jueves, enero 01, 2009

PERSONALIDAD NARCISISTA, SOCIEDAD HOSTIL Y CONSUMISMO RELIGIOSO

Carlos pinto
El narcisimo es como una enfermedad que impide a la persona interesarse o amar a otra, porque todo su ser gira alrededor de sí mismo y evita involucrarse con otros। (Freud, 1914).

INTRODUCCIÓN
El creciente consumo religioso, expresado en la compra de libros cristianos, el deseo de ser parte de una comunidad de fe, o la búsqueda de niveles más intensos en la relación con Dios podrían tener una motivación más egocéntrica o utilitaria que espiritual. También podrían ser un mecanismo de defensa psicológico maníaco para minimizar el dolor que las personas sienten al enfrentarse con pérdidas psicosociales intensas.
Una lectura psicodinámica afirmaría que la sociedad actual provoca sentimientos de decepción y desesperanza en las personas. Los ciudadanos experimentan decepción al convencerse de que la sociedad a la que pertenecen no vela por su bienestar. En consecuencia, estas personas reaccionan desarrollando altos niveles de ansiedad y sentimientos de pérdida, lo que puede motivar que asuman un comportamiento de alto consumo religioso. En términos psicológicos, esta conducta puede identificarse como una defensa maníaca desarrollada con el fin de mitigar la desesperanza y los sentimientos de vacío provocados por esta sociedad consumista y deshumanizante.
La población latinoamericana está decepcionada por la poca atención que sus sociedades y gobernantes le prestan y por tal motivo estas personas abandonan el ideal de una sociedad protectora y caen en una actitud individualista, consumista y egocéntrica. En otras palabras, si la sociedad no vela por mi bienestar como ciudadano, entonces yo me encargo de garantizarme una vida placentera y segura'; lo que conduce algunas veces a actitudes narcisitas. Los centros comerciales y las grandes iglesias que predican la teología de la prosperidad podrían clasificarse como espacios que alimentan esta actitud narcisista y maníaca.
Según Freud 1 (1931), la sociedad vive generalmente en una relación de conflicto mutuo con sus integrantes, ya que tiene la función represora de controlar los instintos de sus ciudadanos. En este sentido, Freud calificaría la reacción maníaca de las personas como un reflejo de la relación conflictiva no resuelta entre los ciudadanos y su sociedad. Esta lectura de la relación individuo-sociedad era tan conflictivista y pesimista que Freud percibía en el futuro una eminente o radical disrrupción del sistema por mutua hostilidad no resuelta.
En contraste, la narración de Génesis 3 muestra que Dios creó, diseñó y ejecutó su creación de tal manera que todo servía para nutrir, sustentar y proteger a sus criaturas en forma integral. En esta perspectiva cristiana, entonces, la teocracia plantea una armoniosa relación tripartita: Creador - sociedad individuo. Así, encontramos que la perspectiva freudiana es opuesta a la judeo-cristiana que sostiene que la naturaleza y las estructuras sociales tienen desde su inicio el propósito divino de proteger a la humanidad. Es más, fue la desobediencia de Adán y Eva la que provocó un cambio relacional cualitativo entre la humanidad y el medio ambiente y, posteriormente, entre el individuo y la sociedad.
SURGIMIENTO DE LA PERSONALIDAD NARCISISTA
Winnicott (1986) 2 , un psicólogo psicodinámico e investigador del desarrollo emocional de la persona, indica que la sociedad tiene, entre otras responsabilidades, la de velar por el bienestar mental de sus ciudadanos. Esta afirmación es una transpolación de la investigación hecha acerca de la familia, en la que concluye que los padres tienen la responsabilidad de proveer una estructura y un ambiente que responda empáticamente a las necesidades infantiles para que la criatura se desarrolle saludablemente. Kohut, (1977) 3, un reconocido psicólogo especializado en estudios sobre el narcisimo, amplía la propuesta anterior indicando que si los padres no proveen adecuadamente la posibilidad de ser espejos de sus hijos y de ser idealizados por ellos, entonces la criatura podría desarrollar una personalidad narcisista. En este caso, cuando la criatura percibe que sus padres no velan por sus necesidades emocionales y biológicas desarrolla una personalidad narcisista que en la adultez fácilmente se manifiesta en acciones egocéntricas y defensas maníacas. La criatura en su desarrollo concluye mentalmente que debe centrarse en su persona, atendiéndose a sí misma para sobrevivir, porque sus padres no son de fiar o no velan por su bienestar.
El objetivo de este ensayo es establecer una posible relación entre el alto consumo religioso de una persona narcisista y el contexto social donde se fomenta el consumismo al favorecer las leyes del mercado, ignorando el costo social de los ciudadanos. La persona narcisista es aquella que percibió haber vivido en un ambiente desatendido por sus padres, lo que le condujo a pensar en su propia persona sin importarle la relación con los demás, a menos que haya en tal relación, un propósito utilitario. Freud calificaba a estas personas de no apropiadas para someterse a un psicoanálisis debido a su poco interés y poca capacidad de invertir en relaciones interpersonales, a menos que perciban algo a su favor. Me pregunto si esta perspectiva es también llevada -humanamente- al área de la fe cristiana.
La hipótesis, siguiendo a Freud, sería la de que las personas narcisistas no buscan tener una relación adulto-adulto de mutua entrega y recepción, sino más bien una relación utilitaria y egocéntrica. En este sentido, se podría decir que algunos individuos narcisistas buscan vivir su fe en tanto y en cuanto ven, en forma tangencial, que la fe favorece a su persona. Su interés radicaría, entonces, en ser activo en la fe para sentirse bien, para considerarse mejor que otros, para lograr mayor bendición y prosperidad, sanidad, santidad, finanzas, etcétera, pero sin mostrar interés en su testimonio por la trasformación de la comunidad en la que vive. Estas personas están interesadas en lo que pueden lograr como individuos, pero, a la vez, desinteresadas en la parte comunitaria de la fe cristiana. Al actuar de esta manera, niegan un aspecto fundamental del Cristianismo, pues una iglesia que crece en número de miembros, pero que no se involucra en la trasformación social de su comunidad, es una iglesia incompleta. No debe existir una iglesia sin agenda de transformación social, así como no se puede concebir un cristiano que tenga a Dios como Padre y rechace llegar a su iglesia y a la fe cristiana a fin de trasformar la sociedad a la que pertenece.
SUPERANDO LA ACTITUD NARCISISTA Y MANÍACA
La psicología nos ha mostrado que existe una relación entre la negligencia de los padres y la formación de una personalidad narcisista en los hijos desatendidos. Si los hijos no sienten que sus padres velan por su bienestar, se tornan egocéntricos para poder garantizar su propio bienestar; así, esta personalidad narcisista es sólo un mecanismo de defensa para sobrevivir en un sistema familiar negligente. La familia estar alerta a esta dinámica. Vale la pena aclarar que el factor causal del narcisismo citado no es la pobreza, sino cómo actúan los padres frente a las necesidades de atención y afirmación inherentes en los hijos.
Es cierto que la personalidad es una estructura difícil de cambiar, pero dicho cambio, aunque difícil, no es imposible. Por ejemplo, es en la familia donde podemos enmendar los errores cometidos y reparar las heridas existentes. Corresponde a la familia modelar el servicio a los demás y no, servirse de los demás para bien propio. En la familia se puede evitar el controlar a los otros para beneficio propio, y aprender más bien a invitar al fomento de una interdependencia y autonomía saludables entre sus miembros. Desear un control absoluto sobre los otros es una fantasía muy fuerte en la personalidad narcisista 4, que se debe sancionar.
Es importante que los padres faciliten que sus hijos los admiren porque, al hacerlo, les permiten que esta imagen ideal del padre o de la madre constituya parte de la imagen que, de sí mismos, tienen los hijos. El proceso mental podría ser el siguiente; si tú eres el mejor padre, el mejor profesor, como yo soy parte de ti, entonces yo también soy valioso. Esta experiencia intrapsíquica e interpersonal impide que los hijos recurran a posiciones narcisistas para sentirse seguros de sus personas, y les impulsa a confiar en sus padres para su supervivencia, en lugar de preocuparse de esto por sí mismos.
Al mismo tiempo, la Iglesia necesita retomar la dimensión integral de la fe en su llamado individual y comunitario. El Evangelio tiene dos dimensiones, personal y corporativa. La personal se da en la relación con Dios; la corporativa, que es un mandato divino al pueblo de Dios, y se da en ser bendición a otros, ser agentes de reconciliación de personas, de estructuras sociales, del medio ambiente y de todo lo creado. Una gran tentación es asumir una posición narcisista, pues se desea disfrutar de la relación con Dios en el ámbito individual olvidándose del servicio a la sociedad. La Transfiguración nos ilustra en esto: Justo cuando Jesucristo se alistaba para sacrificarse y realizar la gran Misión de Dios de redimir su creación, los discípulos estaban pensando sólo en ellos mismos. Señor, ¿por qué no hacemos una morada aquí para disfrutar de la relación que tenemos contigo? Al parecer los discípulos no entendieron el propósito de la transfiguración, que no era el blanquearse espiritualmente, hacerse más santos y sentirse bien sino buscar una comunión más íntima y estrecha con el Padre , para poder hacer la Missio Dei .
Como iglesia, necesitamos dejar de hacer demandas infantiles a Dios y más bien con fe infantil ofrecernos y ponernos a su servicio, y ser colaboradores en la extensión de SU reino y no en la del nuestro. Necesitamos, como líderes, enseñar y modelar la espera y la tolerancia adecuadas a las frustraciones. La persona infantil no puede esperar, tiene poco nivel de tolerancia, se descompone fácilmente frente a las frustraciones y cae en rabietas cuando no se cumple lo que desea. ¿Habrá alguna relación entre la poca tolerancia a milagros no concedidos, y el alto índice de turismo intereclesial existente? Me pregunto ¿qué enseña un líder alzando la voz y demandando que Dios otorgue cierta bendición, curación, dinero o trabajo?; ¿no está modelando una actitud infantil? Dios podría haber reconciliado al mundo solo al desearlo y decirlo, sin haber tenido que esperar un momento histórico apropiado, y sin esperar que su Hijo amado creciera biológica, psicológica y espiritualmente para cumplir con la misión de Dios. La iglesia puede enseñar a la congregación a no asumir defensas psicológicas narcisistas, infantiles y maníacas como la sociedad lo hace, y más bien a ver la realidad en el contexto de la soberanía de Dios con fe, racionalidad y madurez. No copiemos el modelo de sociedad que enfatiza lo material sin importarle el alto costo social que esto provoca. Una sociedad narcisista y maníaca es parte de este resultado, que la vuelve muy frágil y con potencialidad de autodestrucción. La iglesia puede y debe contribuir con una contrapropuesta en lugar de aliarse o copiar el modelo que la sociedad actual fomenta.

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El Consejo Latinoamericano de Iglesias es una organización de iglesias y movimientos cristianos fundada en Huampaní, Lima, en noviembre de 1982, creada para promover la unidad entre los cristianos y cristianas del continente। Son miembros del CLAI más de ciento cincuenta iglesias bautistas, congregacionales, episcopales, evangélicas unidas, luteranas, moravas, menonitas, metodistas, nazarenas, ortodoxas, pentecostales, presbiterianas, reformadas y valdenses, así como organismos cristianos especializados en áreas de pastoral juvenil, educación teológica, educación cristiana de veintiún países de América Latina y el Caribe.

¿Efectuar un cambio?


Un catedrático comentó una vez esta historia de una paciente en consejería, que odiaba su trabajo y pensó que estaba arruinando su vida. Pero durante toda la terapia, parecía renuente a mejorar su situación.Cuando él le sugirió que buscara un nuevo empleo, ella argumentó que no había ninguno decente en aquel pequeño pueblo.Él indago acerca de la posibilidad de encontrar empleo en el pueblo adyacente, a quince millas. Ella manifestó que necesitaría un automóvil para llegar allí, y que no tenía ninguno.Cuando el terapeuta ofreció un plan para adquirir un carro no costoso, ella argumentó que eso nunca funcionaría, ya que de todas formas, no había sitio para el estacionamiento en el pueblo vecino.Se ha dicho que en la vida son seguras tres cosas: la muerte, los impuestos y el cambio.Si observas a tu alrededor, notarás que la mayoría de las personas pueden lidiar mejor con las dos primeras, que con la última. No obstante, sin los cambios, nunca sabremos qué maravillosos pueden ser los planes que Dios tiene para nosotros.El temor a un cambio se origina en el miedo a perder, incluso si perdemos algo que nunca ocupará un lugar especial. Si estás batallando con algún tipo de transformación en tu vida actual, toma un momento para depositar tus temores en manos del Señor. Confiando en Su orientación, ¡el cambio puede conducir a la bendición!Nuestras verdaderas bendiciones con frecuencia llegan a nosotros, con vestimentas de dolor, extravíos y desilusión; mas seamos pacientes, y pronto las veremos tal como son. Joseph Addison.2 Timoteo 1:7
Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio.
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Fuente: Amanecer con Dios. Editorial Unilit