sábado, diciembre 20, 2008

EL PAPEL DEL PASTOR Y DEL LIDERAZGO DE LA IGLESIA LOCAL EN LAS MISIONES MUNDIALES

Por Lic. Juan Carlos Elis
Pastor de la Iglesia Evangélica Jesús El Buen Pastor
Ciudad de Guatemala, CA

Introducción

Una iglesia local tarde o temprano adoptará la personalidad y dinamismo de su liderazgo. El
liderazgo ha sido identificado como el factor humano decisivo en toda empresa. Por eso,
estoy convencido de que el pastor es la clave para que una iglesia sea apasionada en cumplir
el mandamiento de “id y haced discípulos a todas las naciones…” (Mt. 28:19). De manera
que, si la iglesia local no está avanzando en cumplir el propósito de Dios es porque el pastor
de la iglesia está fallando en una de sus funciones principales. ¡El pastor es la clave para que
la iglesia cumpla el propósito de ser luz a las naciones y sal de la tierra! Porque si el pastor
tiene visión, la iglesia avanzará junto con él; si el pastor es un hombre de oración, la iglesia
será una iglesia de oración; si el pastor tiene visión misionera, definitivamente la iglesia
tendrá pasión por alcanzar a los “no alcanzados” con el mensaje del evangelio de Jesucristo.
El objetivo de la presente lección es demostrar la importancia, la responsabilidad y las
posibilidades del pastor de llevar a la iglesia a cumplir la suprema tarea que es la
evangelización del mundo. [1]
La importancia del pastor de la iglesia.
Ya sea en la guerra, los negocios, la familia, la política o la iglesia es siempre lo mismo:
como son los líderes, así es la gente. El líder es siempre importante, y donde se hace más
evidente su importancia es en la iglesia. La efectividad, el testimonio y la salud de una
iglesia es en su mayoría un reflejo de sus líderes, específicamente del pastor y la filosofía
ministerial que este tenga.
El pastor es el que dirige la iglesia, es la persona de mayor influencia sobre la congregación,
(o al menos así debería de ser). Él es quien constantemente está predicando la Palabra de
Dios a la iglesia desde el púlpito y desde ahí le muestra a la congregación el camino por
donde deben andar. La importancia del pastor radica en que a través del estudio serio de la
Palabra de Dios descubre los propósitos de Dios (no los tiene que inventar) para la iglesia y la
organiza alrededor de estos propósitos manteniendo así un equilibrio que traerá salud a la
congregación.
Graves son las consecuencias de enfocarnos en un solo aspecto de la visión de Dios para la
iglesia. [2] De muchos es sabido que si el pastor es solo evangelista la iglesia crece mucho
pero sin mucha base doctrinal. Si el pastor es solamente maestro la tendencia de la iglesia es
conocer mucho de la Biblia pero sólo se está engordando a los miembros. Lo más terrible
que pueda pasarle a una iglesia es que el pastor haya perdido la visión y se haya acomodado,
manifestando una pereza ministerial que paralice el avance de la misión de la iglesia.
De lo anterior aprendemos que la iglesia sigue la orientación del pastor y su filosofía
ministerial. Por eso, es muy importante que el pastor tenga clara la visión del ser y quehacer
de iglesia en este mundo. [3] La visión y propósito que cada pastor debe impulsar en su
iglesia es la de glorificar a Dios por medio de hacer discípulos fieles de Jesucristo en todas
naciones. La iglesia, entonces, va a seguir la visión del pastor.
Responsabilidades del Pastor
El pastor tiene sobre sus hombros las siguientes responsabilidades:
Mover a la iglesia a alcanzar los propósitos de Dios.
Al observar con detenimiento la enseñanza del Nuevo Testamento, y específicamente los
pasajes de Mateo 22:37-40 (El Gran Mandamiento) y Mateo 28:19-20 (La Gran Comisión)
encontramos que los propósitos de Dios para Su iglesia son dados y funcionan en forma de un
proceso. Dichos propósitos son: evangelizar a toda persona; integrarla a la comunión y
membresía de la iglesia; discipularla para que crezca en su vida cristiana; y entrenarla para el
servicio a otros. En todo ese proceso lo que se persigue es honrar a Dios.
De manera que el pastor tiene la responsabilidad de colocar la visión en cada creyente de su
congregación y motivarlo a avanzar en ese proceso que inicia con aceptar el mensaje del
evangelio y llegar a convertirse en un misionero de la gracia de Dios. [4] En otras palabras,
el pastor tiene que llevar a la iglesia a la madurez cristiana. En Colosenses 1:27-28 leemos:
“Que es Cristo en vosotros la esperanza de gloria, a quien anunciamos, amonestando a todo
hombre, y enseñando a todo hombre en toda sabiduría, a fin de presentar perfecto en Cristo
Jesús a todo hombre”. (El subrayado es énfasis mío). Se da cuenta Pablo quería que todas
las personas conocieran la verdad del evangelio de Jesucristo y llegaran a ser maduros en
Cristo. ¡Esa es la visión que cada pastor debe comunicar a su iglesia! Que hermosa
responsabilidad la que tienen todos los siervos de Dios que sirven en el ministerio pastoral.
Lograr que los nuevos creyentes sean cristianos maduros es un proceso que dará como
resultado buen fruto. Un cristiano maduro naturalmente es fructífero y lo manifiesta de dos
formas: 1. Evidencia que en su vida “algo cambió” desde su entrega personal con Jesucristo.
2. Se convierte en una persona que conduce a otras personas a que tengan un encuentro
personal con Jesucristo. En otras palabras, es una persona que: gana almas, tiene visión, ora,
ofrenda, cambia al mundo con el mensaje de salvación en Jesucristo.
Llevar a la iglesia a experimentar la voluntad de Dios.
El pastor también tiene que llevar a la iglesia a experimentar la voluntad de Dios. En
Romanos 12:1-2, Pablo estaba interesado en que la iglesia experimentara y comprobara la
voluntad de Dios. El pasaje en cuestión dice: “Así que, hermanos, os ruego por las
misericordias de Dios, que presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a
Dios, que es vuestro culto racional. No os conforméis a este siglo, sino transformaos por
medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena
voluntad de Dios, agradable y perfecta”. Los pastores deben tener el mismo interés del
Apóstol Pablo, que todos los miembros de nuestras iglesias puedan “comprobar” cuál es la
voluntad de Dios para sus vidas. El plan de Dios para la vida de cada creyente no es
solamente que disfrute de la comunión de los demás creyentes; no es que los creyentes estén
sentados en las bancas todos los domingos sin servir a Dios y al prójimo.
Cada creyente debe saber cuál es el plan de Dios para su vida y los pastores deben equiparlos
y probablemente forzarlos a disfrutar y comprobar ese plan de Dios.
Llevar a la iglesia al trabajo de edificación del cuerpo de Cristo.
Es responsabilidad del pastor equipar a los santos para la obra del ministerio. Efesios 4:11-12
dice: “Y Él mismo constituyó a unos, apóstoles; a otros profetas; a otros, evangelistas; a
otros, pastores y maestros, a fin de perfeccionar a los santos para la obra del ministerio, para
la edificación del cuerpo de Cristo”. Este pasaje nos enseña que el trabajo del pastor es
equipar a la iglesia para que ella pueda hacer el ministerio.
“Pero, ¿qué sucede hoy día? Los pastores hacemos de todo. Hay pastores que durante la
semana visitan los enfermos, visitan los hospitales, preparan el sermón, hacen consejería,
diseñan el boletín de la iglesia y el domingo abren el templo, y limpian los bancos, etcétera.
Y los miembros se alegran de un pastor así. Pero, hermanos, la tarea del pastor es hacer que
la oveja produzca ovejas. Así que tenemos que equipar y enseñar a la iglesia” [5] (Énfasis
mío).
En 2 Timoteo 2:2; Pablo declara a Timoteo el principio de la cadena del discipulado. El
pasaje dice: “Lo que has oído de mí ante muchos testigos, esto encarga a hombres fieles que
sean idóneos para enseñar también a otros”. Pablo encarga a Timoteo, Timoteo debe
encargar lo mismo a Hombres Fieles y estos deben hacer lo mismo con otros. “El
crecimiento siempre se hace con multiplicación, no con adición. (Si un creyente ganara a una
persona por día, en sólo 13, 715, 069 años el mundo entero estaría alcanzado para Cristo.
Esto es adición. Si un creyente gana a uno cada año y le enseña a hacer lo mismo, ¡el mundo
entero estaría alcanzado para Cristo en 33 años! Esto es multiplicación)”. [6]
Posibilidades del Pastor
Algunas de las posibilidades, medios o recursos que el pastor tiene con respecto a las
misiones mundiales son:
La predicación y enseñanza bíblica sobre misiones mundiales.
El pastor puede ocupar la predicación y enseñanza bíblica para ir concientizando a toda la
iglesia con la responsabilidad de que cada uno de ellos se convierta en un misionero del amor
de Dios en Jesucristo, en su barrio, ciudad, país o incluso en otro lugar o cultura.
La educación misionera de los que respondan al llamado misionero.
Las misiones son tareas de la iglesia local. Es ella la que tiene que preocuparse por el
misionero, conocer personalmente dónde está, qué está haciendo y después ofrendar,
sabiendo a dónde va el dinero. También orar, sabiendo por quién está orando. [7] El pastor
debe predicar y enseñar las bases bíblicas de misiones en la iglesia. Debe también dar a
conocer los esfuerzos que se están haciendo en la actualidad para alcanzar a los “no
alcanzados”.
Ministre al liderazgo.
Capacite y comunique la visión al liderazgo primeramente. Convenza a sus líderes claves
que ejercen poder en alguna esfera de la iglesia. Así, el pastor tendrá el respaldo al impulsar
la visión misionera.
Forme o fortalezca el comité de misiones mundiales en su iglesia.
Note aquí que si el comité de misiones es solamente para agregar otro departamento más a la
iglesia entonces no debe de formarlo. Pero, si el comité sirve para facilitar el
involucramiento de la congregación, entonces será un instrumento de mucha bendición para
la iglesia. El comité puede elaborar planes de capacitación misiones que puede incluir:
* Seminarios, talleres, conferencias, congresos.
* Leer libros y manuales de misiones, Revistas, periódicos.
* Investigación (Ventana 10/40, agencias misioneras; perfiles de pueblos no alcanzados;
boletines de entidades misioneras, etc.).
Conclusión
El pastor de la iglesia local tiene un papel fundamental en la ejecución del plan de Dios de
esparcir su gloria a todas las naciones. Si el pastor tiene visión, conocimiento y herramientas
adecuadas, la iglesia se movilizará y como resultado tendremos más obreros, más oración y
más sostenimiento financiero para llevar adelante la obra de Dios. Porque estamos
convencidos de que Dios da la visión, la convicción y la provisión.
[1] Este bosquejo es el desarrollado por Edison Queiroz, en La iglesia latina en misión
mundial, pág. 202.
[2] Para profundizar un poco en estos aspectos ver Antonio C. Nasser, Una iglesia apasionada
por las misiones. COMIBAM Internacional, 1997. Especialmente el cap. # 1 Un retrato de
las iglesias.
[3] Para el estudio de la visión ver Rick Warren, La iglesia con propósito.
[4] Ver C. David Harley, Preparándolos para servir: La capacitación del misionero
transcultural.
[5] Edison Queiroz, La iglesia latina en misión mundial. Pág. 206.
[6] Lic. Donald Parrott, SEPAL, IV Conferencia Misión Mundial de la Iglesia del Seminario
Teológico Centroamericano, 1997. Pág. 13-2.
[7] Ver Neal Pirolo, Sirviendo al enviar obreros: Cómo apoyar a sus misioneros. 1991.
Para encontrar más artículos escritos para FAM, busque en la página web www.famiter.org
Usado con permiso.

ObreroFiel.com – Se permite reproducir este material siempre y cuando no se venda

NACIDO PARA MORIR

Aunque millones de personas celebran el nacimiento de Cristo, pocas parecen ser conscientes de su verdadero significado.

Reconocemos que su nacimiento fue inusitado porque nació de una virgen. Su vida también fue singular porque fue el único que vivió sin pecar. Su muerte también fue inusual. Jesús no fue un mártir.

No fue una víctima de circunstancias desafortunadas que moría por una causa digna. Tampoco dio su vida para dar un buen ejemplo.

Hay mucho más en su historia. El Señor Jesús vino a este mundo para ser nuestro Salvador.EL mismo Jesús dijo que vino a buscar y a salvar lo que se había perdido (Lucas 19:10).

¿Quiénes son los perdidos? La Biblia nos dice que todos pecaron y que la paga del pecado es muerte (Romanos 3:23; 6:23). Para salvar al mundo, Jesús tuvo que morir por él. Vino y vivió una vida perfecta y luego sufrió la muerte que nosotros debíamos haber sufrido.

El verdadero significado de la Navidad es que Jesús nació para morir. Puesto que fue crucificado y luego resucitó de entre los muertos, el perdón de pecados y la seguridad del cielo ahora se ofrecen a todos los que creen (Juan 1:12).

¿Has aceptado el regalo de salvación de Dios? Si no lo has hecho hazlo hoy, y ésta será la Navidad más significativa que hayas vivido jamás.

Si no entendemos que la cruz es más importante que el pesebre, hemos perdido el verdadero significado del nacimiento de Cristo.Mateo 20:28...el hijo del hombre no vino para ser servido, sino para servir y para dar su vida en rescate por muchos.

Fuente: Nuestro Pan Diario 2005

www.RenuevoDePlenitud.com

NOBLEZA EN MEDIO DEL SUICIDIO

por el Hermano Pablo
El revólver estaba ahí. Y el papel y la pluma también. Como obedeciendo una decisión firme y sabiendo lo que tenía que hacer, Pietro Di Pietro, de Milán, Italia, escribió la nota.
«Cedo mis órganos para que sean utilizados por alguien que los necesite.» En seguida, con la misma tranquilidad con que había escrito la nota, tomó el revolver y se disparó un tiro. Pietro Di Pietro tenía doce años de edad.
El suicidio de una persona siempre nos conmueve. Cada día decenas de miles de seres humanos a lo largo y ancho del mundo atentan contra su vida. Pero el suicidio de un niño conmueve el doble. He aquí un pequeño, de apenas doce años de edad, que quién sabe por qué razón se mata a sí mismo.
Sin embargo, Pietro había oído de la donación de órganos de personas muertas para beneficiar a personas vivas. Y había oído, también, del niño norteamericano accidentado, cuyos órganos habían sido donados para algún niño italiano. Y él quiso hacer lo mismo. Ya que él se eliminaba, decidió que sus órganos sirvieran a alguien que los necesitara para salvar su vida.
En este caso hay dos factores que nos conmueven. Uno es la nobleza evidente en un pequeño que apenas comienza a vivir. En contraste con el egoísmo y el ensimismamiento de muchos, este niño, aun en su agonía, pensó en otros: «Cedo mis órganos para que sean utilizados por alguien que los necesite.»
El otro factor que nos conmueve es el hecho del suicidio de un niño. Pietro tenía apenas doce años de edad. ¿Qué agonía podría abatir a un pequeño de sólo doce años, que lo llevara al extremo de quitarse su propia vida?
No podía ser el abuso de un cónyuge. A los doce años nadie se casa. Ni podía ser la pérdida de una fortuna. A los doce años no se manejan fortunas. ¿Entonces qué pudo haber deprimido a un niño a tal grado que lo llevara a suicidarse?
Ya a esa temprana edad los niños saben lo que es el dolor de un hogar en quiebra. Más de un pequeño se ha quitado la vida por causa de padres que se separan. Es más, basta el descuido narcisista de los padres para que un hijo, de cualquier edad, se entregue a las drogas. Y de ahí, sólo hay un paso al suicidio.
Lo cierto es que el divorcio no es una opción para los que tenemos a Cristo como nuestro Señor. Si Cristo es nuestro Dueño, no quebrantamos sus leyes. Salirnos, obstinadamente, con nuestra propia voluntad nunca es más importante que el bienestar de nuestros hijos. Hagamos de Jesucristo el Señor de nuestra vida. Él puede y quiere cambiar nuestra actitud en cuanto al futuro.
www.conciencia.net