimentar la vida abundante que Él prometió.

1. Dios te ama y te creó para conocerlo personalmente y experimentar Su amor.

(Las referencias deberán ser leídas preferentemente en la Biblia, siempre que sea posible.)
Dios ofrece amor“Porque tanto amó Dios al mundo, que dio a su Hijo unigénito, para que todo el que cree en él no se pierda, sino que tenga vida eterna.” (Juan 3:16)
Dios ofrece vida“Y ésta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien tú has enviado.” (Juan 17:3)

¿Qué nos impide conocer a Dios personalmente?

2. El hombre es pecador y está separado de Dios, por lo tanto no puede conocerlo personalmente ni experimentar Su amor.

El hombre es pecador“Todos han pecado y están privados de la gloria de Dios...” (Romanos 3:23)

El hombre fue creado para tener compañerismo con Dios; pero debido a su voluntad terca y egoísta, escogió su propio camino y su relación con Dios se interrumpió. Esta voluntad egoísta, caracterizada por una actitud de rebelión activa o indiferencia pasiva, es evidencia de lo que la Biblia llama pecado.

El hombre está separado de Dios“Porque la paga del pecado es muerte...” [o sea separación espiritual de Dios] (Romanos 6:23)

Dios es santo (libre de toda maldad y perfecto en comportamiento y actitud) y el hombre es pecador (no vive de acuerdo al propósito para el cual fue creado). Un gran abismo los separa.

La imagen muestra como el hombre está tratando continuamente de alcanzar a Dios a través de sus propios esfuerzos, tales como vivir una buena vida, la filosofía o la religión, pero siempre falla en su intento.


El siguiente principio explica la única manera de cruzar este abismo.

3. Jesucristo es la única provisión de Dios para el pecado del hombre. Sólo a través de Él podemos conocer a Dios personalmente y experimentar Su amor.

Él murió en nuestro lugar“Pero Dios demuestra su amor por nosotros en esto: en que cuando todavía éramos pecadores, Cristo murió por nosotros.” (Romanos 5:8)

Él resucitó de entre los muertos“Cristo murió por nuestros pecados…fue sepultado…resucitó al tercer día según las Escrituras…se apareció a Cefas, y luego a los doce. Después se apareció a más de quinientos…” (1 Corintios 15:3-6)

Él es el único camino a Dios“Yo soy el camino, la verdad y la vida,” le contestó Jesús. “Nadie llega al Padre sino por mí.” (Juan 14:6)

Este diagrama ilustra que Dios ha cruzado el abismo que nos separa de Él, al enviar a Su hijo, Jesucristo, a morir en la cruz en nuestro lugar para pagar la condena por nuestros pecados.




no es fuficiente conocer estas verdades

4. Debemos individualmente recibir a Jesucristo como Salvador y Señor; sólo así podremos conocer a Dios y experimentar Su amor.

Debemos recibir a Cristo“Mas a cuantos lo recibieron, a los que creen en su nombre, les dio el derecho de ser hijos de Dios.” (Juan 1:12)

Recibimos a Cristo mediante la fe

Recibimos a Cristo por medio de una invitación personal Cristo dice: “Mira que estoy a la puerta y llamo. Si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré…” (Apocalipsis 3:20)
El recibir a Cristo significa volverse a Dios, abandonando nuestra vida egocéntrica

(arrepentimiento), confiando en Cristo para que venga a nuestra vida y perdone nuestros pecados.

De esa manera podrá hacernos la clase de personas que Él quiere que seamos. Tan sólo estar de acuerdo intelectualmente no es suficiente. Ni es suficiente el tener una experiencia emocional. Se recibe a Cristo por fe, como un acto de nuestra voluntad.



¿Cuál círculo representa tu vida?¿Cuál círculo te gustaría que representara tu vida?

A continuación se explica cómo puedes recibir a Cristo:

Puedes recibir a Cristo ahora mismo por fe, mediante la oración (orar es hablar con Dios).
Dios conoce tu corazón y no tiene tanto interés en tus palabras, sino más bien en la actitud de tu corazón.

La siguiente oración se sugiere como guía:

“Señor Jesús, te quiero conocer personalmente. Gracias por morir en la cruz por mis pecados. Te abro la puerta de mi vida y te recibo como mi Salvador y Señor. Gracias por perdonar mis pecados y darme vida eterna. Toma el control del trono de mi vida. Hazme la clase de persona que Tú quieres que yo sea.”

¿Expresa esta oración el deseo de tu corazón?

Si es así, haz esta oración ahora mismo y Cristo entrará a tu vida tal como lo prometió. A través de Su poder comenzarás a experimentar la clase de paz, control y abundancia que sólo Él puede dar.

Puedes encontrar más recursos gratuitos en los siguientes sitios de Internet. Encontrarás recursos para empezar a crecer en tu nueva relación con Cristo. También encontrarás recursos de ayuda para que compartas esto con tus amigos y familiares.
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http://www.mateo28.com/4leyes.htm#http://www.mateo28.com/4leyes.htm#
Esta es una versión de Las Cuatro Leyes Espirituales, escritas por Bill Bright. Copyright © 1965, 1968, 1996, CRUZADA ESTUDIANTIL PARA CRISTO, Inc. Todos los derechos reservados.

Sacia tu sed real



por Judy Clark

Sacia tu sed real
Saciar nuestra sed verdadera: Cómo las borracheras pueden convertirse en un sustituto de relaciones profundas y satisfactorias con otros.

Un verano en Colorado, un amiga y yo conocimos a unos muchachos desertores que habían dejado la escuela secundaria y que andaban por todos lados bailando y pidiendo dinero. A primera vista, podrías pensar que estaban desperdiciando su vida entera. Pero después de pasar un par de horas con Gabriel, Sean, Matt y Peter, me di cuenta de que ellos estaban viviendo algo que la mayoría de la gente anhela experimentar.

Estos muchachos tenían poco dinero, ropa rota y vieja, no tenían un lugar donde vivir y solo tenían comida suficiente para apenas sobrevivir. Mi amiga y yo los invitamos a cenar. Nos sentamos en una cafetería y los vimos devorar hamburguesas, burritos y malteadas, y escuchamos sus historias. Me di cuenta de que juntos eran una comunidad.

Relaciones sanas y verdaderas: algo que todos deseamos

Ellos se cuidaban uno al otro. Si alguno conseguía algo, lo compartía. Uno de ellos solamente comió la mitad de su comida porque quería compartirla con un compañero que no estaba con nosotros. Hablaban de cuidarse las espaldas mutuamente. Eran como padres unos de los otros. Hablaban de sentirse asustados, de extrañar a sus mamás, de sentirse abandonados y de tener hambre. Ellos vivían de una manera que yo jamás escogería vivir--pero ellos tenían algo que gente educada, limpia y "aceptable" no tiene.

Ellos se tenían uno al otro. Tenían relaciones verdaderas. Estaban conectados.
Esto es lo que todos queremos, deseamos vida real. No queremos ser como el hámster que corre por el laberinto y gira en su rueda todo el día--solo sin llegar a ningún lado. Queremos relacionarnos, queremos conectarnos, queremos ser parte de una comunidad donde las personas se cuiden mutuamente.

Recientemente, mi amiga Rebeca se graduó de la Universidad Vanderbilt. Mientras enfrentaba su entrada al "mundo real" me dijo, "solamente quiero convertirme en Amish". Su comentario no tenía que ver con la religión, pero tenía que ver con la comunidad. Ellos tienen vecinos y familias. Ellos se ayudan unos a otros a construir graneros. Vienen al rescate cuando alguien está en peligro. La vida es simple y lenta, y eres capaz de lidiar con lo que venga porque sabes que no estas solo. Suena bien ¿verdad?.

Creo que estamos hambrientos de relaciones que perduren, que estén llenas de confianza y diversión. Muchos de nosotros crecimos en hogares donde nuestros papás trabajaban hasta tarde en la oficina para poder obtener un aumento y poder comprar un Rolex o un BMW. Con madres tuvieron que trabajar para obtener el dinero adicional. Nuestros padres vivieron bajo el mismo techo pero nada más. Las relaciones se desmoronaron y los índices de divorcio se fueron al cielo.

Cerveza: un sustituto popular de relaciones sanas

Aunque sean capítulos repetidos de Grey's Anatomy, Sex and the City o Friends, nos encanta ver a gente que parece estar conectada. Y desesperadamente deseamos eso para nosotros mismos. Queremos y necesitamos relaciones de calidad, pero siendo honestos, estas relaciones son dolorosas y arriesgadas.
Entonces, ¿qué hacemos? ¿quién me puede hacer sentir mejor? ¿hacia quien puedo correr? ¿Quién puede ayudarme a escapar de un mundo de desconexión--por lo menos por algún tiempo?

Si te acurrucas con un barril de cerveza o acaricias una botella de ron, eres como la mayoría de los estudiantes universitarios. El alcohol te hace sentir relajado y bien. Es accesible y esta ahí siempre que tú lo necesitas. No le importa como te ves. Te hace sentir gracioso, atractivo y aceptado. Y te evita la incomodidad que surge cuando tratas de acercarte a otros.

Esta relación funciona bien por un tiempo, pero cuando despiertas. Es cosa de solo un rato.
"Queremos relacionarnos, queremos conectarnos, queremos ser parte de una comunidad donde las personas se cuidan mutuamente"Probablemente no te sorprende el hecho de que estamos buscando amor en los lugares equivocados. El autor y psicólogo Dr. Henry Cloud afirma, "Todos necesitamos amor durante los primeros años de la vida, si no recibimos este amor, nos quedamos hambrientos por el resto de nuestra vida, esta hambre de amor es tan poderosa que cuando no lo encontramos en nuestras relaciones con otras personas, buscamos en otros lugares, como en la comida, en el trabajo, en la actividad sexual o en gastar dinero...tomar demasiado, o trabajar demasiado"1

Shelly, una estudiante en la Universidad de Alabama, dijo, "Puedo pasar cada noche en los bares con mis amigos cuando estamos borrachos, pero cuando los veo al siguiente día en la universidad, no tenemos nada que decirnos" Shelly tiene relaciones con otros, pero la mejor manera en que ella puede describirlas es como superficiales.

Ben, por otro lado, sale a tomar con sus amigos y el alcohol los desinhibe para hablar de las cosas que realmente son importantes para ellos. Su amistad parece más profunda. Pero Ben dice, "necesito aprender como ser real sin el apoyo del alcohol".

Nuestra sed real es de relaciones saludables

Dr. Cloud continua diciendo, "La gente usualmente es adicta a una sustancia específica, como alcohol, cocaína, la velocidad, trabajo, apuestas, relaciones destructivas, religiosidad, éxito, y materialismo. Estas sustancias y actividades nunca satisfacen , ni tampoco solucionan el problema real. A decir verdad no necesitamos alcohol, drogas o sexo. Podemos vivir muy bien sin estas cosas. Sin embargo, de verdad necesitamos relacionarnos, y no podemos vivir bien sin las relaciones" (énfasis añadido)2

Cuando le preguntamos a los estudiantes por qué toman, la mayoría responden, "porque es divertido". En la superficie, esta es una respuesta aceptable. Pero más allá de la diversión, ¿te has preguntado alguna vez, en primer lugar, por qué tomas? Quizá es un escape temporal al estrés, a la incertidumbre acerca del futuro, o a la presión social.

Cuando tenemos buenas relaciones, no necesitas encontrar tú seguridad en nada más, ya sea el alcohol, el sexo o la comida. Cuando tienes buenas relaciones, estás menos propenso a tratar de llenar el vacío con algo más. Cuando tienes buenas relaciones, algunas de las necesidades más profundas han sido satisfechas.

"Tomar en exceso o comer de más tiene consecuencias, igual que rebelarse contra Dios o ignorarlo"El Dr. Cloud afirma, "crear lazos afectuosos es una de las ideas básicas y fundamentales en la vida y en el universo. Es una necesidad humana básica. Dios nos creó con un hambre de relaciones--hambre de una relación con Él y con nuestros semejantes, en nuestro más profundo interior somos seres sociales. Sin una relación sólida y de confianza, el alma humana estará atascada en problemas emocionales y psicológicos. El almos no puede prosperar sin estar conectada a otros."3

¿Cómo aprendemos a tener relaciones de confianza?
Empieza por ser honesto contigo mismo. ¿es posible que la necesidad de relaciones sea realmente la razón por la que tomas en exceso, o por la que comes demasiado, o muy poco, o abusas del sexo, o eres demasiado perfeccionista?
Si es así, existen mucho libros acerca de cómo construir relaciones con la gente, (incluyendo los del Dr. Cloud). Pero hay una relación clave que ofrece un fundamento genuino para formar relaciones saludables con la gente. El Dr. Cloud habla acerca de nuestra necesidad de estar conectados de una manera significativa a otros y también a Dios. El físico y filósofo francés Blaise Pascal dice que dentro del corazón de cada ser humano existe un vacío en forma de Dios, un vacío que no puede ser llenado con ninguna de las cosas creadas.

¿Podemos tener una relación con el Dios que nos creo? ¿podemos estar conectados con Dios?
No estoy hablando acerca de un Dios que nos da una lista de hacer y no hacer. O de un policía en el cielo listo para atraparnos al cometer la menor infracción. Estoy hablando acerca de una relación Dios que está basada en el amor y verdad, en la libertad y en la paz interior.

Comenzando una relación con Dios

Dios te creó para conocerle. En el fondo de tu ser sabes eso. Pero todos nosotros tenemos espíritus rebeldes que le dicen a Dios, "oye, tu hazlo a tu manera, yo lo haré a la mía, no me molestes a menos que yo te necesite" algunos de nosotros hemos dicho eso. Otros hemos pensado, que si ignoramos por completo "la cosa de Dios" desaparecerá. Algunos de nosotros decimos que queremos una relación con Dios, pero queremos ir a Él con a nuestra manera--tratando de salir ganando. La verdad es que ninguno de nosotros podemos ganar o merecer una relación con un Dios perfecto.

"Cuando tenemos buenas relaciones, no necesitas encontrar tú seguridad en nada más, ya sea el alcohol, el sexo o la comida"Tomar en exceso o comer de más tiene consecuencias, igual que rebelarse contra Dios o ignorarlo. Puede ser que no lo notes pero eventualmente estas consecuencias te van a alcanzar. Dios dice que la consecuencia es separación de Él eternamente. Ahora estás en la universidad, ojalá divirtiéndote, preparándote para tu futuro. Es difícil pensar en términos eternos...pero nunca se sabe. Mi amigo Steve, un chico de 22 años, puede ser que ya no esté con vida para cuando tu estés leyendo esto. El está muriendo porque contrajo VIH a través de sangre infectada. No tiene más remedio que lidiar con la eternidad ahora.

Dios ha provisto la manera en que nosotros podemos conocerle aquí y ahora en la tierra y para siempre. Él hizo esto mandando a Jesús a la tierra, para caminar en nuestros zapatos y vivir perfectamente. Pero eso no es todo. Nosotros merecíamos ser castigados por nuestros pecados, pero Jesús estuvo dispuesto a sacrificarse a sí mismo en la cruz en nuestro favor. Todo lo que tenemos que hacer para conocer a Dios es poner nuestra confianza en el hecho de que Jesús pagó por la basura en nuestras vidas que nos separaba de un Dios perfecto. Puedes aceptar eso y poner tu fe en Él, o puedes escoger rechazarlo. Esa es tu decisión.

Cuando yo oré a Dios, le dije que quería conocerlo y poner mi confianza en la muerte de Jesús por mi. Comencé una relación personal con Él. Ahora estoy conectado al Dios del universo. Cuando nuestra relación es muy cercana, mi vida es diferente. No tengo que andar buscando otra cosa que me haga sentir satisfecho--ya sea dinero, alcohol o éxito. Cuando lo ignoro, empiezo a buscar ese ingrediente que falta.

No sé por lo que estás pasando. No sé cómo los síntomas se manifiestan en tu vida. Quizá es tomar en exceso, sexo o drogas. O ser compulsivo con el ejercicio, o romperte la espalda por sacar notas excelentes para poder sentirte bien contigo mismo. Todos estos son sustitutos para nuestra necesidad real de estar conectados con la gente y con Dios. Todos tenemos ese vacío dentro de nosotros que sólo puede ser llenado con una relación con Dios.

Quizá te gustaría empezar una relación con Dios ahora mismo. Todo lo que tienes que hacer es decírselo. Él conoce el deseo de tu corazón y está mucho más interesado en eso que en tus palabras. Quizá quieras decir algo como esto:

"Dios, quiero conocerte. Quiero estar conectado contigo. He intentado satisfacer mi necesidad de ti con otras cosas y no han funcionado. Perdóname por no venir a ti primero. Gracias porque me amas y quieres que yo te conozca. Acepto que tu has hecho esta relación posible a través de la muerte de Jesús. Confío en ti. Amén."

Vas a gozar de una relación con Dios completamente satisfactoria. Cuando estás conectado con Dios tienes el fundamento para construir relaciones significativas, relevantes y duraderas. Sacia tu sed verdadera.
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INVITÉ A JESUS A ENTRAR EN MI VIDA (A CONTINUACIÓN INFORMACIÓN IMPORTANTE)...
ME GUSTARÍA INVITAR A JESUS A ENTRAR EN MI VIDA, PERO NECESITO MAS INFORMACIÓN...
TENGO UNA PREGUNTA.....
(1) Dr. Henry Cloud 7 Dr. John Townsend, Límites (Grand Rapids, MI: Zondervan, 1992), 220. (2) Dr. Henry Cloud, Cambios que sanan (Grand Rapids, MI: Zondervan, 1992), 64. (3) Ibid., 47.

sábado, enero 31, 2009

"Y el niño crecìa y se fortalecìa"



Reynaú O. Santiago Marroquín, México

I. Lectura del evangelio:
“Cumplidos los días para circuncidar al niño, le pusieron por nombre JESÚS, el cual había sido puesto por el ángel antes que fuese concebido. Y cuando se cumplieron los días de la purificación de ellos, conforme a la ley de Moisés, le trajeron a Jerusalén para presentarle al Señor. (Como está escrito en la ley del Señor: Todo varón que abriere la matriz será llamado santo al Señor), y para ofrecer conforme a lo que se dice en la ley del Señor: Un par de tórtolas, o dos palominos.
Y he aquí había en Jerusalén un hombre llamado Simeón, y este hombre, justo y piadoso, esperaba la consolación de Israel; y el Espíritu Santo estaba sobre él. Y le había sido revelado por el Espíritu Santo, que no vería la muerte antes que viese al ungido del Señor. Y movido por el Espíritu, vino al templo.
Y cuando los padres del niño Jesús lo trajeron al templo, para hacer por él conforme al rito de la ley, él lo tomó en sus brazos, y bendijo a Dios, diciendo: Ahora, Señor, despides a tu siervo en paz, conforme a tu palabra; porque han visto mis ojos tu salvación. La cual has preparado en presencia de todos los pueblos; luz para revelación a los gentiles, y gloria de tu pueblo Israel. Y José y su madre estaban maravillados de todo lo que se decía de él.
Y los bendijo Simeón, y dijo a su madre María: He aquí, éste está puesto para caída y para levantamiento de muchos en Israel, y para señal que será contradicha (y una espada traspasará tu misma alma), para que sean revelados los pensamientos de muchos corazones.
Estaban también allí Ana, profetisa, hija de Fanuel, de la tribu de Aser, de edad muy avanzada, pues había vivido con su marido siete años desde su virginidad, y era viuda hacía ochenta y cuatro años; y no se apartaba del templo, sirviendo de noche y de día con ayunos y oraciones. Esta, presentándose en la misma hora, daba gracias a Dios, y hablaba del niño a todos los que esperaban la redención en Jerusalén.
Después de haber cumplido con todo lo prescrito en la ley del Señor, volvieron a Galilea, a su ciudad de Nazaret.
Y el niño crecía y se fortalecía, y se llenaba de sabiduría; y la gracia de Dios era sobre él”. Según Lucas 2: 21- 40.
“Dentro de nosotros hay un nacimiento. En el pesebre duerme un niño. El nombre de ese niño es el nuestro. En nosotros duerme el Niño Dios”. Rubem Alves.
II. Comentario pastoral:
Este es el último domingo del año 2008. Gracias a Dios por caminar con nosotros cada momento en el camino. Su compañía ha sido providente, protectora y consoladora. Gracias a Dios por cada amigo y amiga que nos ha sonreído y compartido su amistad. Aún por aquellos que han deseado nuestro mal, agradecemos también a Dios. Gracias a Dios por la alegría y por la tristeza; por la abundancia y por la escasez; por la bonanza y por las crisis; por la salud y por la enfermedad; por darnos a su Hijo en el pesebre de Belén y en el pesebre de nuestro corazón.
El calendario del año 2008 está a punto de cerrarse. Las páginas que se han escrito son heterogéneas en su estilo, estado de ánimo y estado de salud.
Particularmente agradezco a Dios por manifestarse en mi vida y dejarse sentir en las niñas y los niños, jóvenes, amigos y amigas de diferentes lugares y confesiones religiosas, incluyendo las no cristianas. Reitero a la vez mi amistad y disposición de caminar con quienes creen que es posible un mundo mejor si nosotros los humanos cambiamos nuestras actitudes y asumimos en nuestro estilo de vida los valores principales del evangelio. De igual forma agradezco a quienes han dispuesto unos minutos de su tiempo para la lectura de nuestras reflexiones dominicales, a veces atractivas, y otras veces poco atractivas. Lupa Protestante ha sido un canal de difusión de nuestras reflexiones. Una vez más, expreso mi gratitud a Ignacio Simal, su director, y a todo el comité editorial que se encuentran en España, y otros países de habla hispana.
El niño Jesús ha cumplido ocho días. Los ángeles, pastores y magos que lo visitaron en el pesebre de Belén han reanudado el camino. Sus padres, en atención al mensaje del ángel Gabriel, le han puesto por nombre JESÚS. Llegado El tiempo de la circuncisión, después de los días de purificación de sus padres, lo llevan a Jerusalén para presentarlo ante el Señor. El rito de la circuncisión en el Antiguo Testamento significa el acercamiento en gracia de Dios al hombre y la consagración de éste a Dios. Era responsabilidad de los padres judíos someter a sus hijos a la circuncisión y así recibir los beneficios del pacto hecho por Dios con su pueblo.
El origen de la circuncisión lo leemos en Génesis 17. Es presentado como iniciativa divina y como señal del pacto: “Circuncidaréis, pues, la carne de vuestro prepucio, y será por señal del pacto entre mí y vosotros. Y de edad de ocho días será circuncidado todo varón entre vosotros por vuestras generaciones..”1
En el Antiguo Testamento Dios había dicho a Moisés: “Conságrame todo primogénito. Cualquiera que abre matriz entre los hijos de Israel, así de los hombres como de los animales, mío es..”2El rito de circuncisión era algo solemne y significativo para los judíos llevando consigo un par de tórtolas o dos palominos.
Después de un largo camino a Jerusalén, José y María con el niño Jesús llegan al templo principal. En Jerusalén vivía Simeón, hombre justo y piadoso que esperaba la consolación de Israel. A él se le había revelado por Dios que no vería la muerte sin antes ver al Ungido del Señor. En el templo de Jerusalén se da el encuentro tan esperado y tan deseado por Simeón. Al ver al niño Jesús le tomó en sus brazos y bendijo a Dios: “Mis ojos han visto tu salvación…Ahora, Señor, despides a tu siervo en paz, conforme a tu palabra”. Los padres de Jesús estaban maravillados de lo que escuchaban. Simeón los bendijo y dijo a María: “He aquí, éste está puesto para caída y para levantamiento de muchos en Israel..”
Aparte de ser un hombre piadoso y justo, Simeón era un fiel creyente a las promesas de Dios. Después de cumplirse la palabra de Dios, Simeón durmió en completa paz.
Allí también se encontraba Ana3, mujer profetisa, quien de jovencita había vivido siete años casada, y luego viuda hasta los ochenta y cuatro años. Ella era una mujer dedicada a los servicios matutinos y vespertinos en el templo: “no se apartaba del templo, sirviendo de noche y de día con ayunos y oraciones”. Una vez que supo que el niño Jesús había sido presentado en el templo, hablaba con denuedo del niño a todos los que esperaban la redención en Jerusalén. En Ana vemos a una mujer evangelista proclamando una buena nueva de Dios para Jerusalén.
Una vez cumplido el rito de la circuncisión en Jesús, José y María volvieron a Nazaret. Allí, el niño crecía y se fortalecía, y se llenaba de sabiduría, y la gracia de Dios era sobre él. La infancia de Jesús fue igual a la de cualquier otro niño judío, hijo de carpintero: niño juguetón, sonriente, ocupado en las actividades cúlticas y en el oficio de su padre. Es como si hoy en día, el niño Jesús formara parte del círculo infantil que juega, ríe, llora y canta.
La estancia de Jesús en Jerusalén presenta un cuadro repleto de movimiento: “el camino a Jerusalén de sus padres llevando consigo lo necesario para el camino y para mantenerse en la ciudad; el encuentro esperado desde hacía muchos años por Simeón y la alegría de éste al tener en sus brazos al niños Jesús; y el mensaje de Ana, la profetisa, teniendo como punto principal la llegada de Jesús a Jerusalén. Encuentros como éstos transmiten paz y alegría al corazón de hombres y mujeres que mantienen viva la esperanza de redención.
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1 Génesis 17: 11- 12.
2 Éxodo 13: 2.
3 En hebreo “gracia”.

EL ecumenismo bìblico ¿un camino màs expedito?


Harold Segura C., Costa Rica

Acostumbro visitar con cierta frecuencia algunas de las mejores librerías de la ciudad donde vivo (San José, Costa Rica). Siendo que no son muchas —lo digo comparándola con otras ciudades como Buenos Aires, Ciudad de México o Bogotá— el recorrido no me toma mucho tiempo y lo hago cada ocho o quince días. Voy para ver las novedades editoriales y sentir el olor a papel fresco. A veces compro algo, pero la mayoría de veces sólo voy para ver, sentir el aroma y saber qué hay de nuevo. Así no más. Es un placer que recomiendo.
Hace dos semanas, en mi usual periplo, visité la librería teológica más importante que tenemos en la ciudad (la verdad sea dicha, es la única que merece el título). Es una librería católica —casi siempre es así— cuyo gerente es un colombiano con quien comparto, además de la nacionalidad, el cariño por los libros. «Harold», me dijo con la picardía del vendedor, «acabo de regresar de Madrid, de la Feria del Libro, y te traje algo que te va a gustar». Entonces sacó de su valija recién desempacada una Biblia de tapa roja publicada en un proyecto conjunto por la Biblioteca de Autores Cristianos (BAC), la Editorial Verbo Divino (EVD) y las Sociedades Bíblicas Unidas (SBU). ¡Gran sorpresa! Su título: Biblia interconfesional. Pero la sorpresa fue aún más grata cuando vi que la presentación estaba escrita por Samuel Escobar, el teólogo bautista peruano —amigo y maestro— quien desde hace varios años reside en Valencia, España. Su firma aparece como Presidente Honorario de las Sociedades Bíblicas Unidas junto a la del Obispo de Almería y Presidente de la Comisión Episcopal de Relaciones Interconfesionales de la Conferencia Episcopal Española. En su texto celebran la publicación, tanto por el obvio sentido pastoral que tiene la difusión de la Biblia como por ser un testimonio de la unidad cristiana. Dicen así sus presentadores:
Esta Biblia interconfesional es, pues, el fruto de un largo proceso de confluencia y de encuentro precisamente en la Palabra de Dios; y por esto mismo, un hecho relevante en el curso de las relaciones ecuménicas actuales, particularmente del diálogo teológico, que no ha de pasar inadvertido para cuantos sienten en su interior el anhelo de la unidad de los cristianos, tan indispensable para que crezca y se difunda en la Humanidad de nuestro tiempo el Reino de Dios predicado por Jesucristo y que llegó a los hombres en su propia persona.1
Esta publicación es una fina muestra de los avances del llamado ecumenismo bíblico (dicho sea de paso, en uno de los países donde el ecumenismo no ha sido virtud sobresaliente). Es el resultado de un encuentro en la Palabra de Dios. Bien dicho, porque es en esa Palabra y alrededor de ella que florece la unidad; allí donde se lee con reverencia, se celebra con fe y se vive con intensidad.
Acerca de este particular se pronunció el Cardenal Walter Kasper en una intervención In Scriptis (no pronunciada en el Aula) enviada al pasado Sínodo de Obispos (XII Asamblea General Ordinario) reunidos en el Vaticano del 5 al 26 de octubre de 2008. El lema del Sínodo, de por sí, llama nuestra atención: «La Palabra de Dios en la vida y en la misión de la Iglesia». Dijo el Cardenal que la Biblia es el principal instrumento de diálogo ecuménico y que no hay nada que una más a las iglesias y a las comunidades cristianas como lo hace la Biblia. En el resumen publicado por la Santa Sede, el Cardenal afirma que:
A pesar de todas las tristes divisiones en la historia de la Iglesia, la Palabra de Dios, de la que se da testimonio sobre todo en la Sagrada Escritura, sigue siendo una herencia común; ninguna otra cosa une a las iglesias y comunidades cristianas como lo hace la Biblia. Ella es realmente el vínculo ecuménico por excelencia. Por esta razón, la Biblia es la base del diálogo ecuménico y el instrumento principal del diálogo ecuménico, tanto en su aspecto doctrinal como en el espiritual y pastoral. La común Lectio Divina es, por lo tanto, el método ecuménico privilegiado. En las últimas décadas, este diálogo ha dado muchos frutos positivos. Como cristianos no podemos ver sólo los abusos. Antes tenemos que estar agradecidos por todo lo que el Espíritu de Dios ha realizado para una reconciliación de los cristianos, que no es poco. Estamos agradecidos por ello y fomentamos la obra ecuménica, que según el Concilio Vaticano II, es un impulso del Espíritu y – como esperamos – el astillero de la Iglesia del futuro2.
Afirmaciones que cobran importancia si tenemos en cuenta que proceden de la pluma del Presidente del Pontificio Consejo para la Promoción de la Unidad de los Cristianos; el mismo que estuvo presente en diciembre de 2001 en el Seminario Internacional Teológico Bautista, de Buenos Aires, para continuar los diálogos fraternos entre la Iglesia Católica y la Alianza Mundial Bautista.3 Durante sus siete años como presidente del Consejo (fue elegido el 3 de marzo de 2001) ha promovido un ecumenismo fundamentado en la Biblia, centralizado en Jesucristo y animado por el principio de la comunión entre los que nos confesamos cristianos (dicho sea de paso la comunión cristiana fue el tema que desarrolló en aquella ocasión en Buenos Aires). Es un Cardenal con el que el diálogo ha fluido más fácilmente, sobre todo porque ha sentado bases más seguras para la unidad. Digo bases más seguras para referirme a la Biblia, a la oración y a la cooperación en los esfuerzos de evangelización integral. Por lo menos son fundamentos con los cuáles el protestantismo evangélico se siente en casa.
El mismo cardenal Kasper publicó en el año 2007 un libro con un título sugerente: «Ecumenismo espiritual. Una guía práctica». Me parece sugerente tanto por el título como por el subtítulo; tanto por lo de espiritual como por lo de práctico; ¿no les parece? Es un cambio de tono si se recuerda que cierto ecumenismo tradicional quiso avanzar por los esquivos y sinuosos caminos de la unidad estructural y doctrinal y que, por esa vía, se tornó poco práctico4. Pero ahora el Cardenal confirma que «la obra ecuménica —que hunde sus raíces en los fundamentos de la espiritualidad cristiana—, tiene necesidad de algo más que la diplomacia eclesial, diálogo académico, compromiso social y colaboración pastoral»5 y sin vacilaciones opta por una propuesta que despeja el camino; es un ecumenismo cimentado en la espiritualidad cristiana, de raigambre bíblica y orientado a la misión (diaconía y testimonio):
Una espiritualidad ecuménica legítima será por lo tanto en primer lugar una espiritualidad bíblica y recibirá un influjo en la lectura común de las escrituras y en el estudio común de la Biblia […] Ella se empapará del seguimiento de Jesús y continuará buscando el rostro de Cristo […] Tal espiritualidad se revela en aquello que Pablo define como los dones del Espíritu: caridad, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fidelidad, dulzura, templanza (Gal 5, 22)6.
Palabras que se acompañan de un «recetario» de prácticas como la lectura y la meditación de las Escrituras en pequeños grupos, el estudio bíblico, la publicación de comentarios bíblicos, la organización de cursos bíblicos orientados por líderes de diferentes comunidades cristianas y la traducción y edición de Biblias interconfesionales.
Si, como se reconoce de manera oficial, el diálogo ecuménico «se había encallado»7, resta saludar ahora el nuevo espíritu que lo anima (sin caer en innecesarios y cándidos optimismos) y decidirse a caminar por un sendero que se ha hecho más expedito. Es una historia que está por hacerse: la de un nuevo ecumenismo centrado en Jesús como Señor y Maestro (no en los resabios de las instituciones eclesiásticas), animado por el Espíritu Santo que da vida (no en los achaques del tradicionalismo religioso) y encaminado a cumplir la voluntad del único que es Padre de todos… «para que todos sean uno» (Jn 17:21).
1 http://www.verbodivino.es/documentos/PrimerCapituloPDF/2174.pdf
2 http://www.vatican.va/news_services/press/sinodo/documents/bollettino_22_xii-ordinaria-2008/04_spagnolo/b32_04.html
3 Los participantes por Latinoamérica fueron: Nancy Bedford (Argentina), Josué Fonseca (Chile), Amparo de Medina (Colombia), Raúl Scialabba (Argentina), Paul Eustache (Venezuela), Alberto Prokopchuk (Argentina), Nilton do Amaral Fannini (Brasil), Tomas Mackey (Argentina), Carlos Villanueva (Argentina) y Harold Segura (Colombia).
4 El Pontificio Consejo para la promoción de la Unidad de los cristianos, PCPUC, orientado por el cardenal Kasper, en su sesión plenaria de noviembre de 2006, se reunió bajo el lema «El ecumenismo en vía de transformación». Hubo en esa ocasión una clara consciencia de que el diálogo ecuménico «se había encallado».
5 Walter Kasper, Ecumenismo espiritual. Una guía práctica, Editorial CLIE-Verbo Divino, Barcelona-Navarra, 2007, p. 17.
6 Ibid, pp. 114-115.
7 Ibid, p. 101.

viernes, enero 30, 2009

¿Comò resuelve los problemas en su trabajo?


Este breve cuestionario le ayudará a evaluar (y mejorar) su habilidad para resolver problemas. Las respuestas parecen simples, pero piense con cuidado antes de responder.
1. ¿Cómo pone una jirafa dentro de un refrigerador?
2. ¿Cómo pone un elefante dentro de un refrigerador?
3. El rey león organiza una conferencia de animales y un animal no va.
¿Cuál?
4. Va a un río que es conocido por ser habitado por muchos cocodrilos.
¿Cómo lo atraviesa?
Respuestas:
1. Abra el refrigerador, coloque a la jirafa, y cierre la puerta.
Objetivo: ¿Tiende a resolver cosas simples de manera complicada?
2. Abra el refrigerador, saque a la jirafa, ponga al elefante y cierre la puerta.
¿Recordó sacar la jirafa?
Objetivo: Esto prueba su habilidad para pensar en las repercusiones de sus acciones.
3. El elefante, ¡todavía está en el refrigerador!
Objetivo: ¿Es buena su memoria y su sentido de continuidad?
4. Puede cruzar el río a nado, tranquilo. Todo los cocodrilos están en la conferencia de animales que hizo el león.
Objetivo: ¿Qué tan rápido aprende de sus errores anteriores?
Si los resultados de este cuestionario no fueron muy buenos, no se desespere.
Cerca del noventa por ciento de los profesionales respondieron de manera incorrecta las cuatro preguntas.
Los niños, por lo general, las responden bien.
No hay nadie más tonto que aquel que cree que es muy sabio.
Proverbios 13:20El que anda con sabios, sabio será; mas el que se junta con necios será quebrantado.
Fuente: El libro devocionario de Dios para el Centro de Trabajo. Editorial, Unilit.

EL mensaje de la Cruz


por Juan Stam
El carácter de la predicación como palabra de Dios nos dignifica y nos humilla a la vez.
El mensaje de la cruz es una locura para los que se pierden; en cambio, para los que se salvan, es decir, para nosotros, este mensaje es el poder de Dios... Ya que Dios, en su sabio designio, dispuso que el mundo no lo conociera mediante la sabiduría humana, tuvo a bien salvar, mediante la locura de la predicación, a los que creen.... Este mensaje es motivo de tropiezo para los judíos, y es locura para los gentiles, pero para los que Dios ha llamado, es el poder de Dios y la sabiduría de Dios. Pues la locura de Dios es más sabia que la sabiduría humana, y la debilidad de Dios es más fuerte que la fuerza humana.
Yo mismo, hermanos, cuando fui a anunciarles el testimonio de Dios, no lo hice con gran elocuencia y sabiduría. Me propuse, más bien, estando entre ustedes, no saber de alguna cosa, excepto de Jesucristo y de éste crucificado (1 Corintios 1.18-2.2).
La predicación, en su sentido bíblico y teológico, es mucho más que sólo la entrega semanal de una homilía religiosa, con todo respeto por la importancia del sermón. Es más que una conferencia teológica o una charla sicológica o social. Es aún más que un estudio bíblico, elemento esencial de toda la vida cristiana. Entonces, ¿en qué consiste la esencia y el sentido de la predicación?
El griego del NT emplea básicamente tres términos para la predicación. El más común es kêrussô (proclamar), y su forma substantivada, kêrugma, ambos derivados de kêrux (heraldo; cf. 1 Tm 2:7; 2 Ti 1:11; 2 Pe 2:5). En el vocabulario teológico moderno se ha creado también el adjetivo "kerigmático", lo que tiene que ver con la proclamación del kêrugma. Otros conjuntos semánticos son euaggelizô (anunciar buenas nuevas), junto con euaggelion (evangelio) y euaggelistês (evangelista) y kataggellô (anunciar) también de la raíz aggelô (llevar una noticia; Jn 20:18) y aggelos (ángel, mensajero). En todos esos vocablos se destaca el sentido de proclamar una noticia o entregar un mensaje. La predicación no consiste esencialmente en comunicar nuevas ideas sino en narrar de nuevo una historia, la de la gracia de Dios en nuestra salvación, y esperar que por esa historia Dios vuelva a hablar y a actuar.
La predicación y el reino de Dios: Al estudiar los aspectos y dimensiones de esta tarea kerigmática, nada mejor que comenzar donde inicia el Nuevo Testamento. Juan el Bautista vino predicando en el desierto: "Arrepiéntanse, porque el reino de los cielos está cerca" (Mt 3.1), y Jesús llegó con el idéntico mensaje, según Mt 4.17 (cf. Mr 1.14-15). Jesús comisionó a los Doce a proclamar el mismo mensaje (Mt 10:7; Lc 9:2). Más adelante el primer evangelista, escribiendo para los judíos, describe el ministerio de Jesús con las palabras, "Jesús recorría todos los pueblos y aldeas, enseñando (didaskôn) en las sinagogas, anunciando (kêrussôn) el evangelio del Reino, y sanando toda enfermedad" (Mt 9:35; Lc 8:1; cf. 4:43). Según Lucas, el Cristo Resucitado también enseñó a los discípulos durante cuarenta días "acerca del reino de Dios" (Hch 1:3) y de la misión de proclamar ese Reino hasta lo último de la tierra, hasta su venida (1:1-11). El tema central de los tres primeros evangelios es la llegada del reino de Dios, que con seguridad refleja el mensaje original de Jesús. Muy relacionado con el tema del Reino, Jesús proclamó también la libertad y la igualdad del Jubileo (Lc 4:18-19; cf. 7:22).
Aunque el tema del Reino no es tan presente en Pablo y en el cuatro evangelio, por las nuevas circunstancias culturales y políticas de su misión, sigue siendo muy importante (cf. Jn 3:3,5; 18:36). La labor misionera de Pablo se describe como "andar predicando el reino de Dios" (Hch 20:25), y en la fase final de su misión, ya como preso en Roma, Pablo "predicaba el reino de Dios y enseñaba acerca del Señor Jesucristo" (Hch 28:31). Es más, Jesús mismo, en su sermón profético, anuncia que "este evangelio del reino se predicará en todo el mundo" hasta el fin de la historia (Mt 24:14).
La expectativa del reino mesiánico pertenecía hacía siglos a la tradición judía; lo novedoso del evangelio del Reino consistía en anunciar su inmediata cercanía (Mt 3:1; 4:17). Para Jesús, el Reino no sólo está cerca sino que, en su persona, el Reino se ha hecho presente (Mt 12:28; Lc 4:21; 11:20). Los apóstoles también proclamaban que los tiempos del reino habían llegado (Hch 2:16; 1 Cor 10:11; 1 Jn 2:18). Por eso, predicar es "decir la hora" para anunciar que el reino de Dios ha llegado ya. La predicación es la proclamación de este hecho para interpretar bajo esta nueva luz el pasado, el presente y el futuro. "La predicación pone siempre en presencia de un hecho que plantea una cuestión" (Léon Dufour 1973:711). Esta nueva realidad exige una respuesta específica: arrepentimiento, fe y la búsqueda del reino de Dios y su justicia (Mat 6:33), o en una palabra, la conversión.
En conclusión: la proclamación del Reino es parte central de la predicación, y también, la predicación es parte esencial de la dinámica del Reino y un agente importante de su realización. Como señala González Nuñez, "La palabra de Dios es poder activo en la historia. Pero, además, ejerce en el mundo actividad creadora, empujando todas las cosas hacia su respectiva plenitud. Visto al trasluz de la palabra, el mundo se hace transparente... Creadora en el mundo, salvadora en la historia, la palabra de Dios es una especie de sustento, necesario para que la vida lo sea plenamente " (Floristán 1983:678). La palabra creativa de la predicación va acompañando la marcha del reino de Dios.
La predicación y la palabra de Dios: Esa relación dinámica entre la proclamación y el evangelio del Reino implica también la relación inseparable entre la predicación y la Palabra de Dios. Por eso, se repite a menudo que los apóstoles y los primeros creyentes "predicaban la palabra de Dios" (Hch 8:25 13:5; 15:36; 17:13), o sinónimamente, "la palabra de evangelio" (1 P 1:25) o "la palabra de verdad" (2 Ti 2:15). Otras veces se dice lo mismo con sólo "predicar la palabra" (Hch 8:4). El encargo de los siervos y las siervas del Señor es, "predique la palabra" (2 Tm 4:2), lo cual es mucho más que sólo pronunciar sermones.
La frase "palabra de Dios" tiene diversos significados en las Escrituras y en la historia de la teología. La palabra de Dios por excelencia es el Verbo encarnado (Jn 1:1-18; He 1:2; Ap 19:13, Cristo es ho logos tou theou). En las Escrituras tenemos la palabra de Dios escrita, que da testimonio del Verbo encarnado (Jn 5:39). Pero la Palabra proclamada, en predicación o en testimonio, se llama también "palabra de Dios", donde no se refiere ni a Jesucristo ni a las Escrituras (Hch 4:31; 6:7; 8:14,25; 15:35-36; 16:32; 17:13; cf. Lc 10.16). Cristo es la máxima y perfecta revelación de Dios, quien después de hablarnos por diversos medios, "en estos días finales nos ha hablado por medio de su Hijo" (He 1:1-2, elalêsen hêmin en huiô, "nos habló en Hijo"). El lenguaje supremo de Dios es "en Hijo" y las Escrituras son el testimonio inspirado de esa revelación, definitivamente normativas para toda proclamación de Cristo. Pero esa proclamación oral es también "palabra de Dios", según el uso bíblico de esa frase.
Esta comprensión de las tres modalidades de la palabra de Dios, y por ende de la predicación como palabra de Dios cuando es fiel a las Escrituras, fue expresada en lenguaje muy enfático por Martín Lutero y reiterado con igual énfasis por Karl Barth (KB 1/1 107; 1/2 743,751). Según la Confesión Helvética de 1563, "la predicación de la palabra de Dios es palabra de Dios" (praedicatio verbi Dei est verbum Dei). Lutero se atrevió a afirmar que cuando el predicar proclama fielmente la palabra de Dios, "su boca es la boca de Cristo". Karl Barth hace suya esta teología de la predicación, para afirmar que la predicación es en primer término una acción de Dios (1/2 751) en la que es Dios mismo, y sólo Dios, quien habla (1/2 884).
Para muchas personas, que suelen entender "palabra de Dios" como sólo la Biblia, este descubrimiento tiene implicaciones revolucionarias para la manera de entender la predicación. Por un lado, magnifica infinitamente la dignidad del púlpito y el privilegio de ser portador de la palabra divina. También aumenta infinitamente nuestra expectativa de lo que Dios puede hacer por medio de su Palabra, a pesar de nuestra debilidad e insuficiencia. Es una vocación demasiada alta y honrosa para cualquier ser humano. Así entendido, el carácter de la predicación como palabra de Dios nos dignifica y nos humilla a la vez.
Aquí vale para nuestra predicación la doble consigna de la Reforma de tota scriptura y sola scriptura. Pablo nos da el ejemplo de proclamar "todo el consejo de Dios" (Hch 20:20,27; Col 1:2), sin quitarle nada, y tampoco añadirle "nada fuera de las cosas que los profetas y Moisés dijeron..." (Hch 26:22). Quitamos de las Escrituras cuando sólo predicamos sobre ciertos temas o de ciertos libros y pasajes de nuestra preferencia. En ese sentido, predicar desde el calendario litúrgico obtenemos dos grandes ventajas: obliga al predicador a exponer toda la amplísima gama de enseñanza bíblico, y liga la predicación con la historia de la salvación (no sólo navidad y semana santa, sino ascensión, domingo de Pentecostés, etc.). Pero esa práctica no debe desplazar la predicación expositiva de libros enteros, teniendo cuidado de incluir en la enseñanza los diferentes estratos y géneros de la literatura bíblica.
Aún mayor es la tentación en la predicación de añadir al texto, como si él no fuera suficiente. Un sermón fiel a la Palabra de Dios parte del texto bíblico y no sale de él si no profundiza en su mensaje hasta el Amén final (Hch 2:14-36; 8:35). Muchos predicadores se dedican más bien a sacar inferencias del texto, que aun cuando fueren totalmente válidas lógicamente, no son bíblicas y puede hasta contradecir el sentido del texto. Una ensalada de consejos vagos, sugerencias abstractas y exhortaciones muy generales, aunque vengan maquillados con textos bíblicos, no es un sermón, mucho menos palabra de Dios. El sermón no debe ser una simple antología de ilustraciones, anécdotas y ex abruptos sensacionalistas. El sermón tampoco es el lugar para ventilar las opiniones personales del predicador, que no surgen de la palabra de Dios ni se fundamentan en ella. En la predicación contemporánea priva un "opinionismo" que raya con el sacrilegio.
El humor debe tener su debido lugar en la predicación (la Biblia misma es una fuente rica de humor), pero siempre en función del texto y no como fin en sí mismo. El humor debe iluminar el mensaje del texto. Jugar con la palabra de Dios es pecado, como lo es también volverla aburrida. Los predicadores tienen que saber moverse entre la frivolidad por un lado, y la rutina seca y el aburrimiento por otro lado. La jocosidad frívola puede ayudar para el "éxito" del sermón y la popularidad del predicador, pero será un obstáculo que impida la eficacia del sermón como palabra de Dios. Hay dos peligros que evitar en la predicación: la frivolidad, y el aburrimiento.
La predicación es una tarea bíblica, es decir, exegética y hermenéutica. Bien ha dicho Bernard Ramm (1976:8) que la primera preocupación del predicador no debe ser homilética (¿Cómo predico un buen sermón?) sino hermenéutica (¿Cómo oigo la palabra de Dios, y la hago oír?). Antes del sermón la predicadora se encuentra con Dios en y por el texto, luchando con Dios y el texto hasta recibir de Dios una palabra viva que sea a la vez fiel y contextual. Al presentarse ante la comunidad, plasma ese encuentro en un sermón para compartir ese encuentro con los demás y buscar juntos la presencia del Señor y escuchar juntos su voz.
La única meta del sermón, la mayor responsabilidad del predicador y el criterio exclusivo del resultado de la predicación, todos responden a la pregunta central, si se proclamó fielmente la palabra de Dios. El predicador no predica para complacer a los oyentes, para manipular sus emociones ni aun para lograr cambios religiosos y morales en ellos. Su tarea es proclamar la palabra de Dios; no predica buscando esa transformación sino esperándola como resultado indirecto por la obra del Espíritu Santo. Mucho menos debe predicar con la motivación de lograr éxito y fama como orador o erudito bíblico.
Atreverse a predicar como Dios quiere, es un acto de amor, de humildad y de abnegación. William Willimon ha señalado que el verdadero predicador tiene que amar más a Dios que a su congregación. Es una gran tentación para el predicador buscar en su ministerio la realización de sus propios intereses y metas. La predicación fiel comienza en el corazón del predicador. Es un corazón con un supremo amor a Dios y su palabra, aun más que a la congregación y mucho más que a sí mismo.
Pasa con la predicación igual que con la profecía: la predicación fiel siempre va acompañada por la predicación falsa, que busca complacer a la gente, se dirige por las expectativas del público y les enseña a decir "Señor, Señor" pero no a hacer la voluntad del Padre celestial (Mt 7:21-23). Por eso, la iglesia debe vigilar su púlpito con todo celo en el Espíritu. No debe dejar a cualquiera que "habla lindo" ocupar ese lugar sagrado sino sólo a los que se han demostrado maduros, bien centrados en la Palabra y consecuentes en sus vidas. No cabe duda que el descuido en este aspecto ha producido desviaciones y aberraciones en las últimas décadas, produciendo daños muy serios en la Iglesia.
Es urgente también ir enseñando a las congregaciones lo que bíblicamente deben esperar de un predicador y de un sermón. Mucho del desorden de las últimas décadas se debe a la gran falta de discernimiento de los mismos oyentes. A pesar del exagerado número de horas que pasan escuchando sermones, en general no se logra una adecuada formación bíblica y teológica para discriminar entre predicación fiel y predicación "bonita", conmovedora o sensacionalista pero no bíblica. Hace años el destacado orador evangélico, Cecilio Arrastía -- ¡un verdadero modelo de predicador fiel! -- hablaba de la congregación como comunidad hermenéutica en que todos sepan interpretar la Palabra y distinguir entre lo bueno y lo malo en la predicación (1 Ts 5:21; Hch 17:11; 1 Cor 14:29).
¡Imploremos al Espíritu de Dios que unja a nuestros predicadores y congregaciones con amor a la Palabra y discernimiento acertado ante estos abusos!

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Se tomó del artículo Fundamentos de la predicación en juanstam.com, ©2007. Todos los derechos reservados.
Juan Stam (75), oriundo de Paterson, Nueva Jersey, es uno de los teólogos evangélicos «latinoamericanos» más pertinentes de la actualidad. Aunque es estadounidense de nacimiento, se nacionalizó costarricense como parte de un proceso de identificación con América Latina que lleva más de cincuenta años. Está casado con Doris Emanuelson (71), su compañera de camino, nacida en Bridgeport, Connecticut.