jueves, abril 30, 2009

El Amor y La Presiòn



Llegar a casa y recibir el abrazo del hombre o la mujer que uno ama reduce la presión arterial precipitada por una jornada laboral estresante, señala un nuevo estudio.
La investigación realizada por la Universidad de Toronto y dada a conocer durante una reunión de la Asociación Estadounidense del Corazón, monitoreó a 216 hombres y mujeres a lo largo de un año.
Todos tenían entre 40 y 65 años y habían estado viviendo en pareja durante los últimos seis meses. Al comienzo del estudio, se monitoreó la presión sanguínea de los participantes a lo largo de 24 horas, durante un día laboral.
También se asesoró el nivel de stress que cada uno enfrentaba en su trabajo. Y a través de otra prueba se evaluó la "cohesión marital" de los mismos.
El estudio encontró que aquellos que tenían trabajos demandantes, pero también tenían contención conyugal, vieron decaer levemente su nivel de presión arterial.
Mientras que aquellos con trabajos estresantes que no contaban con apoyo en casa, padecieron el esperado aumento de presión.
Los científicos a cargo del estudio señalaron que estos resultados son significativos, en vista de que la presión sanguínea suele subir naturalmente con el paso de los años.
Fuente: BBC. Redacción: ACPress.net
La Biblia siempre tiene la razón y habla continuamente de la importancia de amar. EL amor si tiene efecto en todas las áreas de nuestra vida. Muchos males que hoy aquejan a la humanidad están enraizadas en la amargura, el odio y el resentimiento. Que te parece si hoy, cuando llegue a casa, le estabilizas la presión arterial a aquellos que viven contigo, un un cálido abrazo? Pruebalo, es buen remedio.
El amor es paciente, es bondadoso.
El amor no es envidioso ni jactancioso ni orgulloso.No se comporta con rudeza, no es egoísta, no se enoja fácilmente, no guarda rencor.
El amor no se deleita en la maldad sino que se regocija con la verdad.Todo lo disculpa, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta.
El amor jamás se extingue, mientras que el don de profecía cesará, el de lenguas será silenciado y el de conocimiento desaparecerá.I Cor 13:4-8
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martes, abril 28, 2009

¿Aquièn le importa?



Entonces, en secreto persuadieron a algunos hombres para que dijeran: Le hemos oído hablar palabras blasfemas contra Moisés y contra Dios. (Hechos 6:11)

Contra Moisés - Si lees el relato de Lucas de los trabajos de los apóstoles (comúnmente llamados Hechos) veras algo muy curioso. Una y otra vez los apóstoles aseguran su observancia de las enseñanzas de Moisés. Ellos no rompen la tradición con sus hermanos judíos.

Son seguidores devotos de la Tora. De hecho, son tan meticulosos en guardar las instrucciones de la Escritura que hombres impíos han inducido a otros a conjurar mentiras sobre ellos para aplacar sus proclamaciones.

Esteban es ejemplo perfecto. Sus enseñanzas sobre Yeshua el Mesías fueron tan poderosas que quienes se oponían a él no ganaban un solo argumento. Pero nota su táctica. Tuvieron que mentir sobre las palabras de Esteban.

¿Y porque es tan curioso esto? Bien, implica que Esteban guardó la Tora. Si Esteban fuese uno de los creyentes “bajo la gracia” de hoy, no habrían tenido que mentir sobre su enseñanza.

El hubiera abandonado la Tora claramente. Nadie lo dudaría. Habría dicho, como lo hacen
muchos hoy, que ahora estamos bajo la gracia, que la Ley ha sido puesta a un lado y ya no es efectiva. Pero Esteban no hizo eso. Así que tuvieron que mentir sobre él para que pareciese que si lo dijo.

¿No te parece extraño que Esteban, el primero mártir “cristiano” fue tan observante de las enseñanzas de Moisés que no pudieron encontrar ninguna causa legítima con que acusarlo? Eso no es lo que enseña hoy la iglesia, ¿no es así? Veras, existe gran confusión sobre la Ley y la Gracia que ha sido parte de muchos círculos cristianos por varios siglos ya. Pero no había confusión en el pensamiento de Esteban – ni en Pablo, Juan, Santiago, Pedro o el resto de ellos. Ningún apóstol hablo contra Moisés (el griego aquí es blasphema eis Mosen, literalmente “blasfemia sobre Moisés”). Nadie pudo encontrar base para tal acusación. Aparentemente, los apóstoles no veían ninguna disparidad entre la ley y la gracia.

Pablo nos ayuda a ver por qué. La gracia siempre ha sido el medio de salvación. Abraham fue salvo por gracia. Nosotros también. La gracia no tiene nada que ver con gana el favor con Dios – pero- ser obediente a las instrucciones de Dios tiene todo que ver con ser útil a los propósitos de Dios. No existe conflicto entre la ley y la gracia porque no tienen que ver con lo mismo.

La obediencia trae utilidad, bendición y propósito. Eso no es lo que trae la gracia. La gracia trae la posición correcta ante el Padre. Solo El ejecuta el proceso que nos declara justos. Pero somos llamados a la obediencia por gratitud para que podamos serle de máxima utilidad a Él. Eso es lo que tiene que ser un esclavo – útil. Y Dios nos ha dado el libro en utilidad. Se llama la Tora.

Nota, si deseas, que la confusión sutil sobre la ley y la gracia está presente en esta pequeña traducción. Veras, el griego no repite la palabra “contra.” Combina la blasfemia contra Moisés en la misma categoría que la blasfema contra Dios. El griego dice, “blasfemo sobre Moisés y Dios.” Esto implica que cuando hablo contra lo que dijo Moisés, también hablo contra lo que dijo Dios.

Dijeron lo mismo. Cualquier judío habría leído ese pasaje de esa manera. ¡Pero nos hemos graduado! Ahora hacemos distinción entre las enseñanzas de Moisés y las de Dios. ¿Me pregunto por qué? ¿Supones que los traductores deseaban que pensaras que existía alguna división entre estas dos?

¿Quieres vivir la vida maximizada? ¿Quieres serle enteramente útil a Él? Bien, El te dice exactamente como hacerlo. ¿Estás escuchando?
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Dr.Skip Moen.AtGodsTable.com

SACÙDETE Y SUBE


Se cuenta de cierto campesino que tenía una mula ya vieja. En un lamentable descuido, la mula cayó en un pozo que había en la finca. El campesino oyó los bramidos del animal, y corrió para ver lo que ocurría. Le dio pena ver a su fiel servidora en esa condición, pero después de analizar cuidadosamente la situación, creyó que no había modo de salvar al pobre animal, y que más valía sepultarla en el mismo pozo.

El campesino llamó a sus vecinos y les contó lo que estaba ocurriendo y los enlisto para que le ayudaran a enterrar la mula en el pozo para que no continuara sufriendo. Al principio, la mula se puso histérica. Pero a medida que el campesino y sus vecinos continuaban paleando tierra sobre sus lomos, una idea vino a su mente. A la mula se le ocurrió que cada vez que una pala de tierra cayera sobre sus lomos. ¡ELLA DEBÍA SACUDIRSE Y SUBIR SOBRE LA TIERRA!

Esto hizo la mula palazo tras palazo. "¡SACÚDETE Y SUBE. Sacúdete y sube, sacúdete y sube!" repetía la mula para alentarse a sí misma. No importaba cuan dolorosos fueran los golpes de la tierra y las piedras sobre su lomo, o lo tormentoso de la situación, la mula luchó contra el pánico, y continuó SACUDIÉNDOSE Y SUBIENDO. A sus pies se fue elevando de nivel el piso.

Los hombres sorprendidos captaron la estrategia de la mula, y eso los alentó a continuar paleando. Poco a poco se pudo llegar hasta el punto en que la mula cansada y abatida pudo salir de un brinco de las paredes de aquel pozo. La tierra que parecía que la enterraría, se convirtió en su bendición, todo por la manera en la que ella enfrentó la adversidad.

¡ASÍ ES LA VIDA! Si enfrentamos nuestros problemas y respondemos positivamente, y rehusamos dar lugar al pánico, a la amargura, y las lamentaciones de nuestra baja autoestima, las adversidades, que vienen a nuestra vida a tratar de enterrarnos, nos darán el potencial para poder salir beneficiados y bendecidos.

Romanos 5:3-4 Y no sólo esto, sino que también nos gloriamos en la tribulaciones, sabiendo que la tribulación produce paciencia; y la paciencia, prueba; y la prueba, esperanza.
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http://clicks.aweber.com/y/ct/?l=FzGPu&m=1dZ87oDOAdzGUv&b=mg_S0KT8eOwjCUjabNNIHA

lunes, abril 27, 2009

Soy un evangèlico Catòlico Pentecostal



Juan Stam, Costa Rica

Cuando mi esposa Doris y yo llegamos a Basilea en 1961, conocimos un grupo de españoles, mayormente de la iglesia reformada, que habían comenzado un estudio bíblico y estaban orando que Dios les enviara un pastor de habla española. Respondimos entusiasmados, pero había un pequeño problema. El consistorio de la iglesia reformada, con toda razón, quería saber de qué iglesia era yo. Mi respuesta fue, "soy pastor de la Asociación de Iglesias Bíblicas Costarricenses", conocida como la "AIBC". Todavía veo la confusión en el rostro del pastor reformado, y siento la mía a tratar de aclararle qué era mi afiliación eclesiástica. Una semana después el pastor me buscó de nuevo y me dijo que el consistorio no lograba entender eso de la AIBC y que por favor se lo volviera a aclarar. Afortunadamente, todo se resolvió y tuvimos una experiencia pastoral inolvidable.

En esta vida humana, es importante tener una identidad, y una identidad que otros puedan reconocer. Da mucha seguridad poder decir, "Yo soy presbiteriano" o "soy pentecostal" o alguna otra afiliación respetada. Es un poco inquietante llevar una identidad no reconocida. Pero también nuestra identidad nos puede limitar. Por ejemplo, "soy presbiteriano y gracias a Dios no soy bautista" o "soy un anglicano respetable y decoroso y no como esos pentecostales escandalosos" (o "soy pentecostal y no como esos anglicanos fríos y espiritualmente muertos"). La iglesia es una sola, y no debo ser lo que soy contra lo que son otros, sino junto con ellos y ellas en la gran comunidad de fe.

(1) Yo soy evangélico y lo soy con toda la convicción de mi ser. Para mí, esa palabra está escrita sobre mi corazón y mente en letras de oro. "No me avergüenzo del evangelio, porque es poder de Dios..." Pero no lo soy en el sentido de los "conservative evangelicals" de los Estados Unidos, ni exactamente en el uso latinoamericano como simple equivalente virtual de "protestante". Soy evangélico porque me ha alcanzado la gracia de Dios y esa gracia es el fundamento firme de mi existencia. Bien nos decía Karl Barth que al fin y al cabo, toda la fe evangélica se reduce a dos palabras: Gracia como clave a la teología y Gratitud como base y motivación de la ética. En las palabras conmovedoras de la Confesión de Heidelberg, las tres cosas que necesito saber son cuán grande es mi pecado, cuán grande es la gracia de Dios y cuán grande debe ser mi gratitud. (Como evangélico que soy, esas viejas confesiones no dejan de conmoverme con profunda emoción).
Para mí, teología evangélica significa dos cosas fundamentales: Teología de la gracia de Dios y Teología de la Palabra de Dios. Ser evangélico significa una relación especial con la Palabra de Dios, tanto como Palabra encarnado en Cristo, Palabra inspirada en las escrituras (testimonio a la Palabra encarnada) y Palabra proclamada en la predicación y el testimonio. Ser evangélico significa para mí un gran amor y una pasión por las escrituras, por supuesto sin pretender tener monopolio de la fidelidad bíblica. Siempre he insistido en que todo trabajo teológico tiene que estar bien fundamentado en exégesis cuidadosa del texto bíblico, explícita o implícitamente, o no es un buen trabajo teológico. Por eso me impresiona mucho la afirmación de Barth en el prólogo al primer tomo de su Dogmática de la Iglesia, que no podía seguir fundamentando su teología en la existencia, como había hecho, sino sólo en la Palabra de Dios.

(2) Pero sorpresa, ¡Por ser evangélico, no dejo de ser católico! La palabra "católico" se deriva de la combinación de dos palabras griegas, "kata" (según) y "holos" (el todo) para dar el sentido de "según el todo; universal". Los padres de la iglesia hablaban de la iglesia universal como hê ekklêsia katolikê y las "epístolas generales" como "epístolas católicas". Otro término parecido es oikoumenê, y su adjetivo correspondiente, oikoumenikos, que se refieren a la totalidad del mundo habitado. Así de nuevo, la iglesia universal, en todo el orbe, es por su naturaleza "la iglesia ecuménica". No reconocerlo sería desconocer la unidad de la iglesia en el cuerpo de Cristo.
En la tradición cristiana, tanto católica como reformado, la iglesia se identificaba por ciertas "notas" clásicas, como "la iglesia una, santa, apostólica y católica". ¡Por supuesto! Como evangélico, creo lo mismo, interpretado en sentido bíblico. Cristo tiene un solo Cuerpo y una sola Esposa; la iglesia es una. La iglesia es "sin mancha ni arruga" en Cristo y está llamada por Dios; es santa. La iglesia está fundada sobre los apóstoles como testigos designados por Cristo (Hech 1; 1 Cor 15) y está llamada a ser fiel a ese testimonio; de esa manera, la iglesia es también apostólica. (La iglesia es apostólica cuando es bíblica, no cuando pretende tener apóstoles hoy). Y la iglesia de Cristo es una sola en todo el mundo habitado, o sea, es también católica y ecuménica. Mi corazón evangélico y pentecostal puede gritar "¡Amen!"

El problema no es con el adjetivo "católica" sino con otro que se añade, que es "romana". Ese es un adjetivo geográfico muy específico y limitante, y podría interpretarse como opuesto a "católico" como universal e inclusivo. De hecho, en amplios sectores de la iglesia católico-romana ha habido, desde inicios del siglo veinte, importantes movimientos hacia un catolicismo más bíblico, evangélico y ecuménico, ¡y por ende más católico! Tengo entre los libros de mi biblioteca uno que se titula, "Hacia una iglesia católica más evangélica". Y recuerdo un sacerdote católico que participó en un encuentro en Europa, que confesó a nuestro grupo, "Pido a Dios cada día que mi iglesia sea menos romana y más evangélica".

Creo que las iglesias evangélicas también tenemos mucho que aprender en cuanto a un amplio y generoso espíritu católico. Lo contrario de "católico" es "sectario" y no hay que analizar mucho para descubrir que algunas iglesias evangélicas son sectarias (aun cuando no sean "sectas" doctrinalmente). La catolicidad de la iglesia ecuménica significa empatía y solidaridad no sólo con todo lo cristiano sino con todo lo humano. Un poeta latino dijo, “Homo sum, nihil humanum a me alienum puto” ("Soy hombre; no considero ajeno nada humano") Y mucho más, si somos cristianos. Por eso un padre de la iglesia (San Ireneo, si recuerdo bien) profundizó la expresión: "Christianus sum, nihil humanum mihi alienum est".

Esto tiene mucho significado para la misión de la iglesia. Primero, porque la iglesia está llamada a hacernos más humanos, más sensibles, menos cerrados y prejuiciados. Segundo, porque esa identificación con la otra persona es el secreto de una evangelización auténtica. Kenneth Strachan, poco antes de su muerte, escribió un valioso libro, "El llamado ineludible", en que señala que la base de nuestra evangelización debe ser la común humanidad que compartimos con todos y todas. Cuando es así, la evangelización hará más humanos tanto a los evangelizados como a los que evangelizan.

(3) También soy pentecostal. No concibo cómo puede haber cristianos que no sea pentecostales, si toda la iglesia nació en el día de Pentecostés y nació profética. Me parece una lamentable desviación semántica que el título de "pentecostal" se limita, muy estrechamente, a sólo un sector de la iglesia cristiana. Bíblicamente entendida, son pentecostales quienes (1) aceptan con gozo los dones del Espíritu Santo (Hechos 2:1-13), predican expositivamente la Palabra de Dios (Hch 2:14-41) y practican radicalmente, en una comunidad revolucionaria, las demandas del evangelio (Hch 2:42-47; 4:32-37).
En ese sentido, toda la iglesia está llamada a ser pentecostal.

Gracias a Dios por el movimiento pentecostal contemporáneo y todo el bien que ha traído a la iglesia, liberándola de una mentalidad estática y cerrada. Personalmente, he sido muy edificado y bendecido por mis experiencias con este movimiento. Por supuesto, a veces han cometido errores y han caído en extremos. Creo que enfrentamos hoy una situación parecida a la de San Pablo. Por un lado, ante los tesalonicenses "anti-pentecostales", Pablo los exhorta a no apagar al Espíritu y no menospreciar las profecías, pero a la vez a examinar todo (1 Tes 5:19-21). En cambio, con los corintios, que eran "ultra-pentecostales", Pablo les exhorta a hacer todas las cosas en orden (1 Cor 14:27-31,40). El anti-pentecostalismo es estéril y no debe ser nuestra actitud, pero tampoco los extremismos del ultra-pentecostalismo.

Los dones del Espíritu Santo son diversos, y los reparte como él quiere (1 Cor 12:11). No hay un sólo don que define el pentecostalismo, sino el conjunto de carismas que imparte el Espíritu, que hemos de recibir con gozo y gratitud. Ser pentecostal significa vivir en la desbordante alegría del Señor y en la libertad que da el Espíritu.

Bueno, es por eso que me identifico como un evangélico católico pentecostal... y también menonita, también moravo, también metodista, y quiera Dios, sobre todo cristiano y humano.

De ese libro que me apasìona y escandaliza



Ignacio Simal, España

“¿No ardía nuestro corazón,mientras nos hablaba en el camino..?”
(Luc. 24:32)
Sí, no se equivoca mi lector. Me refiero a la Biblia. Ese Libro, o esa colección de escritos, que nos facilita, de una forma singular, el encuentro personal e intransferible con el Dios que se manifestó en la vida y en los hechos del profeta de Nazaret. Ese Libro que nos ayuda a orar, que pone palabras en nuestra lengua en momentos en los que ellas nos faltan y que nos sirve de paño de lágrimas cuando éstas afloran a través de nuestros ojos me apasiona y me escandaliza al mismo tiempo.

Fue ese Libro -más exactamente el Evangelio según Mateo- el que me decidió por el seguimiento de Jesús. La Biblia, ese texto que reorientó y dio un sentido nuevo a mi existencia. Dicho en pocas palabras, las Escrituras me apasionaron y me siguen apasionando.
Sí, la Biblia, me apasiona. Pero también he de volver a confesar que, al mismo tiempo, me escandaliza. Y en el escándalo que ocasiona a mi espíritu me conduce a su comprensión, a entender su naturaleza y a la madurez como ser humano.
Me escandaliza cuando leo textos como aquel que afirma la dicha de aquel que coja a los niños y niñas babilonios y los estampe contra una roca (Sal. 139:9). O ese otro que desea para los enemigos que sus vidas sean cortas, que sus hijos queden huérfanos, anden mendigando y que no haya nadie que sienta compasión por ellos (Sal. 109). Podría citar muchos textos más, pero es del todo innecesario. Textos como les que acabo de citar, reitero, me escandalizan, me duelen, sí.
Sin embargo, y al mismo tiempo, esos mismos textos nos introducen en la comprensión de la pasta que da cuerpo a la Biblia y a los seres humanos. Una pasta donde se mezcla el rostro mas brutal de la naturaleza humana con las mas altas cotas que podemos alcanzar las personas (somos portadores de la imagen de Dios). Una pasta donde el carácter humano de esas mismas Escrituras se mezcla con el singular encuentro con Dios que esa colección de escritos posibilita a todo aquel que se dedica con avidez a su estudio. A través de textos dulces y amargos nos colocamos ante el Misterio de Dios.

La Biblia ese texto que surge de la pasión de Dios y de las pasiones de la raza humana nos conduce a Jesús de Nazaret y, por ende, a la madurez. Una madurez que asume todos los textos, todas las teologías que de ellos surgen, y que no nos obliga a hacer lecturas interesadas, sesgadas, parciales y disonantes con la totalidad del texto bíblico. Madurez que nos conduce a hablar con Dios, a entender -limitadamente- a Dios y a comprender que Dios no se ha hecho Letra, sino carne, vida, camino y esperanza en el Mesías Jesús.

Hace unas semanas celebrábamos la resurrección de Cristo, y hoy celebramos, como cada día de nuestra vida, que ese mismo Cristo se manifiesta todos los días a través de esa misteriosa combinación de palabra humana y Palabra Divina que son las Escrituras.

Ese Libro, decía, me apasiona y me escandaliza. En este momento, si mi lector me lo permite, me quedo con el apasionamiento por esos textos. Ya que ellos se convierten en el tabernáculo donde Dios se manifiesta y se da a conocer a los seres humanos. Ese Dios merece ser seguido pues nos conduce hacia un horizonte en el que podemos vislumbrar la fraternidad universal, el reino que anuncio Jesús de Nazaret.

Ese Dios que transciende la Letra, y todas las letras, merece ser amado y seguido pues se ha hecho nuestro hermano y amigo en el Mesías Jesús.
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Ignacio Simal es director/presidente de Ateneo Teológico - Lupa Protestante y pastor de la Iglesia Evangélica Betel (Iglesia Evangélica Española)

TIRAR LOS ODRES VIEJOS


tampoco se echa vino nuevo en odres viejos. De hacerlo así, sereventarán los odres, se derramará el vino y los odres se arruinarán. Másbien, el vino nuevo se echa en odres nuevos, y así ambos se conservan”.Mateo 9:17

Alguna vez la piel de los animales se curó para hacer contenedores para vino. Las pieles se adaptan fácilmente y son flexibles para trabajar con ellas. Pero con el tiempo se hacen duras y pierden su capacidad de expandirse. Jesús les advirtió que el nuevo vino no se debería desperdiciar en los odres viejos. De manera similar, si nuestra mente se fosiliza no sepuede abrir a las ideas frescas de Dios. Nuestras situaciones no necesariamente cambian a menos que estemos preparados para cambiar nuestramanera de pensar.

En Isaías 43:18-19 nos acuerda de no “recordar cosas de antaño”, porque Dios está haciendo cosas sorprendentemente nuevas con nosotros. Si queremos que Dios agrande la percepción de nuestras organizaciones, entonces necesitamos crear espacio para que eso suceda. No debemos permanecer en la mediocridad.Aunque nuestras ambiciones puedan ser demasiado grandes, es solamente paraque podamos crecer dentro de ellas.

De la misma manera que Mark Twain dijo alguna vez, necesitamos “Navegar lejos del puerto seguro. Atrapar el viento”.

Necesitamos estar a la altura y permitir a Dios que nos llene con el “vino nuevo”, pero solamente ¡después de que hayamos tirado los viejos odres!
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Fuente: The Word for Today [La Palabra del Día], UCB, PO Box 255,Stoke-on-Trent, ST4 8YY, Inglaterra

martes, abril 21, 2009

Invitaciòn A Puertas Abìetas


Y vosotros, maridos, igualmente, convivid de manera comprensiva con vuestras mujeres, como con un vaso más frágil, puesto que es mujer, dándole honor como a coheredera de la gracia de la vida (1 Peter 3:7)
Dándole Honor – La palabra para “dar” es aponemontes. Significa “asignar, otorgar o conceder.” Todos estos términos son expresiones de reconocimiento de posición. No puedes dar honor a alguien que no estimas con la máxima consideración.
Adicionalmente, la idea bíblica de gdar honor tiene un giro interesante (¿no es siempre así?). ¿Cuál es el significado bíblico de dar honor? Bien, deberíamos notar que dar siempre comienza con Dios. No puedo dar lo que Dios no me ha dado ya porque Dios es el dueño de todo y la autoridad final. Así que dar honor a mi esposa comienza con la perspectiva de Dios, específicamente, que ella es la ´ezer.
Segundo, dar honor es la expresión de la exaltación reconocida. No quedamos a oscuras con esta. La palabra para “honor” es timen. Pedro utiliza esta palabra cuando describe la revelación final de nuestra fe en el regreso de Cristo. Obviamente, esta es una palabra de suma importancia.
No concedemos honor, ni asignamos honor a quienes consideramos inferiores. Claramente, Pedro no tiene noción de jerarquía inferior o superior. Las dos palabras juntas indican reconocimiento de la posición apropiada – una posición digna de honor. El esposo debe honrar deliberadamente a su esposa.
El rango pleno de timen incluye respeto, valor, dignidad y valor. En el contexto de la carta de Pedro, la imagen del Antiguo Testamento de honrar a Dios debe haber imperado en las mentes de los lectores. Adicionalmente, esta palabra les recordaría el mandamiento de “honrar a padre y madre”, una estipulación ética que conlleva peso tremendo en las culturas antiguas. Inmediatamente nos lleva la palabra hebra kaved¸ la raíz del quinto mandamiento.
La palabra imagen de kaved es la mano abierta ofrecida en la puerta o en el camino. Puedes imaginarte a alguien ofreciendo una mano de bienvenida mientras entras a su casa. La honra es una invitación a entrar. Cuando honramos a Dios, extendemos una invitación para que entre a nuestras vidas. Cuando honramos a nuestras esposas, las invitamos a entrar.
Permite que eso registre. No honras a tu esposa poniéndola en un pedestal, comprándole anillos de diamantes o enviándole flores a menos que estos actos lleguen con una invitación a que entre a tu vida. Honrarla es reconocer su lugar en tu mundo – un lugar donde tú le permites entrar en todo aspecto de quién eres. De hecho, la deshonras cuando avalas o mantienes una agenda, estatus o jerarquía que no los promueve a los dos como entidad única – una carne – ante el Creador.
Pedro sabía exactamente lo que decía. Y no tenía nada que ver con separar al hombre y la mujer en una relación artificial de superior e inferior. ¡La honra borra todo eso! La honra es una política de puerta abierta.
Ustedes esposos, ¿honran a sus esposas? ¿La has dejado entrar, de verdad?

Dr. Skip Moen.
http://www.atgodstable.com

Comer adelgaza


La palabra dieta, de acuerdo con la Real Academia de la Lengua Española, se define como “supresión de una parte o de la totalidad de los alimentos con fines terapéuticos o higiénicos”. Así empieza el problema: tan sólo con saber que debemos comer menos nuestra fuerza de voluntad y ánimo son desafiados y después, probablemente, derrotados.
Estamos hechos para comer y disfrutar al hacerlo. Si no, de qué manera lograríamos la diaria hazaña de despertar y empezar a decidir cuáles son las prioridades de nuestra faena para el resto del día. Ponerle mala cara a la comida no es lo más recomendable, no es la enemiga a vencer. Bien equilibrada será siempre nuestra mejor aliada.
Las personas mejor alimentadas parecen ser más felices. Ojo, mejor no significa exceso. Sólo tendremos que aplicar nuestro sentido común y sobretodo, honestidad cuando iniciemos un programa para perder peso o medidas. Estas variables deben ser cuantificadas con prudencia y basadas en metas reales y objetivas para no sentirnos defraudados.
Algo importante es saber diferenciar entre ansiedad por comer y la verdadera necesidad de alimentarse para dar energía a nuestro cuerpo. El alimento es nuestra “gasolina”, debemos comer a la misma hora, aunque no sintamos hambre. Habrá que ser disciplinados con los horarios y cantidades. Comer sano es una forma de vivir.
El doctor Barry Sears, creador de un régimen alimenticio llamado “La Zona”, ha demostrado de forma práctica y científica que a través de una alimentación equilibrada podemos controlar los niveles de glucosa-insulina en la sangre.
Lograr lo anterior nos mantendrá en un estado óptimo constante. Y con el mínimo esfuerzo, podremos reducir de peso de forma permanente al transformar la grasa almacenada en energía. Nos ayudará a prevenir enfermedades y a mejorar nuestro rendimiento físico y mental.
Las reglas básicas de este sistema alimenticio son:
1. Ingerir alimento en la primera hora después de despertar.
2. Tratar de comer cinco veces al día.
3. Nunca dejar pasar más de cinco horas sin comer.
4. Consumir más frutas y vegetales como fuentes de carbohidratos.
5. Beber un promedio de 2.5 litros de agua al día.
6. No existe culpa cuando se cometan errores al combinar un grupo de alimentos, siempre se podrá compensar en la siguiente comida.
Afirma que los beneficios metabólicos son casi inmediatos. Tendremos menos hambre, estaremos más alertas y con mayor energía desde el primer día. Considera que la pérdida de grasa empieza en siete días y aunque no baje rápidamente de peso, sí lo hará de medidas.
Sugiere varios menús y combinaciones bastante apetitosas. Antes de iniciar cualquier régimen lo más recomendable será consultar a un especialista. Y después ¡Duro con ella! ¡Buena suerte!

Por Reyna Arenas

lunes, abril 20, 2009

EL MÈTODO DE LOS RABINOS


Entonces decía: ¿A qué es semejante el reino de Dios y con qué lo compararé? (Luc 13:18)
Y Con Qué – Si alguna vez existió una frase que nos muestre que Jesús pensaba y hablaba como un rabino judío del primer siglo, ¡es esta! “Y con que lo compararé” es una frase particularmente común entre los rabinos.
El judaísmo rabínico desarrolló la forma literaria de las parábolas como ningún grupo lo había hecho antes. Esta frase introductoria se usaba una y otra vez en la enseñanza rabínica. Cuando Jesús usa estas palabras, El se anuncia como uno de los rabinos. Y, evidentemente, estas palabras eran familiares a todos los que las escucharon. Eran las mismas palabras introductorias que escuchaban cada vez que enseñaba un gran rabino.
De este hecho aprendemos dos lecciones muy importantes. Primero, simplemente no es posible comprender a Jesús desde la perspectiva griega. Si, los documentos del Nuevo Testamento son griegos. Si, los estudios de palabra de los documentos del Nuevo Testamento deben comenzar con griego. Si, la mayoría de los ministros y estudiantes de la Palabra de Dios enfatizan el griego. Pero el idioma de nuestro Señor no fue el griego. El era parte de la tradición rabínica. Caminaba con rabino. Reunía a sus discípulos como rabino. Si deseamos comprender lo que Jesús decía, debemos entrar en Su cultura y Su idioma.
Segundo, una vez que sabemos que Jesús era considerado parte de la tradición rabínica, podemos comprender porque se sorprendían tanto las personas con Sus enseñanzas. Se sorprendían porque lo que enseñaba era nuevo. El sí tuvo aportes importantes a la Palabra de Dios pero no era eso lo que los asombró.
Se asombraron porque, aunque enseñaba con rabino, El no tenía el pedigrí ni utilizaba la misma metodología que los rabinos. Cuando enseñaba el rabino, casi siempre citaba a un rabino anterior – a quién había sido su maestro. EL método era una forma oral de notas de pie de página y referencias. De hecho, la mayoría del tiempo, un rabino memorizaba el comentario de su maestro y lo repetía cada vez que enseñaba. Pero Jesús no hizo esto. Jesús llego sin el pedigrí esperado.
No señalo una larga línea de maestros. No citó a otros sabios. Enseñó “como uno con autoridad,” taquigrafía para decir que enseñó como si El mismo había sido el autor de los comentarios. Esto podrá parecernos perfectamente aceptable a nosotros, pero en el judaísmo del primer siglo, era insólito. Las personas se sorprendían porque El era original – y El enseñaba sobre la Palabra sagrada e inalterable d Dios.
Esto ya no nos parece sorprendente. Estamos tan acostumbrados al Jesús griego que no escuchamos las palabras del Yeshua hebreo. Quizás es una de las razones por la que lo malinterpretamos con tanta facilidad. Nos desbocamos en los comentarios del texto griego sin descubrir primero como era un judío del primer siglo. ¿Crees que gran parte de la controversia que tenemos los cristianos de hoy podría desaparecer si tan solo hiciéramos un poco de tarea cultural?

Dr. Skip Moen
http://www.atgodstable.com

LAS INSTRUCCIONES DEL MAESTRO


Video Audio
por el Hermano Pablo

Era el primer salto en paracaídas. Los ocho jóvenes australianos, todos ellos aprendices de paracaidismo, estaban entusiasmados. El avión que los llevaba volaba a mil quinientos metros de altura, y uno por uno los jóvenes fueron saltando. Todos habían estudiado con esmero. Pero a Alan Bannerman, de la ciudad de Sydney, no le fue bien. Su paracaídas se desplegó antes de tiempo y se enredó en la cola del avión. El joven quedó colgado de la cola en pleno vuelo.
El instructor de Alan comenzó a darle instrucciones: cómo quitarse el paracaídas enredado, cómo abrir el de repuesto, cómo aterrizar. Y siguiendo las instrucciones del profesor, y recordando las lecciones aprendidas en ocho horas de aprendizaje, el joven pudo salir de su amarradura y aterrizar sano y salvo.
¡Qué importante es saber cómo seguir las instrucciones del maestro! Es la única salvedad en cualquier problema que se presente, ya sea en el aprendizaje del paracaidismo o en el caminar de esta vida.
Son ciertamente muy pocos los que practican el paracaidismo, y sin embargo la vida entera es un gran salto. A diario confrontamos situaciones imprevistas. Cada nada tenemos que tomar decisiones de mayor o menor envergadura, y nos perdemos en el gran mare mágnum de perplejidades y desasosiegos que son parte de esta vida.
¿Qué podemos hacer cuando nuestro paracaídas no funciona, cuando nos estamos cayendo indefensos en forma vertiginosa? ¿Hay alguna solución para el alma confundida?, ¿para la vida en caos? Si no es nuestra paz del alma la que va en quiebra, es nuestra conducta, o nuestros negocios, o nuestro hogar o nuestra vida. Siempre hay algo que no anda bien, y a veces estas son situaciones muy severas. Nos estamos cayendo, y no hay salvación. ¿Qué podemos hacer?
Siempre podemos hacer las dos cosas que hizo Alan Bannerman, el paracaidista de Sydney: pedir sinceramente la ayuda divina, y luego seguir las instrucciones del Maestro.

Hay, para las luchas de la vida, un Dios que está atento a nuestro clamor. Según el salmista, ese «Dios es nuestro amparo y nuestra fortaleza, nuestra ayuda segura en momentos de angustia» (Salmo 46:1).
Y es su Hijo Jesucristo, el Maestro divino, quien nos da los pasos a seguir. «Vengan a mí todos ustedes que están cansados y agobiados —nos invita Cristo—, y yo les daré descanso. Carguen con mi yugo y aprendan de mí —nos instruye—, pues yo soy apacible y humilde de corazón, y encontrarán descanso para su alma. Porque mi yugo es suave —concluye— y mi carga es liviana» (Mateo 11:28-30).
Permitamos que Jesucristo sea nuestro Maestro y nuestro socorro.

viernes, abril 17, 2009

"QUE LA FUERZA TE ACOMPAÑE"


Los caballeros Jedi caminan entre nosotros y... son policías. Diez miembros de la Strathclyde Police, un cuerpo de la policía escocesa, se declaran seguidores de la Fuerza, es decir, militan en la venerable orden Jedi como Yoda, Obi-Wan Kenobi o Luke Skywalker.

Pero en lugar de vivir "hace mucho mucho tiempo en una Galaxia muy, muy lejana" estos seguidores de la orden de los caballeros Jedi han elegido Glasgow y sus calles para luchar contra el lado oscuro. Un lado oscuro que en este caso no cuenta con las infinitas tropas del Imperio ni con malvados lord Sith, sino con todos los maleantes y delincuentes que pueblan las calles de Escocia.
Según informa la BBC, desde la propia Strathclyde Police, el único cuerpo policial hasta ahora cuenta con miembros de la orden Jedi en sus filas, han admitido que ocho de sus agentes y dos de sus funcionarios civiles profesan esta peculiar "religión". Un portavoz de esta policía escocesa, que entre personal civil y agentes cuenta con unos 11.000 miembros, señaló que al hacer una encuesta entre sus agentes sobre diversos temas, como orientación sexual o sus creencias, "diez reconocieron que eran seguidores de la religión Jedi". Y lo hicieron de forma voluntaria ya que ninguno estaba obligado a responder a las preguntas.
LA CUARTA RELIGIÓN DEL PAÍS
Los datos que maneja la BBC apuntan que en 2001 unas 390.000 personas estaban inscritos en el censo de Inglaterra y Gales como seguidores de la religión Jedi, colocándola como la cuarta religión más extendida, y en Escocia hay registrados unos 14.000. Pero la Oficina Nacional de Estadística del Reino Unido no reconoce esta fe en la fuerza y la filosofía que se desprende de la saga de George Lucas como creencia o religión y los sitúa dentro del ateísmo.
A pesar de ello, el año pasado los hermanos Barney and Daniel Jones fundaron oficialmente la Iglesia británica del Jedi en la que ofrecieron sermones y oraciones a la Fuerza, evocaciones a su líder máximo, el gran maestro Yoda, y también impartieron entrenamientos sobre el uso del sable láser y técnicas de meditación. Ahora que sabemos que, al menos diez caballeros Jedi patrullan las calles a a sus vecinos escoceses solo les queda desearles aquello de "que la fuerza te acompañe".

miércoles, abril 15, 2009

reflexiòn de un adolescente


Papá, ya crecí, y a veces noto como que eres un poco distraído, eso me hace enojar porque si no te digo las cosas no te das por enterado. Pero ya me percaté de que los hombres en su mayoría, mis tíos, mis abuelos entre ellos, actúan de la misma manera.
Papá, pienso que es por tu lado izquierdo del cerebro.
Y ahora que me pongo a pensar... aparte de eso tú tienes tantas otras cosas tan maravillosas que no tiene mi mamá. Por ejemplo, tú siempre lo sabes todo, lo que yo te pregunte tú me lo respondes, a veces las mamás nunca saben nada y dicen:
"pregúntale a tu papá".
!Gracias pá, eres un sabio!Eso me hace admirarte, ¡Eres lo máximo para mí!.Tienes otra cosa más y que no se puede negar, es tu fuerza, papá. Cuando aprietas mi mano y medimos fuerzas siento que jamás seré igual, pero, yo creceré.
Oigo a mi hermanita cuando grita:
"papi dame tu mano", ahora entiendo que ella se siente segura agarrada de tu mano grande y fuerte.
Con esa fuerza nos proteges, a mamá, a mis hermanitos y A mí.Papá, recuerdo cuando estaba chico y me daba miedo la oscuridad, y yo te buscaba llorando porque debajo de mi cama habían "unos monstruos, grillos", y un buen día cerruchaste las patas de mi cama, ¡Ah papá!, que bien dormí desde esa noche.Cómo podré olvidar que con tu fuerza los venciste a todos, y lo hiciste por mí, aunque pensándolo mejor me doy cuenta, Que por tí también.
Son tan diferentes mamá y tu, papá, sin embargo ambos me dan las mismas cosas que atesoro grandemente, su amor y su compañía.
Me alimentan y me regañan. Otras veces me dan mi zurra, pero no es porque sean malos.
Ahora me doy cuenta de que no son perfectos sino que han hecho una gran tarea en su mejor esfuerzo.
Papá créeme, no te voy a criticar más,¿sabes por qué?Anoche te escuché decirle a mamá, con tu voz quebrada y algo preocupado:
¡He procurado ser el mejor padre!
Te amo y siempre te amaré,
Anita Irigoyen.
Veo que el semblante de vuestro padre no es para conmigo como era antes; mas el Dios de mi padre ha estado conmigo. Genésis 31:5.
Juntaos y oíd, hijos de Jacob, Y escuchad a vuestro padre Israel. Genésis 49:12

AVISO IMPORTENTE


El Fabricante de todos los seres humanos avisa a todas sus unidades, no importa el color o año, que existe un serio defecto en el componente central y primario: el corazón de la unidad.
Esto se debe al mal funcionamiento de los prototipos originales, cuyo nombre de código es Adán y Eva, a través de quienes se ha reproducido el mismo defecto en todas las unidades subsiguientes. Este defecto ha sido llamado técnicamente "Inmoralidad interna subsecuencial", o más comúnmente conocido como P.E.C.A.D.O. Algunos síntomas comunes son:
1. Pérdida de rumbo
2. Emisión de expresiones ofensivas o insultos
3. Amnesia del propio origen
4. Falta de paz y alegría
5.Comportamiento egoísta
6. Depresión o confusión.
7. Estado nervioso
8. Idolatría
9. Rebelión
10. Comportamiento violento
El Fabricante, quien no es culpable de este defecto, provee sin embargo la reparación autorizada gratuita para corregir el defecto P.E.C.A.D.O.
El Técnico Reparador Jesús ha hecho la oferta más generosa: afrontar el costo total de estas reparaciones.
No se requiere por ello ninguna tarifa adicional por parte de ninguna unidad.
El número para comunicarse es el mismo en todas las regiones: O-R-A-C-I-O-N
Una vez conectado, por favor, exprese su P.E.C.A.D.O.
a través del procedimiento de ARREPENTIMIENTO.
Luego, descargue RECONCILIACIÓN desde el Técnico Reparador Jesús y ubíquela dentro del componente Corazón.
No importa cuán grande o pequeño sea el defecto PECADO, Jesús lo reemplazará con:
1. Amor
2.. Alegría
3. Paz
4. Paciencia
5. Amabilidad
6. Bondad
7. Fe
8. Tranquilidad
9. Solidaridad
Por favor, lea el manual de operaciones, cuyo nombre en inglés es B.I.B.L.E. (Biblia) (Believers' Instructions Before Leaving Earth = Instrucciones para creyentes antes de dejar la Tierra), para ampliar detalles.
ADVERTENCIA:
El contínuo operar del ser humano sin las correcciones que se aconsejan, hará que las garantías del Fabricante decaigan, exponiéndose la unidad a problemas y peligros demasiados numerosos para enumerar aquí y sería necesaria la confiscación de la unidad en una fecha futura.
Si tiene algún problema, hay un servicio gratuito de emergencias 7 x 24 x 365 atendido por: JESÚS.
PELIGRO:
La unidad humana que no responda a este llamado será confiscada y desechada antes de dejar la Tierra.
El defecto P.E.C.A.D.O. no le permitirá entrar al CIELO, debido a que se procura prevenir una posible contaminación de las facilidades que se están ofreciendo.
Gracias por su atención.
DIOS!

martes, abril 14, 2009

EL SALVADOR PATRIA QUERIDA



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CONSEJOS PARA LA VIDA


Hoy les hago llegar una colección de 36 consejos para sacarle máximo provecho a la vida que me hiciese llegar un amigo. Si bien no pretendamos que sean “palabra de Dios”, la verdad es que encierran bastante “sentido común” que, como hemos dicho en muchas ocasiones, no es tan “común” nada. Denle una miradita y por favor, permitamos que el Señor pueda utilizarlos para llamarnos la atención con algunos de ellos sobre cosillas que estamos dejando de hacer y que nos pudieran estar robando algo de la riqueza y gozo que la vida tiene para nosotros.
¿Por qué no poner estos consejillos en práctica toda esta semana? Les aseguro que valdrán la pena. Que Dios les bendiga.
Raúl Irigoyen
1. Camina de 10 a 30 minutos todos los días; mientras caminas, sonríe.
2. Siéntate en silencio por lo menos 10 minutos cada día; enciérrate si es necesario.
3. Escucha buena música todos los días, es auténtico alimento para el espíritu.
4. Al levantarte en la mañana, hazte un propósito definido.
5. Vive con las tres E’s: energía, entusiasmo y empatía.
6. Juega más juegos que el año pasado.
7. Lee más libros que el año pasado.
8. Mira al cielo al menos una vez al día y date cuenta de la majestuosidad del mundo que te rodea.
9. Sueña más mientras estás despierto.
10. Trata de hacer reír a por lo menos tres personas cada día.
11. Elimina el desorden de tu casa, tu auto y tu escritorio y deja que nueva energía fluya en tu vida.
12. No gastes tu precioso tiempo en chismes, cosas del pasado, pensamientos negativos o cosas fuera de tu control. Mejor invierte tu energía en lo positivo del presente.
13. Date cuenta que la vida es una escuela y tú estás aquí para aprender. Los problemas son lecciones que van y vienen; lo que aprendes de estos es para toda la vida.
14. Sonríe y ríe más.
15. No dejes pasar la oportunidad de abrazar a quien aprecias.
16. La vida es muy corta como para desperdiciar el tiempo odiando a alguien.
17. No te tomes a ti mismo tan en serio; nadie más lo hace.
18. No tienes que ganar cada discusión; acepta que no estás de acuerdo y aprende del otro.
19. Ponte en paz con tu pasado; así no arruinará tu presente.
20. No compares tu vida con la de otros; no tienes idea del camino que ellos han andado en la vida.
21. Nadie está a cargo de tu felicidad excepto tú mismo.
22. Recuerda que tú no tienes el control de todo lo que te sucede, pero sí de lo que haces con ello.
23. Aprende algo nuevo cada día.
24. Lo que la demás gente piense de ti no es de tu incumbencia.
25. Aprecia tu cuerpo y disfrútalo.
26. No importa que tan buena o mala sea la situación, ésta cambiará.
27. Tu trabajo no se ocupará de ti cuando estés enfermo; tus amigos sí lo harán. Mantente en contacto con ellos.
28. Desecha cualquier cosa que no sea útil, bonita o divertida.
29. La envidia es una pérdida de tiempo; tú ya tienes todo lo que necesitas.
30. Lo mejor está aún por venir.
31. No importa cómo te sientas, levántate, vístete y asiste.
32. Llama a tus familiares con frecuencia y mándales correos diciéndoles que piensas en ellos.
33. Cada noche antes de acostarse da gracias por lo recibido y logrado.
34. Recuerda que estás demasiado bendecido como para estar estresado.
35. Disfruta del viaje. Sólo tienes una oportunidad; sácale el mayor provecho.
36. La vida es bella, disfrútala mientras puedes.
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Enviado por Ricardo Pino; editado por el Pensamiento del Capellán

SUICIDIO DE LA IGLESIA


EEUU: líder bautista denuncia el «suicidio de la iglesia» con pastores sin fe real en Dios
Albert Mohler, presidente del Seminario teológico de los Bautistas del Sur, ha publicado recientemente un artículo en el que da una visión representativa de lo que su denominación opina sobre las teologías protestantes liberales. Titulado “¿Cree tu pastor en Dios?”, el conferenciante y teólogo se muestra preocupado por la aparición de “ateos que predican desde el púlpito”.
Mohler empieza el artículo citando “un reciente reportaje desde Holanda”, que “apunta a una forma de locura teológica” que se estaría extendiendo. Describe el autor que autoridades eclesiales holandesas han decidido no tomar acciones contra un pastor que “abiertamente se considera ateo”. Y finaliza defendiendo que “la iglesia tiene la responsabilidad de clarificar los temas y defender la fe”, porque “si no, no es iglesia”. Y concluye que mientras Holanda ha tenido repercusión internacional debido a que ha impulsado la eutanasia, ahora se estaría dando allí algo nuevo pero similar, “el suicidio de una iglesia”, en relación a casos como el de Klaas Hendrikse. EL CASO HENDRIKSE Mohler explica que Klaas Hendrikse, ministro en una Iglesia Protestante, ya en 2007 publicó un libro que fue descrito como un “manifiesto de un pastor ateo”. En él, Hendrikse argumenta a favor de la no existencia de Dios, aunque insiste que cree en él como un mero concepto. El propio Hendrikse escribe que “la no existencia de Dios no es para mí un obstáculo sino una precondición para creer en Dios, es decir, soy un ateo que cree”. Más adelante dice que “Dios no es para mí un ser, sino una palabra para lo que puede suceder entre personas. Alguien por ejemplo, dice ‘no te abandonaré’, y eso convierte estas palabras en verdaderas. Sería perfecto llamar a esto, pues, Dios”. ATEOS “EN EL ARMARIO” Mohler, en el artículo, considera que “aunque este tipo de lenguaje teológico puede ser chocante, no es tan poco común”. El autor considera que existen teólogos cristianos que “en realidad pueden ser ateos o que no necesariamente creen que Dios exista”, pero que de alguna forma consideran que el “concepto de Dios puede ser útil” para el ser humano. Más adelante, Mohler argumenta que “la mayoría de cristianos estarían muy afectados y escandalizados si supieran que su pastor es ateo, y que no sólo eso, sino que además tiene la intención de seguir siendo el pastor”. Pero en el “entorno doctrinalmente desarmado de muchas denominaciones, el trabajo de un pastor ateo no sólo es entendible, sino real”. De alguna forma, explica Mohler, “Hendrikse es simplemente más abierto respecto a su ateismo de lo que lo son otros”. El autor sigue diciendo que “muchos protestantes de teología liberal creen que Dios es, finalmente, un concepto intelectual que puede dar sentido a la vida”, y “no un ser divino que es real, que tiene vida por si mismo, y que es soberano sobre todo lo creado”. EL PROBLEMA: LA NO REACCIÓN También es preocupante, para el representante bautista, que en el caso del pastor holandés, “ninguna de las dos denominaciones de las que forma parte Hendrikse le ha pedido su dimisión o ha empezado un proceso disciplinario”. Solo se anunció a los creyentes que “se abriría un debate sobre el sentido de las palabras (usadas por Hendrikse) que logre aclararlas”, y que sólo a partir de ese punto se plantearía cuáles podrían ser los siguientes pasos. “Así es el mundo protestante de teología liberal”, concluye Mohler, una denominación cristiana “que no exige a sus pastores que crean en Dios es una denominación que ha llegado al punto más bajo en términos de demencia teológica”. Porque en realidad, “la autodestrucción teológica de la iglesia no empieza con un pastor que no cree en Dios”, sino “con la negación de una doctrina aquí, y la negación de otra allá”. Así, según una fuerte frase del autor, “la cobardía de los burócratas de la iglesia abre una puerta a cualquier tipo de aberración teológica, y así se llega finalmente, claro, a tener a un ateo en el púlpito”.
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MÁS INFORMACIÓN Puede leer aquí el artículo original de Mohler “¿Cree tu pastor en Dios?”.
Fuente: Albert Mohler.com. Redacción: Joel Forster, ACPress.net

lunes, abril 13, 2009

UN SUEÑO ROTO


El sueño de su vida era ser misionero, y parecía como si finalmente se fuera a hacer realidad. Sentado en la oficina de la agencia misionera, el nervioso joven le aseguró al entrevistador que él y su flamante esposa estaban decididos a trabajar duro, administrar sus recursos como buenos mayordomos, y procurar que se proclamara a Cristo al mayor número de personas posible. Confiaban en que todo su futuro estaba saliéndole a pedir de boca.Pero pronto todo iba a parecer como si su sueño se fuera a hacer añicos. Durante su preparación para vivir entre otras culturas él y su esposa se percataron de que ella nunca resistiría los rigores de vivir en el extranjero. Ella era demasiado frágil y débil. Si iban al África, como habían planeado, era seguro que ella moriría.Confuso y destrozado emocionalmente, el joven fue a trabajar para su padre, que era dentista y que tenía un pequeño negocio colateral que producía vino sin fermentar para los cultos de la Santa Cena en las iglesias.Al envejecer su padre, el joven se hizo cargo de este negocio secundario. Un día se le ocurrió que tal vez podría todavía tocar al mundo para Cristo.Podría todavía cumplir las palabras que le había dicho al representante misionero ese día. Trabajaría duro, sería un buen mayordomo de sus recursos, y procuraría que se proclamara a Cristo a tantas personas como fuera posible; solo que lo haría de una manera un poco diferente.Mantendría su promesa sosteniendo financieramente a otros que podrían ir al extranjero como misioneros.Trabajó duro, y con el tiempo logró desarrollar la compañía en una empresa gigantesca. ¿Cómo se llamaba?Welch.Hoy su jugo de uva se vende en todas partes. El Sr. Welch ha ofrendado gigantescas sumas de dinero a la causa de las misiones mundiales. Irónicamente, ha hecho mucho más por la evangelización mundial que lo que podría haber hecho trabajando duro personalmente en el campo misionero. Debido a que se adaptó a sus circunstancias y floreció en donde estuvo plantado, llegó a ser un compañero valioso de las misiones en todo el mundo.
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Extraído de "El Poder de una Alianza en la Iglesia", EditorialBethania,
por John C. Maxwell
Cuando una puerta se cierra, no te des por vencido, quizas hay otras puertas que no haz visto y que se abrirán para hacer incluso mucho más de lo que inicialmente habías pensado.
Cuál fue la última puerta que se cerró?
Ya encontraste la nueva puerta? No olvides con Dios siempre hay nuevas puertas delante de nosotros.

De cierto te bendeciré grandemente, y multiplicaré en gran manera tu descendencia como las estrellas del cielo y como la arena en la orilla del mar, y tu descendencia poseerá la puerta de sus enemigos. Gen 22:17

Conozco tus obras. Mira que delante de ti he dejado abierta una puerta que nadie puede cerrar.
Ya sé que tus fuerzas son pocas, pero has obedecido mi palabra y no has renegado de mi nombre. Apoc 3:8
http://clicks.aweber.com/y/ct/?l=9m5bu&m=1ZiXgGsf2dzGUv&b=HfQLjZmpPqZDYe99miP17A

"Haz lo que mejor sabes hacer y triunfaràs en la vida"



Recientemente presenté una conferencia donde compartía de “Como ir a la Crisis a la Tierra de las Oportunidades” y esta frase se quedó grabada en mí, de hacer lo mejor que pueda con los talentos que tengo para superar esta crisis. Este tema pareciera cansar, pero es lo que muchos están viviendo y mi misión es que puedan darle otra mirada a la crisis y vivan la vida que Dios diseñó para cada uno.Piense por un momento que cuando Dios inició la creación, en la tierra había un caos, esto es igual a crisis. Para que haya un nuevo orden se hace necesario el desorden. Para sobrevivir a las crisis y tener éxito, cualquier persona u organización tendrá que convertirse en un agente de cambio y el modo más eficaz de gobernar el cambio con éxito es crearlo. Eso es lo que hizo Dios creo un nuevo mundo y eso es lo que El espera que nosotros hagamos.En la biblia, que es el gran libro se registra una crisis en Génesis 26, era una gran hambruna y no fue la primera, anteriormente hubo otra en tiempos de Abraham, pero ahora sucede con su hijo Isaac quien se fue a Guerar a vivir como refugiado y allí en esa tierra llegó a ser prosperado. Dios usó una crisis para prosperar a Isaac y estoy seguro que Dios también en estos tiempos quiere prosperarte y llevarte a la tierra de las oportunidades.Indudablemente que los sucesos del mundo nos afectan a todos, no podemos ignorarlos pero tampoco debemos ignorar que nuestra vida no es regida por las variables económicas, financieras, estados de ánimo y emociones. No podemos ser como el avestruz que entierra la cabeza en la tierra para negarse a ver la realidad de un mundo que está cambiando constantemente. La crisis es real y si usted la ignora no es la mejor solución. El asunto es poder abordar el cambio. No todos viven las crisis. Hay personas y empresas que no están siendo afectados por la crisis. También hay un dicho que dice que si del cielo te caen limones aprende a hacer limonadas. Y cuando sabes hacer limonadas estas más cerca de disfrutar la vida, de tener esa paz y esa tranquilidad. Y si vas a hacer limonadas se el mejor en tu área.Dios nos ha dado la habilidad para responder ante la crisis, pero es nuestro compromiso lo que nos llevará a un futuro extraordinario.El poeta Pablo Neruda escribió:…Aprende a nacer desde el dolor y a ser más grande que el más grande
de los obstáculos, mírate en el espejo de ti mismo
y serás libre y fuerte y dejarás de ser un títere de las circunstancias
porque tu mismo eres tu destino.

Levántate y mira el sol por las mañanas y respira la luz del amanecer.
Tú eres parte de la fuerza de tu vida, ahora despiértate,
lucha, camina, decídete y triunfarás en la vida;
nunca pienses en la suerte, porque la suerte es:
el pretexto de los fracasados.Para superar la crisis necesito aprender de mis propios errores que me llevaron a crearla, tengo que enfrentar mis temores, el miedo y nosotros tenemos dos armas, una es el amor y la otra es la fe. Así que tu no estas desprovisto, tienes todo lo que necesitas para triunfar, lo que necesitas es compromiso contigo mismo. Debes proponerte salir de la crisis y actuar, tus acciones tienen gran impacto en la vida que vives.En estos tiempos para superar la crisis necesito desarrollar flexibilidad, resiliencia. Flexibilidad es igual a incertidumbre, cambio. ¿Cómo soy ante los cambios?Si tus pensamientos y emociones son rígidos como el bambú la tendencia es a romperse, pero si son flexibles como un bebe tu esquema te llevará a crecer. Si te lo digo en cristiano debes de ser como un niño para ir a la tierra de las oportunidades. Recuerdan a los que entraron a la tierra prometida, fueron los niños y adolescentes, excepto Josué y Caleb quienes pensaron positivamente y confiaron en Dios ante la crisis de los gigantes cananeos.La crisis habla de nuestra historia, de nuestro pasado, de nuestros pensamientos. No nos relacionamos con la crisis sino con nuestra historia. Como personas necesitamos desarrollar seguridad y confianza.Eso fue lo que hizo Isaac cuando venció sus temores, Isaac sembró semillas ese mismo año y recogió cien veces más. El trabajó como si fuera el mejor tiempo, pero lo hizo mostrándose tal como el era. Cuando nos mostramos tal como somos podemos lograr grandes cosas. Isaac no miro los vientos, ni las nubes, ni CNN, ni consultó la Bolsa de Valores, él hizo lo mejor que podía hacer y logró resultados extraordinarios.Isaac hizo lo que hacen las personas exitosas: reconoció sus talentos y los usó en el lugar adecuado. ¿Conoce usted sus talentos? ¿Los está usando o lo está guardando? ¿Que haría si no tuviera miedo de utilizarlos? ¿Cuál es tu excusa?Tres cosas que debes tener presente:1. Toda crisis finaliza.2. Cada crisis produce gente capaz de superarla.3. La crisis nunca será el problema, sino la respuesta que demos al problema, la que hará la diferencia.Para superar la crisis debemos vencer nuestros temores, confiar en Dios y dar lo mejor de nosotros con los talentos que tenemos como si fuera la mejor época, así que cuando lleguen mejores tiempos estemos preparados.
Hoy es el mejor día para hacer brillar tus talentos, persevera y alcanzarás tus sueños.
Pedro Sifontes
Cristianowww.liderazgocreativo.com

¿Vivir por vivir? o ¿Vivir en paz?


Estas son algunas estrategias de Napoleón Hill, divulgadas en su libro "La magia de pensar en grande". El empleo apropiado de estas técnicas te ayudará a mejorar la calidad de tus relaciones y, por lo tanto, la calidad de tu vida.
1. Mantente fresco cuando otros estén furiosos y pierdan la cabeza.
Tú tienes el control sobre tus emociones, no lo pierdas. No se trata de no demostrar tu molestia, sino de hacerlo mesuradamente, sin después arrepentirte de una acción cometida en un momento de descontrol.
2. Recuerda que cada discusión tiene al menos tres puntos de vista: el tuyo, el del otro y los de terceros, los cuales probablemente están más cerca de la objetividad. Siendo más versátil y viendo las cosas desde la perspectiva de los demás enriquecerás tu propio punto de vista.
3. Espera a calmarte antes de hablar.
Ten en cuenta que la relación es más importante que la discusión. Dale más relevancia a las personas que a las opiniones.
4. Trata a toda persona con la cual tengas contacto como si fuera un pariente rico, de quien esperas ser incluido en su testamento.
Nunca te arrepientas de tratar muy bien a la gente. Es el mejor negocio en todos los sentidos.
5. Busca el lado positivo y agradable, aun de las situaciones más complicadas y dolorosas.
Es una disciplina que te ayudará a pasar más fácilmente los momentos difíciles y a convertir los problemas en oportunidades.
6. Establece el hábito de hacer preguntas y, sobre todo, de escuchar las respuestas.
Pregunta antes de reaccionar. Algunas veces disparamos y después preguntamos.
También preguntamos, pero escuchamos para contestar, y no para tratar de entender.
7. No hagas o digas nada que pueda herir o hacerle daño a otra persona.
Aférrate al proverbio que dice que todo lo que uno haga, se devolverá. La gente no recuerda tanto lo que tú dices o haces, sino la intención con la que lo haces.
8. Sé consciente de la diferencia entre análisis amigable y crítica destructiva.
Observa si el propósito de tus palabras es ayudar, desahogarte o hacer daño.
9. Ten presente que si toleras a los demás, ellos también serán pacientes contigo en los aspectos no muy gratos de tu personalidad.
10. El verdadero líder sabe reconocer sus errores y aceptar responsabilidad.
No olvides que un conflicto bien manejado fortalece la relación, y te ayuda a aprender de las diferencias. Pensar positivamente es una disciplina que, ejercitada con constancia, te dará el poder de cambiar tuentorno y por consiguiente, tu vida.
La vida está llena de conflictos, pero recordemos, Lo que realmente nos afecta no es o que nos sucede sino como reaccionamos a lo que nos sucede.
Job 5:2 Porque el enojo mata al insensato,y la ira da muerte al necio.
Job 18:4Oh tú, que te desgarras en tu ira!¿Ha de ser abandonada la tierra por tu causa,o removida la roca de su lugar?
Santiago 1:20 Pues la ira humana no produce la vida justa que Dios quiere.
http://clicks.aweber.com/y/ct/?l=9m5bu&m=1fuzRnEpDdzGUv&b=b8m9W5AOLldB9CblffhTUQ

viernes, abril 10, 2009

Los profetas tienen un grave peligro:!No saben callarse!(Apo.18)





Juan Stam, Costa Rica

Este capítulo es sumamente fuerte y, para Juan y las iglesias, muy peligroso. En un discurso casi exclusivamente económico y político, Juan se declara, sin tapujos y sin ambages, enemigo del imperio romano. Emplea todo el arsenal del género apocalíptico para denunciar a la gran Babilonia: el oráculo profético, la sátira, la canción de protesta y la celebración himnódica de la ruina del imperio.1 Lo más atrevido fue invitar a los lectores a celebrar jubilosos la futura destrucción del imperio y su capital.

Si Juan hubiera escrito este capítulo hoy, sin duda lo habrían tildado de extremista, subversivo, prejuiciado y a a lo mejor de amargado. Objetivamente visto, el imperio romano ofrecía grandes beneficios a sus ciudadanos (claro, para los esclavos y no-ciudadanos era un cuento muy diferente, pero estamos hablando de la gente importante, la gente con status social, no los negros e indígenas). Sin duda, los sociólogos y economistas del imperio podrían sacar impresionantes estadísticas "per cápita" para mostrar que, en general, la población (los ciudadanos) estaban bastante bien. ¿Por qué tenía que ser tan anti-patriótico Juan de Patmos?2

El ojo profético de Juan le revelaba una realidad muy diferente al consenso de su época, de la "opinión pública" prevaleciente. Juan no podía contemplar el imperio objetivamente, como si él fuera neutral. Juan tenía muchos y grandes prejuicios -- contra el imperio, a favor de los pobres, a favor del reino de Dios y su justicia. ¡Benditos prejuicios! Con esas convicciones, su agudo análisis de la realidad lo hizo un inconforme incurable y un desadaptado social. Como profeta no podría ser otra cosa.

Los profetas y profetisas son personas que han visto a Dios y a la vez están viendo a la realidad del mundo. En Apocalipsis 4-5 Juan está en el cielo, con una visión de Dios y su trono, escuchando las alabanzas de millones de ángeles. Pero en seguida, con la visión de los jinetes, Juan levanta su voz de protesta profética contra el imperio con su militarismo (caballo rojo), injusticia económica (caballo negro), epidemias (caballo amarillo), persecución (quinto sello) y sus estructuras de poder y estratificación social (sexto sello; Ap 6:15-17). Juan oye los cánticos celestiales pero oye también el clamor de las víctimas del imperio.3

Ser profeta tiene dos dimensiones, una vertical y una horizontal, por decirlo así. El profeta ha estado con Dios, ha visto a Dios y conoce a Dios íntimamente, y ve todo desde la perspectiva de Dios. Pero el profeta también vive cerca de su pueblo y ve su realidad. Ambas dimensiones son esenciales. Si sólo ve a Dios, puede ser un místico pero no un profeta. Si sólo ve al mundo, puede ser un sociólogo o un economista, pero tampoco un profeta. El profeta Elías nos da un ejemplo de esta profecía comprometida. Era varón santo, portador del Espíritu y hombre de oración, pero para traer vida al hijo de la sunamita tuvo que subir y extenderse, en contacto chocante y peligroso, sobre el cadáver del niño (2 R 4:32-36; cf. 1 R 17:21). El profeta vive en contacto íntimo con Dios y en contacto con el pueblo, con todos los riesgos correspondientes.

Los profetas tenían (y tienen) el gran problema de realmente creer en Dios, y realmente amar al prójimo y a la justicia (Jer 50:25,31,34; cf. Ap 18:8). Tienen el problema muy incómodo de haber visto al Señor y haber escuchado su voz. Eso no les ayudaba a adaptarse a la sociedad como personas normales y tranquilas. Después de un encuentro con Dios, nadie puede seguir siendo conformista. "Al encontrarme con tus palabras", dice Jeremías (15:16-17), "yo las devoraba, ellas eran mi gozo y la alegría de mi corazón, porque yo llevo tu nombre... He vivido solo, porque tu estás conmigo y me has llenado de indignación". Esa paradójica mezcla de deleite y furia es lo que mueve a los profetas.

Los profetas no eran profetas porque ellos querían serlo, sino porque sabían que Dios les había llamado para hablar en su nombre. No escogieron ser profetas; Dios los obligó, contra su propia voluntad. "El Espíritu me levantó y se apoderó de mí, y me fui amargado y enardecido, mientras la mano del Señor me sujetaba con fuerza" (Ez 3:14).4 Son conocidas las palabras de Amós: "Yo no soy profeta ni hijo de profeta... Pero el Señor me sacó de detrás del rebaño y me dijo: 'Ve y profetisa a mi pueblo Israel'" (7:14-15). Isaías relata en términos poderosamente dramáticos su propio llamado al ministerio profético (Is 6:1-13) y lo vuelve a describir más adelante:

El Señor me llamó antes de que yo naciera,en el vientre de mi madre pronunció mi nombre.Hizo mi boca una espada afilada...me convirtió en una flecha pulida (Is 49:1-2)
Jeremías, el profeta angustiado y lloroso, era profeta a pesar suyo. Fue tan amarga su experiencia profética que dijo que lamentaba haber nacido (15.10; 20:14-15), pues nació para ser "hombre de contiendas y disputas contra las naciones. No he prestado ni me han prestado, pero todos me maldicen" (15:10). Acusó a Dios de haberlo seducido y forzado a ser profeta contra su voluntad (20:7). Ahora, todo el mundo se burla de él, por lo que "la palabra de Yahvéh no deja de ser para mí un oprobio y una burla" (20:8). Pero a pesar de todos los pesares, Jeremías no puede callarse:

Si digo: "No me acordaré más de él, ni hablaré más en su nombre", entonces su palabra en mi interior se vuelve un fuego ardiente que me cala hasta los huesos.He hecho todo lo posible por contenerlo, pero ya no puedo más (20:9)
¿No es acaso mi palabra como fuego,como martillo que pulveriza la roca? (23:29)
Los profetas no podían callarse, porque la Palabra de Dios los consumía. En ellos había nacido un imperativo ineludible de levantar su voz. Un cántico cristiano, que se llama "el profeta", capta la poderosa urgencia de la palabra profética:

Antes que te formarasdentro del vientre de tu madre,antes que tú nacieraste conocía y te consagré. Para ser mi profeta de las naciones yo te escogí:irás donde te envíe,y lo que te mande proclamarás.

Estribillo:
Tengo que gritar, tengo que arriesgar,
¡ay de mí si no lo hago! ¿Cómo escapar de tí?
¿Cómo no hablar si tu voz me quema dentro?
Tengo que andar, tengo que luchar,
¡Ay de mi si no lo hago!
¿Cómo escapar de tí?
¿Cómo no hablar si tu voz me quema dentro?

No temas arriesgartePorque contigo yo estaré;
no temas anunciarmeporque en tu boca yo hablaré.
Te encargo hoy mi pueblopara arrancar y derribar,
para edificar,destruirás y plantarás.
Deja a tus hermanos.deja a tu padre y a tu madre,
abandona tu casaporque la tierra gritando está.
Nada traigas contigo,porque a tu lado yo estaré;
es hora de lucharporque mi pueblo sufriendo está.

Otra canción, de los tiempos de la guerra de Vietnam, es también un grito de protesta profética contra la violencia y la injusticia:

YO NO PUEDO CALLAR
Un río de lágrimas florece,
allá en las aldeas de Vietnamy todos los niños que ahí muerenjamás han tenido navidad.
El hambre clava y clava sus colmillosen Biafra,
Nicaragua y Pakistány claman los ancianos mutiladospor el fatal efecto del napalm.
Yo no puedo callarNo puedo pasar indiferenteAnte el dolor de tanta genteYo no puedo callar.
Yo no puedo callarMe van a perdonar, amigos míosPero yo tengo ahora un compromisoY tengo que cantar la realidad.

Brasil, Río de Janeiro se divierteun río de placer su carnavaly mientras que allá en otros lugaresse mueren por la falta de pan.
Y mientras que los pueblos poderosospuedan echar el trigo en alta marlos cínicos exponen sus razonespara subir el precio y nada más.
Cada minuto muere en este instanteun niño de fatal desnutricióny el perro que se gasta el potentadodevora su filete de exportación.
Yo no puedo callarNo puedo pasar indiferenteAnte el dolor de tanta genteYo no puedo callar.
Yo no puedo callarMe van a personar, amigos míosPero yo tengo ahora un compromisoY tengo que cantar la realidad.
¡Que Dios levante hoy también en América Latina profetas que viven cerca de él y cerca del pueblo, con ese gran defecto de no saber callarse!
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1
Eso no descarta que aparece también una nota muy tierna de dolor por el sufrimiento humano, sobre todo en 18:22-23.

2
Cf. "Cuando ser cristiano huele a anti-patriótico" (Stam 1999A:102-104; 2006:113-114).

3
Ver "Un profeta con la cabeza en el cielo y los pies en la tierra" (Stam 2003:64-63).

4
El AT repite frecuentemente que "la mano del Señor" estaba sobre los profetas (1 R 18:46 hebr; 2 R 3:15; Ez 1:3; 3:14; 8:1). Otra frase hebrea muy frecuente para esta "compulsividad profética" era "la carga de Yahvéh" (12 veces en Isaías, siete en Jeremías, dos en Zacarías y una en Ezequiel, Nahum, Habacuc y Malaquías). A veces se llama "la carga de la Palabra de Dios" (Zac 9:1; 12:1; Mal 1:1). El término MaSâA, del verbo MâSâA (alzar, cargar), se usaba de las cargas prohibidas en día sábado (Jer 17:21 entre otros), de la carga de un asno o dos (Ex 23:5; 2 R 5:17) o de cuarenta camellos (2 R 8:9). La idea es que la palabra profética "pesaba" fuerte sobre ellos. Dada la poca claridad del término "carga" en castellano, RVR y NVI siempre traducen la frase por "profecía" u "oráculo".

Las demandas de la cruz



Son muchas las iglesias que al llegar a la llamada «Semana Santa» celebran la crucifixión del Señor Jesucristo al final de su vida en la tierra. Por inaudita que parezca, esa celebración no es una barbaridad; es la exaltación del Hijo de Dios, quien se entregó a sí mismo en propiciación por nuestros pecados. Mediante la cruz se abre la puerta a la salvación de quienes por su arrepentimiento y su fe, son incorporados al pueblo de Dios. Es comprensible la concentración cristocéntrica en la obra divina de la salvación. De ahí que los escritores del Nuevo Testamento, prácticamente en su totalidad, se refirieran explícitamente a la crucifixión de Jesús como fundamento de nuestra salvación.
Como ejemplo, podemos citar al apóstol Pablo, quien escribió: «Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, sino que Cristo vive en mí, y lo que ahora vivo en la carne lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí» (Gá. 2:20). Y en otra de sus cartas afirmó con vehemente radicalidad: «Yo resolví entre vosotros no saber cosa alguna que no sea Jesucristo, y éste crucificado» (1 Co. 2:2).
El propio Señor Jesucristo declaró a sus discípulos que «debía ir a Jerusalén y padecer muchas cosas de sus adversarios y ser muerto» (Mt. 16:21, Mt. 20:17-18). Él había venido al mundo «no para ser servido, sino para servir y dar su vida en rescate por muchos» (Mt. 20:28). Esta afirmación tuvo confirmación solemne al compartir con sus discípulos el pan y el vino en la cena que él mismo había instituido (1 Co. 11:23-25).
Ahora bien, para el discípulo de Cristo el mensaje de la cruz entraña un cuádruple llamamiento:
Una llamada a la reconciliación y la comunión con Dios
En el Nuevo Testamento la palabra más usada para traducir la experiencia de la conversión es «metanoia», que significa «cambio de mente». Este cambio exige una convicción de pecado profunda y una confesión del mismo, lo que incluye reconocimiento de la naturaleza dañada por el pecado. Esto hace que nos reconozcamos culpables delante de Dios, no sólo por lo que hemos hecho, sino por lo que somos. Lo que la cruz de Cristo demanda de nosotros no es una cosmética espiritual que nos haga honorables a ojos de nuestros semejantes, sino una espiritualidad radical equivalente a una nueva creación (2 Co. 5:17). Lo que se nos pide es que imitemos a Cristo y nos convirtamos en luz del mundo y sal de la tierra (Mt. 5:13-16).
Un par de parábolas bíblicas nos ilustran bien el significado del arrepentimiento y la fe en la conversión. Ambas son tan conocidas como iluminadoras y ambas producen en nosotros convicción y confesión de pecado como principio de una vida nueva en relación santa con Dios, Padre misericordioso.
No puede ser más clara y enternecedora la parábola del hijo pródigo (Lc. 15:11-32). En ella se relata el desvarío de un joven que abandona el hogar paterno y se hunde en una vida de disipación y miseria, pero que reflexiona, confiesa su pecado y vuelve arrepentido a la casa paterna con una confesión conmovedora. Dice a su padre: «He pecado contra el cielo y contra ti; no soy digno de ser llamado tu hijo, pero hazme como uno de tus jornaleros» (Lc. 15:21). En la emotiva respuesta de su progenitor, el hijo no oye ningún reproche, ningún sermón. Sólo palabras de bienvenida y aceptación. Para padre e hijo el regreso de éste se ha tornado en fiesta. El hijo perdido ha sido hallado; había estado muerto y ha revivido. Una gran fiesta ha marcado el comienzo de la más grande de las experiencias: la salvación.
Parábola del fariseo y el publicano (Lc. 18:9-14). El primero era prototipo de una falsa religiosidad. No buscaba la gloria de Dios,sino su propio ensalzamiento, la inflación de su vanidad.Por el contrario, el publicano -odiado cobrador de impuestos para el erario de Roma- no se sentía merecedor de nada. Consciente de sus faltas y del aborrecimiento de los judíos más ortodoxos, «no quería ni aun alzar los ojos al cielo, sino que se golpeaba el pecho diciendo: Dios, sé propicio a mí, pecador».Para Jesús, el juicio sobre aquellos dos hombres era claro: «Os digo que aquel hombre (el publicano) descendió a su casa justificado más bien que aquél, porque cualquiera que se enaltece será humillado y el que se humilla será enaltecido».
Una llamada a la entrega plena
La cruz de Cristo implica una demanda de entrega plena por parte del creyente que decide seguir a Jesús. Pablo fue consecuente también con este compromiso: «El amor de Cristo nos constriñe, habiendo llegado a esta conclusión: que si uno murió por todos luego todos murieron. Y por todos murió, para que los que viven ya no vivan para sí, sino para aquel que murió y resucitó por ellos» (2 Co. 5:14-15).
Esa entrega implica reconocimiento y aceptación plena del señorío de Cristo. Es hermoso poder decir al Señor lo que le dijo Pablo el día de su conversión: «Señor, ¿qué quieres que haga?» (Hch. 9:6). O hacer nuestras las palabras del distinguido líder moravo Conde de Zinzendorf: «Sólo tengo una pasión, y ésta es él, únicamente él».
La entrega del creyente para servir a su Salvador es un gran privilegio derivado de su redención. Constituye un cambio de dueño. Recordemos las palabras de Pablo en su primera carta a los Corintios: «¿No sabéis que no sois vuestros? Porque habéis sido comprados por precio; glorificad, pues, a Dios en vuestro cuerpo y en vuestro espíritu, los cuales son de Dios» (1 Co. 6:19-20). ¿O acaso servimos a Dios a medias? ¿No estaremos pretendiendo seguir siendo señores de nuestra vida a la par que hacemos de Cristo nuestro siervo? ¡Qué absurdo! ¡Y qué indignidad!
Una llamada a la identificación con Cristo
«Si alguno está en Cristo, es una nueva creación; las cosas viejas pasaron y todas son hechas nuevas» (2 Co. 5:17). Con Cristo morimos y con Cristo resucitamos. La comunión con él exige una renuncia a toda forma de desobediencia. En Cristo y con él, el creyente está llamado a vivir una vida de discipulado sin reservas. Son inadmisibles los términos medios en los que nos gusta instalarnos. «Ningún siervo puede servir a dos señores» (Lc. 16:13).
En la portadilla del libro de C. S. Lewis The great divorce (El Gran Divorcio), escribió George McDonald las siguientes inspiradas palabras: «No, no hay escapatoria. No existe cielo alguno con un poco de infierno, no hay modo de retener algo del diablo en nuestros corazones o en nuestros bolsillos. ¡Fuera Satanás con todos sus pelos y plumas!».
Aun los pecados mas sutiles -egoísmo, orgullo, vanagloria, envidia, rencor- acarrean el desagrado del Señor. Contra ellos hemos de luchar sin desfallecimiento si realmente le tenemos a él por Señor. Nuestra fidelidad al Cristo provocará la hostilidad del mundo, pues vivimos en una sociedad abiertamente anticristiana, lo cual nos obliga a luchar contra nuestras propias tendencias pecaminosas.
En nuestra pugna contra toda suerte de fuerzas enemigas más de una vez resbalaremos y caeremos, pero en la cruz de Cristo encontraremos siempre el poder para ser «más que vencedores» (Ro. 8:37).
Una llamada a evangelizar
Aun antes de asumir la cruz, Jesús fue consciente de que una parte esencial de su obra -la formación de la Iglesia- no la iba a realizar solo. Llamó a doce de sus discípulos y los envió a predicar el reino de Dios (Lc. 9:1-6). Después de su muerte y su resurrección, les encomendó la «gran comisión» (Mt. 28:19). La iglesia apostólica pronto vino a ser testimonio vivo de Cristo, lo que acarreó persecución e incluso muerte violenta. Impresiona el testimonio de Esteban, seguido del de Pablo, al que pronto siguieron otros que tuvieron el mismo fin que estos primeros discípulos.
Una vez convertido a Cristo, Pablo vino a ser uno de los paladines de la obra misionera. Con lógica convincente razonó la necesidad de aceptar el reto misionero: «¿Cómo predicarán si no han sido enviados?», para citar a continuación el bello y estimulante texto de Isaías: «Como está escrito: ¡Cuán hermosos son los pies de los que anuncian la paz, de los que anuncian buenas nuevas!» (Ro. 10:15). Bajo la dirección del Espíritu Santo y en circunstancias sumamente adversas tuvo lugar en aquel tiempo una gran expansión misionera en numerosos lugares del imperio romano. No debe de ser casualidad que los periodos más florecientes en la historia de la Iglesia cristiana han sido aquellos en que la obra misionera ha sido atendida con diligencia.
¡Dichosa la iglesia local que instruye a sus miembros en la gloriosa tarea de proclamar el más glorioso de los mensajes! ¡Y bienaventurado el creyente que responde dignamente a las demandas de la cruz!

José M. Martínez
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NOTA DEL PASTOR JOSÉ M. MARTÍNEZEs para mí un motivo de honda satisfacción poder presentar este tema del mes. Después de una larga temporada (casi nueve meses) apartado de toda actividad por mi enfermedad cardíaca, doy muchas gracias a Dios, en primer lugar, por permitirme volver a esta forma de servicio. Pero también quiero aprovechar esta oportunidad para agradecer a todos los lectores y suscriptores de Pensamiento Cristiano las innumerables muestras de apoyo recibidas en este tiempo de prueba. Sin duda vuestras oraciones han contribuido a que la oscuridad de este tiempo haya sido mucho más llevadera. Mis fuerzas no son las de antes, pero mientras el Señor de la vida me dé vida, me pongo a Su disposición para seguir sirviéndole de acuerdo con sus propósitos siempre sabios.«Sostiene Jehová a todos los que caen y endereza a todos los que ya se encorvan» (Salmo 145:14)
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