lunes, diciembre 22, 2008

¿En què sentido la biblia es Palabra de Dios?









Enric Capò, España

La Biblia no es literalmente palabra de Dios. Esta afirmación puede sonar escandalosa a algunos cristianos y es posible que algunos la consideren ajena a nuestras posiciones tradicionales e incluso contraria a las doctrinas básicas del Protestantismo.. Esto es comprensible ya que no es fácil asimilarlo. Nuestro lenguaje ha sido nebuloso a la hora de afrontar este asunto y hemos usado la frase “palabra de Dios” con mucha superficialidad, evitando los escollos que presenta. Pero es hora de afrontar el reto que esta frase representa para nosotros, ya que mucho más escandaloso que negar que la Biblia es palabra literal de Dios, es atribuir a Dios hechos, palabras o mandamientos que encontramos en sus páginas y que no se avienen en absoluto con el carácter del Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo. Por ejemplo: la ley del exterminio sagrado (Deut.20). Aceptar que esto es palabra de Dios sería entrar en un proceso de deterioro de las leyes éticas que, de alguna forma, son aceptadas como correctas en nuestro entorno cultural. Si Dios estableció la ley del exterminio sagrado para el pueblo de Israel, ¿qué nos impide aplicarla nosotros, como ya hicimos en las famosas cruzadas de la Edad Media? Un Antiguo Testamento interpretado literalmente nos puede fácilmente llevar a predicar la guerra santa como hacen los fundamentalistas islámicos. Otros ejemplos en contra de la literalidad en la interpretación de la Biblia los podríamos encontrar en los conocidos debates sobre la esclavitud en los que buenos cristianos defendieron esta institución basándose en textos de las Escrituras.

Si esto es así, ¿Cómo hemos de entender la frase preferida de los profetas: “Así dice el Señor”? Lo que viene a continuación ¿no lo hemos de aceptar como una orden de Dios mismo? Antes de responder a esta pregunta deberíamos recordar que en el Antiguo Testamento nos movemos en un mundo muy diferente al nuestro, en el que también varían las formas de expresarse.

No encontramos en aquel tiempo el celo por lo literal que respetamos nosotros. Cuando el profeta habla en nombre de Dios, no es que haya recibido un mensaje directo y concreto sobre el asunto sobre el cual habla, sino que comunica al pueblo lo que él, como profeta, interpreta es la voluntad de Dios. Habla en nombre de Dios, tal como él lo entiende. Hay en toda la Biblia una revelación progresiva de Dios a los hombres y éstos la reciben de acuerdo con el tiempo y sus facultades de comprensión. Del Dios rudimentario ligado a la tierra y al pueblo que encontramos en el antiguo Israel, pasamos, por ejemplo, al Dios de toda la tierra del profeta Isaías. Del Dios más fuerte que los otros dioses de la época de los jueces, pasamos al Dios único que juzga sobre toda la tierra y
que no hace acepción de personas. Por tanto, la frase “así dice el Señor” la hemos de relativizar. No es la palabra literal de Dios, sino lo que el profeta entiende diría Dios en una ocasión concreta.
A la afirmación de que la Biblia es la palabra de Dios, otros teólogos oponen la frase: la Biblia contiene la palabra de Dios. Hay muchas formas de explicar qué significa este “contiene” y alguna de ellas es muy aceptable. Sin embargo, creo que es justo decir que los conservadores tienen razón al rechazarla, ya que –según su interpretación- contiene elementos subjetivos inaceptables. ¿Quién dice que es y que no es palabra de Dios? ¿Cual es la regla que traza la línea divisoria entre lo que es palabra humana y lo que es palabra de Dios? ¿Hay que rechazar lo que no nos gusta, como hizo Lutero con la epístola de Santiago? Nos encontramos en un callejón sin salida como nos sucede siempre que queremos encontrar una base objetiva para nuestra fe. No la hay.

Ahora bien, a pesar de creer firmemente que la Biblia no es palabra literal de Dios, por lo que a mi respecta, continuaré –como he hecho siempre- hablando de ella como “la palabra de Dios” y lo haré con total honestidad. Creo que la Biblia es instrumento de Dios para hablarnos. No conozco ningún otro lugar donde con tanta facilidad podemos escuchar la voz de Dios en el fondo de nuestra vida. Palabras humanas, testimonios de hombres de fe, relatos tanto del Antiguo como del Nuevo Testamento, se convierten, por el poder del Espíritu, en palabra actual de Dios a su pueblo y al mundo en general. Mi fe y mi vida cristiana tienen su origen en lo que los escritores sagrados nos han ofrecido en sus escritos. No les concedo una autoridad absoluta; dudo, a veces, de la procedencia de sus declaraciones; pero a través de ellos, Dios llega a mi vida. Y llega, no como una ley de obligado cumplimiento, ni como doctrina sana o correcta, sino como el Dios que me salva y me acompaña.

Se me dirá que esta actitud es muy subjetiva y no tiene validez general. Lo acepto, pero al mismo tiempo afirmo que todo lo que tiene que ver con la fe es subjetivo. La fe es siempre una opción que hemos de tomar arriesgando nuestra vida, sin tener argumentos concluyentes y sin garantías. Por esto toda la vida cristiana empieza con un ”yo creo”. Querer tener para la fe bases o fundamentos objetivos, como una Biblia o un papa infalibles, es un camino sin salida. Honestamente, creo que no es transitable.

Por otra parte, ¿no es lo subjetivo lo realmente importante? ¿De que me sirve una Biblia literalmente palabra de Dios, si no me llega al fondo de la vida, si no me afecta personalmente? Me dirán ¿y las normas de conducta? ¿Y la doctrina para formular la fe? ¿Es que no hay necesidad de establecer una ética y una doctrina para toda la Iglesia? No niego que esto sea importante, pero de mandamientos sólo tenemos uno: “Amarás al Señor... amarás a tu prójimo como a ti mismo”; y de doctrinas, tantas como queramos. Su incidencia en la vida cristiana es mínima.

A modo de conclusión, repito lo que ya he afirmado anteriormente: La Biblia no es palabra literal de Dios, pero a través de ella, Dios me habla, me redarguye de pecado, me salva y me muestra el camino más excelente al que se refería Pablo en su carta a los Corintios (12, 31): el camino del amor que “nunca deja de ser” (1 Co 13,8).

Escuchar mùsica media hora al dìa mejora la circulaciòn sanguinea






La música amansa a las fieras... y mejora el ritmo cardiaco de los humanos. Esta es la principal conclusión del último estudio de la Universidad de Maryland (Estados Unidos) que ha demostrado que escuchar música al menos media hora al día tiene efectos muy positivos en la circulación sanguínea a cualquier edad y a largo plazo. Sin embargo, no sirve cualquier tipo de música, sino que deben ser canciones que le gusten al individuo y que no le causen estrés mental al escucharlas.


El Centro de Cardiología Preventiva de la Universidad de Maryland sostiene, tras realizar su estudio, que la música actúa en el organismo humano activando la segregación en el flujo sanguíneo de óxido nítrico, que ayuda a prevenir el crecimiento de coágulos y el colesterol dañino para la salud. "El efecto de la música en la sangre dura sólo unos pocos segundos, pero el beneficio acumulativo de las canciones favoritas de uno permanece y puede ser muy positivo para individuos de todas las edades", explica Michael Miller.

Miller, director del Centro de Cardiología Preventiva de la Universidad de Maryland y responsable del estudio, explica que investigaron los efectos de la música en el organismo humano buscando "tratamientos más baratos y no farmacológicos" para mejorar la salud de sus pacientes, según informaciones del diario británico 'The Times' recogidas por otr/press.
"Creemos que ésta es la prescripción", concluye el investigador, que afirma que media hora de música al día, a largo plazo, puede resultar muy beneficiosa para la circulación sanguínea.

El estudio de la Universidad de Maryland se basó en análisis de hombres y mujeres en buen estado de salud y no fumadores de una edad media de 36 años. Los voluntarios que escucharon música que encontraban agradable durante el estudio vieron cómo el diámetro de sus venas crecía hasta un 26 por ciento. Esto indica, según Miller, que el óxido nítrico fue segregado y se expandió por el cuerpo de los sujetos del estudio, reduciendo tanto los coágulos que podrían haberse formado como el LDL, una forma de colesterol relacionada con el colesterol dañino.

CANCIONES BENEFICIOSAS

Miller asegura que no es tanto el tipo de música que se escuche como el grado de aceptación que ésta tenga en cada persona. Sin embargo, señala que ciertos tipos de música más 'estresante', puede llegar a provocar que las venas se constriñan un 6 por ciento, el mismo efecto que tendría comerse una gran hamburguesa, según el estudio. Los investigadores identificaron este tipo de música como el rap o el heavy metal. Del mismo modo, aconsejan que se evite escuchar cualquier tipo de música que resulte irritante para los oídos, porque sus efectos son similares a ser fumador pasivo.

Este estudio se ha realizado en la misma línea de otros ya presentados, como el de la Universidad de Brunel, que vino a demostrar lo que los dueños de los gimnasios ya sabían: la música puede mejorar el humor de una persona y mejorar la actuación atlética. Así, se comprobó que canciones de los Red Hot Chili Peppers, Madonna, Queen o Rihanna aumentaban la resistencia en un 15 por ciento sin que los sujetos que participaban en el experimento se dieran cuenta de que estaban rindiendo mucho más de lo que lo hacían de forma habitual.

Otro estudio, de la Universidad de Stanford, cerca de San Francisco (California) descubrió que escuchar sinfonías del siglo XVIII podía mejorar la capacidad de concentración de los sujetos que participaban en su estudio.

EXPERTOS ESTUDIAN EL ORIGEN DE LA ESTRELLA DE LA NAVIDAD





Los estudiosos cada vez más sugieren que la Estrella de Belén fue la estrella que conocemos hoy como el Planeta Júpiter -- el rey de los planetas representando al niño Rey de Reyes.(NoticiaCristiana.com) Los estudiosos cada vez más sugieren que la Estrella de Belén fue la estrella que conocemos hoy como el Planeta Júpiter -- el rey de los planetas representando al niño Rey de Reyes. Para obtener detalles, astrónomos como John Mosley necesitan de historiadores:John Mosley, del Observatorio Griffith, dice “usted me da una época y puedo encontrarle algo en el cielo que fue suficientemente interesante para alertar a los Reyes Magos de hacer su viaje”.Gailon Totheroh, de Los Ángeles, dice que “durante los últimos cien años, la mayoría de expertos dicen que Jesus nació alrededor de siete antes de J.C - contradiciendo lo que decían los primeros escritores de la Iglesia - alrededor de 3 antes de J.C”.El historiador Ernest Martin sostiene que esos autores antiguos estaban en lo cierto, permitiéndole a Mosley reconstruir en su computadora los cielos antiguos:“Cinco de agosto, 3 antes de J.C.,....9 de agosto ....y entonces en la mañana del 12 de agosto, 3 antes de J.C., Júpiter y Venus estaban en muy cercana conjunción - puedo ampliar esta parte del objetivo ... de manera que podamos ver a Venus y Júpiter casi tocando. Estaban separados casi por la decimocuarta parte de un grado”, dice Mosley.ImageLa aparición de Júpiter y Venus casi rozando probablemente fue suficiente para que los Magos iniciaran en sus camellos viaje a Jerusalén - porque todas las conjunciones se hicieron en la constelación de Leo - que representaba Israel para los Babilonios.Dr. Ernest Martin, Autor e Historiador dice que “la astrología no es nada más que la corrupción de la verdad primitiva que podemos encontrar en las Escrituras - pero la astronomía y las señales en los cielos que Dios envió para introducir a Su Hijo al mundo son válidas”.Júpiter y Venus representaban un Padre y una Madre - y de ellos se esperaba que naciera un niño rey - y eso fue aparentemente lo que pensaron los Magos.“Pero al momento en que llegaron los Magos casi unos 15 meses después, entonces ya era un niño pequeño”, dice Martin.Pero los Magos vieron más cosas antes de llegar a Belén, Jupiter se acercó a la estrella Regulus, todavía otro símbolo de realeza, no solo una vez, sino que tres veces siguiendo un giro estelar que recuerda a una corona celestial.Y luego... “Venus llega y está en conjunción con Júpiter…”, dice Mosley... debajo de Leo, a la izquierda de Regulus, el diecisiete de junio, dos antes de J.C.“Y encontramos que Jupiter en sus dos bien cercanas conjunciones con Venus y luego tres cercanas conjunciones con la estrella Regulus durante el período de diez meses satisface nuestra noción de lo que habría sido tan emocionante para los Magos y es por esa razón que escogimos, Júpiter como la Estrella”.Por eso los Magos habrían visto esos eventos como una cartelera en el cielo: ¡Un gran Rey ha nacido en Israel!ImageUna vez que habían cruzado el largo "sendero guiado por la estrella" hacia Jerusalén, los escribas ahí les dijeron que hicieran un viaje corto a Belén -- pues las Escrituras hablan de un rey que tenía que nacer de la ciudad de David.Después, el regreso de Júpiter, una vez más esta vez en el vientre de la constelación de la Virgen. Martín lo interpreta como un símbolo de la Virgen María con el niño y una guía para los Magos:“Vieron que se detenía a mitad del cuerpo de Virgo en la dirección de Belén y siguieron la dirección de un ángel y entregaron sus regalos al Niño Jesús”, dice Martín.La fecha, alrededor del veinticinco de diciembre, dos antes de J.C. Peter Jones estudioso
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del Nuevo Testamento dice que Dios le llevó a Jesús esos gurús astrólogos por una razón que todavía es válida para la gente especial en nuestras propias vidas.Peter Jones, del Seminario Westminster dice que “necesitamos tratar de hacernos amigos con ellos, necesitamos llevarles a Cristo, quizás no tengamos una estrella en el cielo, pero somos sus discípulos y eso es lo que el Señor nos dejó. Su mandato de ir y hacer discípulos de los garúes”.ImageY como en la promesa para Abraham. El los haría tan numerosos como las estrellas en los cielos.Aunque todas esas nuevas explicaciones sobre la Estrella de Belén pueden enriquecer el significado de la Navidad, la historia de la estrella representa solamente un capítulo de narración de la historia más grande jamás contad

Feliz Navidad








Feliz Navidad y Prospero año 2.009‏
De: Hugo Orellana



En este tiempo tan especial, quiero desearte una Navidad que Manifieste la profunda paz de Dios (Paz que el mundo aún no conoce y necesita conocer, que ha sido derramada en nuestros corazones. Así como su provisión a cada uno de nosotros.


Que la alegría de la navidad trascienda más allá de un villancico o un regalo. Que el mismo Jesucristo, autor y protagonista de la navidad, encuentre en tu casa, en tu hogar y en tú corazón un lugar, y tu corazón sea transformado en una Belén de Judea, para que recibas al salvador.

¡Muchas felicidades te desea Hugo Orellana y públicaciones Sal y Luz


Y podamos decir junto con Pablo: "Su gracia no ha sido en vano para conmigo..."
“Así, pues, nosotros, como colaboradores suyos,os exhortamos también a que no recibáis en vano la gracia de Dios.2Cor. 6:1

PROPAGANDA TEOLÒGICA

Propaganda Teológica
21 de diciembre Por tanto, que nadie se constituya en vuestro juez con respecto a comida o bebida, o en cuanto a día de fiesta, o luna nueva, o día de reposo; cosas que [sólo] son sombra de lo que ha de venir, pero el cuerpo pertenece a Cristo. (Colossians 2:16-17 LBLA)
Solo – Cuando lees en este versículo la palabra “solo”, ¿te comunica la idea que esas cosas que Pablo recién describió tienen importancia menor? Vemos que Pablo hace una lista de esas actividades que son parte de la observancia a la Tora, pero cuando los traductores agregan la palabra “solo” a este texto, le cambian el énfasis, ¿no crees? Como no existe equivalente griego para la palabra “solo”, los traductores la incorporan la palabra indentada o en corchetes. ¡Más les vale! Lo que han hecho es alterar el texto para que lea según su sesgo teológico. Pareciera que el texto descuenta la observancia a la Tora. Intenta leer el verso sin la palabra “solo” y recibirás un mensaje diferente. La versión de las Américas está comprometida a una teología de dos pactos, y la traducción la incluye en este verso sin dar al lector ninguna explicación o justificación.
Otras versiones son aun peores. La versión Sagradas Escrituras llega a cambiarle el tiempo al griego para que este versículo lea, “lo cual es la sombra de lo que estaba por venir; mas el cuerpo es del Cristo.” Esta es propaganda teológica abierta disfrazada como traducción certera. También veras que el resto del versículo se ha cambiado para disminuir aun más la conexión a la Tora agregando la palabra “empero.” Ahora ya saben por que con frecuencia me refiero a la versión en inglés NIV como la “Versión Casi Inspirada.” Los traductores alteran, agregan o restan del griego y del hebreo para comunicar su posición teológica particular. Claro que no le dicen al lector sobre estas decisiones, así que el pobre lector no sabe que está siendo alimentado propaganda teológica por cucharadas, no una traducción apropiada.
Estas dos versiones, en castellano y en inglés, no son las únicas con perspectiva anti-semita. Algunas versiones cambian el tiempo y las frases secundarios. Algunas agregan palabras sutiles. Algunas traducen el versículo como está escrito en el texto original. A menos que conozcas los sesgos de los comités traductores, siempre estarás sujeto a sus interpretaciones, que permanecen escondidas en las palabras que escogieron. No existe traducción castellana que manifieste certeramente el significado pleno del griego o hebreo. Y como puedes ver, esto no solo es el resultado de la dificultad de capturar matices y profundidades de significado en un idioma y convertirlo en otro. Hay alteraciones deliberadas en juego aquí también.
¿Entonces qué hacemos? Si te sientes descorazonado, no te desanimes. Si, tendrás que tener más cuidado con lo que dices que es la Palabra de Dios si lees las traducciones, pero ahora ya conoces algunas de las alertas rojas. Por lo menos la versión de las Américas sangra las palabras. Otras no se toman la molestia de decirte que cambiaron el texto. Ahora sabrás que se requieren varias Biblias en castellano para acercarte más al original. Y claro, podrías comenzar a explorar una interlineal cuando creas que el texto castellano no suena del todo bien. Adicionalmente, existe una seria de vínculos de internet que pueden asistir. Solo busca las explicaciones que den todo el peso al hecho que estos escritores eran judíos.
Existe un movimiento en pie para recapturar la herencia cultural que perdimos cuando el cristianismo dejo sus verdaderas raíces. Es un esfuerzo para comprender la perspectiva de Dios desde la perspectiva del pueblo que El escogió para Su revelación. En cuanto nos acercamos al final de este año, valdría la pena hacer un compromiso de mirar a Jesús más de cerca, al Mesías judío. Estoy muy seguro que descubrirás que has sido injertado en un estilo de vida mucho más rico de lo que imaginaste. Que seas bendecido en tu diligencia a descubrir lo que Dios en realidad dijo.
Índice Temático: Traducción
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PALOS Y PIEDRAS

Pero El, mirándolos fijamente, dijo: Entonces, ¿qué quiere decir esto que está escrito: "LA PIEDRA QUE DESECHARON LOS CONSTRUCTORES, ESA, EN PIEDRA ANGULAR SE HA CONVERTIDO"? (Luke 20:17 LBLA)
Piedra – “Los palos y las piedras quiebran mis huesos, pero las palabras no me duelen.” Esa rima infantil no era lo que Jesús tenía en mente cuando proveyó Su comentario del significado de la palabra ´eben. Evidentemente debemos comenzar en el griego. En el texto griego encontramos lithon. Puedes reconocer su significado de palabras como paleolítico – “era primitiva de piedra.” Jesús no habló griego, así que debemos leer ésta palabra en hebreo. Una vez que lo hacemos, descubrimos que Jesús utiliza un juego de palabras - ´eben y ben. ´Eben significa “piedra” y ben significa hijo. El juego de palabras viene de la alusión al Psalm 118:22, el cual su audiencia reconoció instantáneamente. En esa alusión, Jesús sugiere que el liderazgo de Israel está en peligro de juicio y cualquiera que se asocie con ese liderazgo tendría por bien reconsiderar su lealtad. El tiempo ha llegado cuando el Hijo actuará como piedra y aplastará a quién se levante en el camino del plan de redención de Dios. Aparentemente algunas palabras si pueden quebrar huesos.
Existe aun otro juego de palabras aun más sutil que no nos atrevemos a ignorar. Éxodo nos dice que el Arca del Pacto contiene el testimonio del Señor. Se refiere a las tablas de piedra que contiene el resumen de la Tora. La iglesia cristiana primitiva vio esta testimonia en relación a Yeshua como piedra angular. Yeshua no es solo el Hijo quién es piedra de tropiezo para quienes rechazan el camino de Dios. El es la representación física de la obediencia a la Tora, un cumplimiento de lo que se escribió en las tablas de piedra. El es la manifestación de la Palabra de Dios (como Juan se esmera en demostrar). Por lo tanto, no solo están en juego ben y ´eben. También lo están dabar y Tora. Sobre piedra (´eben) Dios escribió sus diez palabras (dabar) las cuales se manifestaron en el Hijo (ben) por medio de Su obediencia a las palabras (tora). Todo está unido.
Si algo aprendemos de estos pequeños juegos de palabas, es que toda la Escritura está conectada. No vivimos en un mundo de dos testamentos. Nuestra relación con Dios no es parte de un segundo pacto. Solo existe un mensaje, un mediador, un plan de redención y una manifestación de Su cuerpo. Comenzó con Abraham y continúa hasta hoy. No solo se conectan las palabras, también nosotros estamos conectados. Tenemos parte en el Reino. Somos los hijos e hijas de Abraham. Somos ciudadanos de Israel – y Dios no ha terminado aun con nosotros.
Hoy podemos celebrar una historia adoptiva que se remonta hasta el tiempo de los patriarcas. Hemos sido agregados a aquellos con largas genealogías en las Escrituras porque tenemos un lugar en esta nación de sacerdotes. Comprendemos una vez más cuán importante es nuestra historia común – y la enorme bendición de ser parte de ella. Hoy es un gran dia para elevar el nombre del Señor que nos rescató de la casa de esclavitud y nos liberó para servirle a Él.
Índice Temático: Palabras
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"¿Còmo quisiera... que fueras hombre!"

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«¡Cómo quisiera... que fueras hombre!»

por Carlos Rey

Cuando salió a andar en busca de agua, no estaba comprometida con nada ni con nadie. No intentaba otra cosa que encontrar agua aquella encantadora muchacha del pueblo de los nivaklé. Pero se encontró más bien con un árbol robusto, llamado Nasuk. Fue tan grande la atracción del árbol, que ella sintió que la estaba llamando. No pudo ni quiso resistirlo, sino que lo abrazó apretando el tronco con todo el cuerpo, y clavó las uñas en la corteza, hasta que sangró.
Cuando por fin lo soltó, se despidió de él, desconsolada, con estas palabras: «¡Cómo quisiera, Nasuk, que fueras hombre!»
Cuentan los indígenas de esa región que Nasuk, el guayacán, se hizo hombre y salió en busca de ella. Y no se dio por vencido hasta que la encontró, le mostró la marca de las uñas en la espalda y se tendió a su lado.1
Si hay algo que «nos suena» de esta ingeniosa leyenda de los nivaklé, no será por nada. Lo que hizo aquel guapo guayacán se asemeja bastante a lo que nos narra la historia sagrada que hizo el admirable Hijo de Dios. Ambos se encarnaron —se hicieron hombres— porque sólo así podrían identificarse con el objeto de su amor. Sólo así podrían probarle su amor y estar a su lado para siempre. Pero hay algo sumamente importante que distingue al uno del otro. El guayacán no parece haber tenido otra intención que la de pasar el resto de su vida aquí en la tierra con su amada, mientras que el Hijo de Dios vino para dar su vida por la suya aquí en la tierra, y así poder estar con ella en el cielo por toda la eternidad.
Nuestro Nasuk divino recibió el nombre de Emanuel, es decir, «Dios con nosotros», precisamente porque vino para eso: para estar con nosotros, que somos su amada. Si Jesucristo no se hubiera hecho Hijo del hombre, no habría podido cumplir su misión de buscar y salvar lo que se había perdido.2 Una vez que nos encuentra, nosotros, que estamos perdidos buscando agua que sacie nuestra sed espiritual, encontramos en Él una fuente inagotable de agua. Si bebemos de esa agua, no volvemos a tener sed jamás, sino que dentro de nosotros esa agua se convierte en un manantial del que brota vida eterna.3 Sabemos que la vida que nos ofrece es eterna porque Él no sólo sangró y murió por nosotros, sino que resucitó para estar con nosotros hasta el fin del mundo.4 Y sabemos que resucitó porque, mediante los ojos de la fe que le faltó al apóstol Tomás, podemos ver la marca de los clavos en sus manos.5 Y no podemos dejar de exclamar agradecidos: «¡Cuánto me alegro, Emanuel, que te hiciste hombre!»
------------------------------------------------------------------------------
Eduardo Galeano, Memoria del fuego I: Los nacimientos, 18a ed. (Madrid: Siglo XXI Editores, 1991), p. 15.
Lc 19:10
Jn 4:14
Mt 28:20
Jn 20:24-29
www.conciencia.net

"¡Còmo quisiera... que fueras hombre!"

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por Carlos Rey

Cuando salió a andar en busca de agua, no estaba comprometida con nada ni con nadie. No intentaba otra cosa que encontrar agua aquella encantadora muchacha del pueblo de los nivaklé. Pero se encontró más bien con un árbol robusto, llamado Nasuk. Fue tan grande la atracción del árbol, que ella sintió que la estaba llamando. No pudo ni quiso resistirlo, sino que lo abrazó apretando el tronco con todo el cuerpo, y clavó las uñas en la corteza, hasta que sangró.
Cuando por fin lo soltó, se despidió de él, desconsolada, con estas palabras: «¡Cómo quisiera, Nasuk, que fueras hombre!»
Cuentan los indígenas de esa región que Nasuk, el guayacán, se hizo hombre y salió en busca de ella. Y no se dio por vencido hasta que la encontró, le mostró la marca de las uñas en la espalda y se tendió a su lado.1
Si hay algo que «nos suena» de esta ingeniosa leyenda de los nivaklé, no será por nada. Lo que hizo aquel guapo guayacán se asemeja bastante a lo que nos narra la historia sagrada que hizo el admirable Hijo de Dios. Ambos se encarnaron —se hicieron hombres— porque sólo así podrían identificarse con el objeto de su amor. Sólo así podrían probarle su amor y estar a su lado para siempre. Pero hay algo sumamente importante que distingue al uno del otro. El guayacán no parece haber tenido otra intención que la de pasar el resto de su vida aquí en la tierra con su amada, mientras que el Hijo de Dios vino para dar su vida por la suya aquí en la tierra, y así poder estar con ella en el cielo por toda la eternidad.
Nuestro Nasuk divino recibió el nombre de Emanuel, es decir, «Dios con nosotros», precisamente porque vino para eso: para estar con nosotros, que somos su amada. Si Jesucristo no se hubiera hecho Hijo del hombre, no habría podido cumplir su misión de buscar y salvar lo que se había perdido.2 Una vez que nos encuentra, nosotros, que estamos perdidos buscando agua que sacie nuestra sed espiritual, encontramos en Él una fuente inagotable de agua. Si bebemos de esa agua, no volvemos a tener sed jamás, sino que dentro de nosotros esa agua se convierte en un manantial del que brota vida eterna.3 Sabemos que la vida que nos ofrece es eterna porque Él no sólo sangró y murió por nosotros, sino que resucitó para estar con nosotros hasta el fin del mundo.4 Y sabemos que resucitó porque, mediante los ojos de la fe que le faltó al apóstol Tomás, podemos ver la marca de los clavos en sus manos.5 Y no podemos dejar de exclamar agradecidos: «¡Cuánto me alegro, Emanuel, que te hiciste hombre!»
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Eduardo Galeano, Memoria del fuego I: Los nacimientos, 18a ed. (Madrid: Siglo XXI Editores, 1991), p. 15.
Lc 19:10
Jn 4:14
Mt 28:20
Jn 20:24-29
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