viernes, mayo 28, 2010

Resiliencia: aprendiendo a sobreponerse a la trgedia y a la cátastrofe personal.


Autor: Arnoldo Arana
 
“Los niños son inherentemente vulnerables, sin embargo, a la vez son fuertes en su determinación a sobrevivir y crecer”.


Radke-Yarrow y Sherman (1990)

La historia es testigo de primer orden de la inimaginable capacidad que puede manifestar el ser humano para sobreponerse a tragedias, catástrofes, experiencias límites, etc. El ser humano puede mostrar una altísima capacidad para sobreponerse a devastaciones, deprivaciones, pérdidas y experiencias estresantes y dolorosas, y seguir adelante sin perder el sentido de la vida. La historia del hombre ha demostrado que, como dice Boris Cyrulnik, “ninguna herida es un destino”.

Ejemplos como el de Job, Ana Frank, Victor Frankl, y el de otros menos conocidos, pero no menos relevantes, como algunos de los sobrevivientes del holocausto judío a manos de los nazis, o muchos de los niños huérfanos sobrevivientes del bombardeo de Londres durante la segunda guerra mundial, que de alguna manera lograron reorganizar sus vidas y sobreponerse al horror de la guerra y la devastación, ponen de manifiesto la gran capacidad del ser humano para resiliar sus experiencias traumáticas.

¿Qué es la resiliencia?

El término resiliencia tiene su origen en el mundo de la física. Se utiliza para expresar la capacidad de algunos materiales de volver a su estado o forma natural después de sufrir altas presiones deformadoras.

Resiliencia viene del latín resalire (re saltar). Connota la idea de rebotar o ser repelido. El prefijo re refiere la idea de repetición, reanimar, reanudar. Resiliar es, entonces, desde el punto de vista psicológico, rebotar, reanimarse, ir hacia delante después de haber vivido una experiencia traumática.

Según María Eugenia Moneta la noción de resiliencia se refiere al “proceso de poseer una buena tolerancia a situaciones de alto riesgo, demostrando un ajuste positivo en vista de la adversidad o el trauma, y manejando las variables asociadas al riesgo ante situaciones difíciles”.

La resiliencia es, pues, la capacidad del ser humano de enfrentar y sobreponerse a situaciones adversas – situaciones de alto riesgo (pérdidas, daño recibido, pobreza extrema, maltrato, circunstancias excesivamente estresantes, etc.) y generar en el proceso un aprendizaje, e inclusive una transformación. Supone una alta capacidad de adaptación a las demandas estresantes del entorno. La resiliencia genera la flexibilidad para cambiar y reorganizar la vida, después de haber recibidos altos impactos negativos.

Ahora, resiliencia no se trata de la capacidad de sufrir y aguantar como un estoico. Más que la capacidad de enfrentar y resistir maltratos, heridas, etc., la resiliencia es la capacidad de recuperar el desarrollo que se tenía antes del golpe. La resiliencia de la persona permite superar el trauma y reconstruir su vida. Boris Cyrulnik llega aún más lejos y habla de “la capacidad del ser humano para reponerse de un trauma y, sin quedar marcado de por vida, ser feliz”.

De modo que resiliencia no significa invulnerabilidad, ni impermeabilidad al estrés o al dolor, se trata más bien del poder de rebotar (bouncing back) y recuperarse después de experimentar duras adversidades y experiencias estresantes / traumáticas.

¿Cómo se desarrolla la resiliencia?

¿Está la resiliencia influida por factores congénitos (aspectos constitucionales, atributos personales)? ¿Se puede cultivar la resiliencia? ¿Qué determina el que algunas personas logren resiliar sus experiencias traumáticas, mientras que otras sucumban, dada su vulnerabilidad, ante ellas? ¿Qué incide para que personas que nacieron y se criaron en situaciones de alto riesgo, se hayan desarrollado psicológicamente sanos y exitosos? ¿Existen factores sociales (ambiente familiar, social y cultural) o intrapsiquicos que tienden a crear resiliencia en algunas personas? ¿Está restringido el desarrollo de la resiliencia a ciertas etapas específicas de la vida? Estas inquietudes surgen al hablar de este tema.

Ante todo diremos que no se nace resiliente. La resiliencia no es una especie de fortaleza biológica innata, tampoco se adquiere como parte del desarrollo natural de las personas. La resiliencia no es una competencia que se desarrolla fuera de contexto, por voluntad de la persona. No la construye la persona por sí sola sino que se da en relación con un ambiente determinado que rodea al individuo.

Por otra parte, no hay un patrón o fórmula fija para edificarla, sino que cada persona va desarrollándola de acuerdo a sus necesidades, y atendiendo a sus diferencias culturales, en función del contexto donde le toca vivir. En este sentido, el contexto cultural juega un papel fundamental en cómo cada persona percibe y lidia con la adversidad y las experiencias estresantes con que la vida la confronta. De modo que cada persona desarrolla sus propias estrategias para resiliar las experiencias traumáticas. De cualquier modo depende de cómo se de la interacción entre la persona y su entorno. Al respecto comenta Boris Cyrulnik: “La resiliencia se teje: no hay que buscarla sólo en la interioridad de la persona ni en su entorno, sino entre los dos, porque anuda constantemente un proceso íntimo con el entorno social”. En palabras del biólogo Maturana, es un “baile entre los dos”.

Según el neuropsiquiatra Boris Cyrulnik existen dos factores que propician la resiliencia en las personas:

* Si la persona en su infancia temprana pudo tramar un principio de personalidad, a través de un apego seguro, el cual se forja en la relación con el otro (cuidador), mediante una interacción e intercambio que teje la resiliencia desde la comunicación intrauterina, pasando por la conexión con el cuidador, especialmente la madre, que provee seguridad afectiva en los primeros años de vida. Este tipo de interacción se convierte en un mecanismo de protección.

* Si luego del “estropicio” (experiencia traumática), se organiza alrededor de la persona, una red de “tutores del desarrollo”, vale decir, la posibilidad de agarrarse o sostenerse de alguien o algo. Este algo o alguien del cual asirse se convierte en un tutor de la resiliencia, que promueve o provoca el desarrollo psicológico sano y funcional después del trauma. Este cuidador actúa como el medio para que el niño desarrolle un sentido de vida e identidad.

El apego: plataforma para el desarrollo de la resiliencia o base del desarrollo de la vulnerabilidad.

El apego - la forma como se vinculan el cuidador y el niño a edad temprana - constituye un factor decisivo en la construcción de la personalidad, y en cómo el individuo aprende a regular sus propias emociones. El apego da lugar a los primeros sentimientos y sensaciones positivos (afecto, seguridad, confianza) o negativos (inseguridad, miedo, abandono).

El apego puede definirse como el vínculo que una persona establece para formar un lazo emocional intenso con otra. Esta tendencia del ser humano, especialmente en su edad temprana, a vincularse emocionalmente con la persona que percibe como su cuidador, es una necesidad biológica primaria (no aprendida), tan esencial como la necesidad del hambre o la sed.

La disposición o necesidad del niño para establecer vínculos estables con sus progenitores o sustitutos de éstos es tan fuerte, que aún ante la presencia de una figura “negativa” éste se establece. En este caso hablamos del apego evasivo, o apego ambivalente, o apego desorganizado, a los cuales nos referiremos más adelante.

Lo cierto es que la formación del apego ejerce una influencia fundamental para la salud mental y el desarrollo emocional del niño, y tiene un alto impacto en la organización y regulación cerebral. Además tendrá una incidencia determinante en la forma como esa persona en la edad adulta se relacionará y comportará con otras personas. De cómo se vincule el niño a sus cuidadores dependerá el estado de seguridad o inseguridad, ansiedad / temor o estabilidad emocional que desarrollará como adulto. El apego o vinculación afectiva puede ser un predictor de cómo el individuo se comportará de adulto al relacionarse con sus iguales, parejas e hijos.

El estilo de apego, pues, comporta un factor de resiliencia psicológica o un factor de riesgo, en cuanto al potencial que tiene para fomentar la salud y bienestar emocional, y el adecuado funcionamiento cognitivo; o por el contrario, por ser la fuente de problemas psicológicos.

Tipos de apego

Dependiendo de la respuesta del cuidador, el niño puede desarrollar varios tipos de apego:

Apego seguro

Se da cuando el niño desarrolla la confianza de que su cuidador (es) se mostrará (n) sensible (s) y colaborador (es) a sus necesidades básicas o ante una situación amenazante y atemorizante. En la edificación de de este tipo de apego, la madre juega un papel fundamental. La figura materna es la base para la construcción de la resiliencia. El recién nacido es todo necesidad, y depende totalmente de la madre para la satisfacción de sus necesidades. En esta etapa el niño se hace completamente confluente con su madre. La madre es la única referencia de protección y de amor para el niño. Cuando la madre cumple con rol de suministradora de las necesidades del niño, y contribuye a crear un ambiente de seguridad alrededor de él, se propicia la aparición de una relación de apego seguro, que constituye la plataforma para el desarrollo de la resiliencia en el niño. Como lo expresa Margarita G. Mascovich al citar a Fonagy, “el apego seguro es el conducente seguro a la resiliencia”.

El que el niño desarrolle un apego seguro depende de cómo el adulto cuidador (madre, padre, otro) se vincule a éste. Si el contado del cuidador con el niño se establece con sensibilidad a las necesidades de éste (sabe que le gusta al niño), si el cuidador expresa sus emociones positivamente en forma congruente, si disfruta del contacto físico con el niño; entonces, el niño tendrá más posibilidad de desarrollar confianza y seguridad, así como una mayor autorregulación emocional y una mayor congruencia en sus manifestaciones emocionales.

El pego seguro representa los lazos afectivos que actúan como mecanismos o sistemas de autoprotección antes las adversidades y embates hostiles y estresantes del entorno.

Apego ambivalente

En este caso el niño se siente inseguro de su cuidador, ya que éste no es congruente ni consistente en la respuesta hacia el niño. En este contexto se establece una relación del cuidador con el niño caracterizada por baja comunicación verbal, bajo contacto físico, así como bajo nivel de respuesta al llanto y vocalizaciones del niño. Como consecuencia el niño desarrolla un comportamiento colérico y ambivalente, mostrándose pasivo, dependiente y poco disponible a acceder a reglas y límites. Este comportamiento es la respuesta a unos cuidadores que sólo respondían a su expresión emocional de forma intermitente y ambivalente, reaccionando más a los sentimientos negativos que a los positivos del niño.

Luego en su desempeño como adulto las personas que desarrollan un apego ambivalente se muestran dramáticos y excesivamente emocionales, como consecuencia de que la base de su seguridad funcionó mal, manteniendo un comportamiento a la vez “excesivamente apegado” y colérico, con baja regulación emocional.

Apego inseguro (evasivo)

Se da cuando el adulto no responde a las demandas de protección del niño, o lo hace de manera inconsistente, produciendo inseguridad en éste. Este tipo de vínculo impide que el niño satisfaga su necesidad de seguridad, dando lugar al aislamiento del niño (evitación del contacto) o al desarrollo de una actitud ansiosa al percibir falta de disponibilidad de su cuidador.

Bajo este contexto el cuidador evita el contacto físico con el niño. Por otra parte, sus conductas son de rechazo al niño y de oposición a los deseos de esté. Este estilo del cuidador de relacionarse con el niño genera en éste un distanciamiento hacia su cuidador, evitando el contacto físico y emocional con este último.

Apego desorganizado

Este apego se da cuando el cuidador (es) es ambivalente en su trato y forma de vincularse al niño, al que algunas veces acepta y responde favorablemente y otras veces le rechaza, generando en el niño temor y confusión ante el cuidador. Bajo esta forma de vinculación afectiva el cuidador no ofrece al niño angustiado respuestas que tiendan al bienestar de este.

Este estilo de apego en particular se vincula de manera directa con el maltrato infantil. Muy probablemente por la experiencia de maltratos y abusos sufrida que le ocurrieron al cuidador.

Este tipo de apego es el de más alto riesgo, dado lo hostilidad mostrada por el cuidador, que se traduce en rechazo, abuso y maltrato del niño.

Desarrollando resiliencia

¿Cómo promover el desarrollo y el forjamiento temprano de los pilares de la resiliencia? O ¿cómo una persona, familia, institución o nación, logra articular y proveer alrededor de la persona que recibió el trauma, los recursos externos que le permitan retomar un tipo de desarrollo más sano y funcional? ¿Qué estrategias se pueden utilizar para promover la resiliencia? Veamos algunos elementos clave en el proceso.

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Contexto familiar

En primer lugar diremos como lo expresa S. Sánchez:”La resiliencia es una característica que se puede aprender como producto de una interacción positiva entre el componente personal y ambiental de un individuo”. Este componente ambiental mencionado por Sánchez, lo constituye, en primera instancia la familia.

No hay duda que la mayor responsabilidad para la promoción de la resiliencia recae sobre la familia, es lo que va de la mano con las leyes del desarrollo y la ecología propias del ser humano. Y dentro de la familia, el principal rol promotor de la resiliencia, lo constituye la madre, como cuidadora principal. Es así como la interacción funcional o disfuncional de la madre con el niño, genera en este último los aprendizajes que conformarán la forma de vinculación afectiva y el estilo relacional de fortaleza o debilidad, que será la base para la actuación y respuestas del individuo ante los retos y demandas del entorno. En sintonía con esta línea de pensamiento, los resultados empíricos confirman que el tipo de vínculo afectivo edificado en los primeros años de vida, crean las bases para el desarrollo de una persona capaz y segura, con las fortalezas necesarias para enfrentar y sobreponerse a fuertes adversidades y experiencias traumáticas.

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Tutores de resiliencia

Otro elemento indispensable en el proceso de desarrollar resiliencia, se deja entrever en la respuesta esclarecedora aportada por Boris Cyrulnik, en una entrevista que apareció publicada en Le Figaro Magazine: "Todos pueden hacerse resilientes, pues se trata de volver a unir, dentro de lo posible, las partes de la personalidad que fueron destrozadas por el trauma. Pero la sutura no es nunca perfecta y el destrozo deja rastros. Para volverse resiliente, es necesario encontrar cómo se impregnaron dentro de la memoria los recursos internos, cuál es el significado del trauma para uno, y cómo nuestra familia, nuestros amigos y nuestra cultura colocan alrededor del herido recursos externos que le permitirán retomar un tipo de desarrollo".

Estos recursos externos que menciona Cyrulnik, sólo pueden ser aportados por los tutores de la resiliencia (familia, amigo, cultura). Agrega Cyrulnik: “Si la herida es demasiado grande, si nadie sopla sobre las brasas de resiliencia que aún quedan en su interior, será una agonía psíquica y una herida imposible de curar” (Cyrulnik, 2001). Al respecto comenta también Ma. Elena Fuente Martínez: “En este proceso de re-construccion la presencia de los otros es significativa, pues en soledad no es posible encontrar los recursos para sanar el dolor, necesitamos de otro para expresar, hablar, compartir, significar y construir acciones que permitan elaborar las experiencias dolorosas”.

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Sentido de vida

Finalmente, dar un sentido a la vida constituye un elemento esencial que permite a la persona que ha sufrido un trauma sobreponerse. Al respecto dice Anna Forés: “Cuando la búsqueda de sentido tiene un desenlace favorable, entonces, la persona herida puede avanzar en su proceso de transformación. Al contrario, si esta búsqueda continúa indefinidamente sin respuesta, sólo encontraremos una herida que nunca cicatrizará: la sensación de desasosiego y el dolor persistirá por mucho tiempo”. Bien lo decía Nietzsche: “Quién tiene un porque vivir, encontrará un cómo”. O dicho en palabras del Dr. Stephen Covey:”Desgraciado de aquel que no viera ningún sentido en su vida, ninguna meta, ninguna intencionalidad y, por tanto, ninguna finalidad en vivirla, ése estaría perdido. El hombre que se hace consciente de su responsabilidad ante el ser humano que le espera con todo su afecto o ante una obra inconclusa, no podrá nunca tirar su vida por la borda. Conoce el «porqué» de su existencia y podrá soportar casi cualquier «cómo»”.
El ser humano vive permanentemente en busca de un significado que le de sentido a su vida y cuando no lo encuentra sucumbe ante las exigencias del entorno. Como decía R. May: “El ser humano no puede vivir una condición de vacío por mucho tiempo: si él no está creciendo hacia algo, no solamente se estanca; las potencialidades reprimidas se convierten en morbosidad y desesperación y eventualmente en actividades destructivas”. Esta realidad se hace aún más manifiesta, en situaciones de dificultad y de carencia importantes (muerte, pobreza extrema, pérdidas importantes, enfermedades, maltrato, deprivaciones, abusos, etc.).

Dice al respecto un sobreviviente de los campos de concentración nazi, y sin duda un resiliente, el Dr. Victor Frankl: “Una persona que se proyecta hacia un sentido, que ha adoptado un compromiso por él, que lo percibe desde una posición de responsabilidad, tendrá una posibilidad de supervivencia incomparablemente mayor en situaciones límite que la del resto de la gente normal”.

El sentido devuelve, pues, a la persona inmersa en situaciones devastadoras y trágicas a abrirse a los aspectos positivos y esperanzadores de la existencia.

Conclusiones:

* Los estudios demuestran que cuando los niños logran establecer en sus meses y años más tempranos, un vínculo seguro como apego (seguridad, confianza en el cuidador, etc.), esta condición actúa como un predictor de su capacidad de resiliencia. En este proceso la madre juega un papel fundamental, aunque el niño no es sólo un “recipiente pasivo” en el proceso, sino que actúa como “coautor” junto con la madre y el padre, sin obviar el peso del contexto cultural. Por el contrario, los estilos de apego inseguro, dificultan la aparición de la resiliencia, aunque este estilo de apego no debe ser visto, en términos deterministas, como una fatalidad, sino como un tendencia que puede ser revertida, si se aborda adecuadamente.

* En el momento del trauma, la existencia de tutores de resiliencia, sirven como apoyo fundamental para ayudar al individuo a recuperar el sentido de la vida. En palabras de Boris Cyrulnik, se requiere de "alguien que les marque la vida en forma positiva, en el plano de los afectos".

* La evidencia empírica muestra que los niños resilientes, aquellos que lograron establecer un apego seguro, manifiestan tener competencias para la interacción personal, la socialización, la fortaleza para sobreponerse a las adversidades, la autorregulación afectiva, la orientación hacia los recursos sociales, la autoestima sana, la creatividad y el ingenio para sortear obstáculos, entre otras.

* “La resiliencia es un proceso dinámico, que tiene lugar a lo largo del tiempo, y se sustenta en la interacción existente entre la persona y el entorno, entre la familia y el medio social. Es el resultado de un equilibrio entre factores de riesgo, factores protectores y personalidad de cada individuo, funcionalidad y estructura familiar”. (Alicia Engler)

Bibliografía:

* Moneta María Eugenia, Apego, Resiliencia y Vulnerabilidad a Enfermar: Interacciones Genotipo-Ambiente. Gaceta de Psiquiatría Universitaria, Universidad de Chile, año 3, volumen 3, No. 3 septiembre de 2007.

* Cyrulnik Boris, De Cuerpo y Alma, Gedisa, 2007

* Entrevista a Boris Cyrulnik por Catherine Nay y Patrice De Meritens, Le Figaro Magazine, sábado 24 de julio de 1999. Edición Internacional.

* Fuentes Ma. Elena, ¿Es posible la felicidad? Vínculo y apego, http://www.monografias.com/trabajos32/felicidad-posible/felicidad-posible.shtml

* Domínguez J., Resiliencia Después del Huracán Katrina y Rita. En red: www. apa-helpcenter.org /articles/article.php?id=114 .Recuperado 9 de octubre de 2005.

* Sánchez S. (2003). Resiliencia. Como generar un escudo contra la adversidad. Diario El Mercurio. En red www.resiliencia.cl/investig/ . Recuperado 12 de octubre de 2005.

* Forés Anna, Pedagogía de la Resiliencia, Revista Misión Joven. No. 377 - 2008

* Covey Stephen, El 8vo. Hábito, 2005

* Frankl Victor, En el principio era el sentido, 2000

domingo, mayo 23, 2010

El cuerpo de un extraño animal despierta la curiosidad y temor en los indigenas de Canadá


Toronto (Canadá), 21 may (EFE).- El descubrimiento del cuerpo de una extraña criatura en una remota reserva indígena canadiense ha iniciado una intensa discusión sobre la identidad del mamífero, a la vez que ha despertado preocupación de que su aparición sea "un mal augurio".

Los habitantes de la reserva Big Trout Lake (Lago Gran Trucha), situada en el norte de la provincia de Ontario y a la que sólo se puede acceder por medio de transporte aéreo, descubrieron a principios de este mes el cuerpo de un extraña criatura peluda.


En la página de internet de la comunidad, que pertenece a la etnia indígena oji-cree, se describe el animal como una criatura de unos 30 centímetros de longitud y con "una cara casi humana", lo que ha provocado una intensa discusión sobre si es un animal nunca visto antes o quizás una especie deformada tras estar sumergida.

Pero algunos residentes de Big Trout Lake creen que "el monstruo" es una extraña criatura casi mítica llamada en la lengua local como "omajinaakoos" ("El Feo") y que no ha sido vista desde hace casi medio siglo.

Las fotos colocadas en la página de internet de Big Trout Lake muestran un cuerpo alargado, con pelaje marrón y una cara pálida en la que asoman alargados colmillos curvados. La falta de coloración de los ojos añade una dimensión perturbadora a la imagen.

Según declararon a medios locales algunos de los indígenas más ancianos de Big Trout Lake, el animal es un mensajero de malas noticias.

"Nadie sabe qué es pero nuestros antepasados lo llamaban 'El Feo'. Casi nuca se le ve pero cuando aparece es un mal augurio. Algo malo va a pasar según nuestros antepasados", dijeron los ancianos en la página de internet de la comunidad.

Dios tiene un Plan para ti




Confía en el Señor que puede sanarte y tiene un plan para tu vida.

Nick Vujicic

Soy australiano y actualmente vivo en California. Nací sin brazos ni piernas aunque tengo una hermana y un hermano que nacieron con extremidades. Mi familia es cristiana, mi padre es predicador y muchas veces pedimos al Señor por un milagro, pero éstos no siempre vienen directamente y como los deseamos. La Palabra dice que Él nos levanta aunque no comprendamos Sus planes.

Un día que iba en un carro, aunque no manejando, claro está, nos detuvo un semáforo y en el carro vecino había una chica con la que cruzamos miradas. Ella no me quitaba los ojos de encima y decidí jugarle una broma. Por supuesto que no podía ver mi condición especial así que solté mi cinturón de seguridad y di una vuelta completa sobre el sillón. Ella se asustó muchísimo porque ¡pensó que fui capaz de hacer que mi cabeza girara 360 grados! Fue muy gracioso ver su cara completamente asombrada. Me encanta divertirme y probar cosas nuevas, viajo alrededor del mundo predicando y es muy agradable saber que Dios puede usarme para ser Sus manos y pies, de la misma forma que desea usarte a ti porque ello nunca depende de tu físico sino de tu corazón.

Jeremías 29:11 nos dice: Porque yo sé los pensamientos que tengo acerca de vosotros, dice Jehová, pensamientos de paz, y no de mal, para daros el fin que esperáis.

Dios no miente cuando dice que tiene un plan para todos. Muchas veces le preguntamos y nos frustramos al no comprender porque solamente escuchamos silencio. En esos momentos, nuestra mente es vulnerable a las mentiras del maligno que dice: “Dios no tiene plan para ti, ¿dónde está ahora que no te da tu milagro?”. A pesar de todo, yo creo en los milagros, he visto demasiados ciegos, sordos y cojos recuperarse que es imposible no creer. Por eso tengo un par de zapatos en mi clóset, por si a caso. Le he dicho al Señor: “Es un buen plan hacerme nacer así para que todos vean tu poder cuando me sanes”.

Hay un plan para ti

Jeremías 29: 12-13 promete: Entonces me invocaréis, y vendréis y oraréis a mí, y yo os oiré; y me buscaréis y me hallaréis, porque me buscaréis de todo vuestro corazón.(

sábado, febrero 13, 2010

Beber agua Una Aasignatura pendiente

Antes que polvo somos agua. Vital líquido que tal vez en un futuro se convierta en un “metal precioso”, por él que la humanidad podría estar en conflicto como ahora lo está por el petróleo. Cada uno de nosotros tiene aproximadamente 75% de agua, distribuida en células, tejidos y órganos del cuerpo.

Información diversa sobre el consumo idóneo de este preciado líquido ha dado la vuelta al mundo. La venta de agua embotellada ha generado, además de ganancias millonarias, dudas y confusión con respecto de la cantidad a beber. Campañas publicitarias y programas alimenticios para perder peso nos invitan a diario a consumirla en grandes cantidades.
¿Quién parece tener la respuesta final?. Nada menos que nuestro hipotálamo, una región en la base del cerebro, formada por centros reguladores de funciones tales como: el hambre, el sueño, la actividad sexual y la sed entre muchas otras.

Cada día una persona elimina líquidos y electrolitos a través de la transpiración, la orina y la respiración. Así que nuestro organismo necesita reponer a diario el mismo volumen perdido a través de los alimentos y la ingesta de agua.

El consumo promedio recomendado es de 40/50 ml por kilogramo al día y 20 ml más para niños menores de 10 años. Algunos pediatras aconsejan no dar agua pura a bebés recién nacidos e iniciar el consumo después de los 6 meses, en relación con la lactancia.

Estas recomendaciones, por supuesto, deben tomarse con reserva, porque no hay absolutos al respecto.

La sensación de sed acompañada de sentido común son nuestros mejores parámetros individuales para decidir el consumo de agua cada día. Si practicamos deporte o nuestro trabajo requiere de actividad física la cantidad será mayor. Vivir en el Desierto del Gobi o en el Polo Norte marca una diferencia.

Después de comilonas abundantes en sal y condimentos sentiremos sed. La boca seca, es como el llamado de la selva, prestadle atención. El color de la orina en personas sanas puede ser un buen indicativo. Casi blanca, exceso de agua y los riñones están trabando a destajo. Demasiado oscura, lo opuesto, y los riñones también están en dificultades.

El consumo de agua si se padece enfermedad renal, diabetes o hipertensión deberá ser controlado con el apoyo de un facultativo. En situaciones de vómito, diarrea o fiebre hay una pérdida mayor de agua. Las personas de más edad tienden a beberla menos, por eso siempre será importante prestar atención al consumo de la misma para evitar que se deshidraten.

Café, té, bebidas azucaradas, vino o cerveza son para disfrutar con mesura. La sed y la deshidratación leve se arreglan bebiendo agua. Así que con la señora H2O como aquel refrán Ni tanto que queme al santo ni tanto que no lo alumbre.

Por Reyna Arenas

jueves, enero 28, 2010

Nutrientes para adelgazar o mantenerse en linea


Este mundo sufre problemas de excesos, exceso de peso, exceso de hambre, exceso de desigualdades, exceso de gordos, exceso de flacos. Exceso de excesos.

Resulta paradójico que haya mil millones muriéndose de hambre y otros tantos con exceso de peso. Llego a la conclusión de que todo es un problema de excesos, y creo que el principal es el consumismo voraz que nos ha llevado a tan terribles situaciones. ¿Qué se le va a hacer?


Ante el sobrepeso creo que lo más sensato sería hacer una dieta equilibrada, ejercicio y una actividad mental positiva. Estoy seguro que cualquier persona, descartando los que tienen problemas hormonales o genéticos, si evitara los excesos alimenticios y la mala comida, el sedentarismo y las actitudes derrotistas, recuperaría su peso normal - kilo arriba o kilo abajo - en un periodo razonable de tiempo. Digamos de 6 a 18 meses.

A continuación ofrezco algunos elementos nutricionales que están siendo utilizados con éxito en la “nutrición ortomolecular” para bajar de peso. Yo creo que con lo dicho arriba sería suficiente para bajar de peso. Pero si alguien quiere echar una mano para hacer más fácil y rápido el descenso estos nutrientes ayudarán por sí mismos. Los menciono y explico de forma breve y sucinta, su mecanismo de acción y características generales.

Carnitina.

La carnitina es un aminoácido (componente de las proteínas) cuya función es la incorporación de la grasa a las células para su utilización. Los deportistas la utilizan porque les da mayor energía al introducir grasa a la célula. La grasa es altamente energética, un gramo proporciona 9 calorías; si hacemos ejercicio y tomamos carnitina ayudaremos a nuestro organismo a introducir esta grasa a las células para su posterior utilización y por lo tanto su eliminación.

Picolinato de cromo.


El cromo es un oligoelemento que contribuye a aumentar la sensibilidad de los tejidos a la insulina, con lo que los niveles de azúcar en sangre se regulan. Se ha visto, y se ha comprobado científicamente, que acelera la degradación de las grasas, ayuda a definir músculos y controla nuestro apetito al actuar sobre la insulina y por lo tanto sobre los niveles de azúcar en sangre.

Fibra.

La fibra, además de sus beneficios intestinales –es un excelente laxante- ayuda a bajar de peso porque, al ser altamente higroscópica –gran capacidad de absorción de agua- forma una sustancia gelatinosa en el intestino. Esta sustancia es capaz de “secuestrar” y arrastrar las grasas evitando su absorción, y siendo desechadas a la hora de evacuar. Eso sí, no todas las fibras actúan de igual manera, las que mejores efectos han demostrado son las de digestibilidad media.

Rosa de Jamaica.

La rosa de jamaica (hibiscus sabdariffa) es una flor roja con la que se hace una deliciosa agua refrescante de jamaica. Se ha visto que esta flor tiene múltiples propiedades, entre las que destaca la reducción de peso. Esto se debe en parte a sus propiedades diuréticas.

¿Dónde obtener estos nutrientes?

De manera natural podemos obtener la carnitina y el picolinato de cromo en alimentos de origen animal como las carnes, pescados, leche y huevos. La fibra, en cambio, está presente en frutas y verduras, sobre todo en la cáscara. Comamos la manzana sin pelar y tomemos el zumo de naranja o pomelo sin colar. Si podemos evitar quitar la piel de frutas y verduras, cuando sea posible, hagámoslo.


Pero no os preocupéis ni compliquéis la vida. Existen complementos nutricionales, sobre todo aquellos llamados "Fat burners" –quemadores de grasa- que contienen picolinato de cromo y carnitina entre otros componentes. La fibra se puede obtener ya de forma directa en polvo que se diluye en agua y se toma de forma directa. Una de las mejores fibras es el Psyllium Plantago, conocido así por farmacéuticos y herbolarios, que no tendrán ningún problema para encontrar. Incluso la flor de jamaica la encuentran ya encapsulada, porque hacer agua de jamaica a diario es un rollo.


Existen muchos más nutrientes que nos ayudan a controlar o a reducir nuestro peso. Iremos hablando en futuros post de ellos. Si tenéis alguno específico en mente hacédnoslo saber. Muchas gracias.

Por Carlos Gutiérrez

viernes, enero 08, 2010

Un sacerdote gana 1.6 millones de dólares por probar la existencia de Dios




Los primeros en recibir este premio fueron Teresa de Calcuta, en 1973, el Rev. Billy Graham, el escritor Alexander Solzhenitsyn, Dr. Bill Bright, entre otros.
 
 El sacerdote polaco Michael Heller, de 73 años, obtuvo el Templeton Prize por un trabajo que prueba, mediante el uso de herramientas matemáticas y cosmológicas, pruebas indirectas de la existencia de Dios. El premio es entregado por Templeton Prize (www.templetonprize.org), que otorga 1.600.000 dólares, premio jamás concedido a un individuo, pero fue otorgado a Heller el cual fue capaz de ofrecer pruebas de la existencia de Dios utilizando las matemáticas y la cosmología.


Heller, es profesor en Filosofía de la Universidad Pontificia de Cracovia, filósofo, físico, astrónomo y teólogo. Esta es la mayor contribución importante en el área de la religión que ofrece pruebas irrefutables de la existencia de Dios.

John Templeton Fundation, otorga el premio que pretende incentivar los avances en torno a las grandes cuestiones de la ciencia, la filosofía y la religión; sin embargo el premio ha recibido muchas críticas por vincular la religión y la ciencia, tema que gran parte del mundo científico considera imposible y desfasado.

Heller en su explicación matemática apoya su trabajo: “Dado que las leyes dinámicas se expresan en forma de ecuaciones, si nos preguntamos sobre la causa del Universo deberíamos preguntar sobre la causa de las leyes matemáticas. La raíz de todas las causas: el Gran Diseño de Dios”.

El análisis de Heller se basa en preguntas fundamentales como ¿Necesita el universo tener una causa? El sacerdote considera que se trata de un “esfuerzo colectivo de la mente humana para leer la mente de Dios desde las preguntas sobre las que nosotros y el mundo parecemos estar hechos”. Algunos consideran a Heller como el iniciador de la teología de la ciencia.

Este artículo está bajo una licencia de Creative Commons.
Publicado el Jueves 7 dAmerica/Santiago Enero, 2010 en la categoría Ciencia y Tecnología.
NoticiaCristiana.com).

miércoles, diciembre 30, 2009

¿Por qué uvas? ¿Por qué 12?


¿Por qué se toman uvas el día de Nochevieja al son de las campanadas de medianoche?

Todos los años la misma historia. La misma imagen. Cuando se acercan las doce de la noche del 31 de diciembre, la familia al completo se agolpa alrededor de la televisión, expectante, nerviosa, armada con 12 uvas y dispuesta, este año sí, a comérselas todas. Pero, ¿por qué se toman uvas el día de Nochevieja al son de las campanadas de medianoche? ¿Por qué 12? Toda tradición tiene una explicación y ésta, en concreto, al menos cuenta con dos.

La más extendida asegura que el hecho de tomar uvas el día de Nochevieja se remonta a 1909, año en el que los agricultores españoles se encontraron con un excedente de cosecha considerable. Para darle salida decidieron propagar la leyenda de que comer este fruto daba buena suerte y, desde entonces, todo aquel que quiera entrar en el próximo año con buen pie debe cumplir con el ritual.

La otra historia data de finales del siglo XIX. Un grupo de ciudadanos, molestos por la decisión del alcalde de Madrid, José Abascal, de cobrar a todos aquellos que quisiesen salir a recibir a los Reyes Magos provocó que el pueblo se quedase sin la callejera fiesta y buscase una alternativa. La encontraron el día de Nochevieja, congregándose en la Puerta del Sol para comer uvas con la intención, dicen, de ridiculizar a los nobles que en tan señalada noche del año ingerían uvas y bebían champán amansalva. La pataleta de un grupo de madrileños cuajó y poco a poco se fue extendiendo por toda la geografía española. Esta histórica narración explicaría también el porqué las campanadas se retransmiten desde Madrid (aunque en los últimos años algunas cadenas de televisión han optado por otros lugares).

En cuanto a la razón por la que se come una docena de uvas y no más o menos, tampoco hay consenso. Unos dicen que simbolizanlos meses del año y otros, más prosaicos, que es una por cada campanada, sin más. El caso es que cada 31 de diciembre la estampa se repite, aunque en los últimos años la tradición ha perdido parte de su malvado encanto. Las uvas ya no son lo que eran. Peladas y sin pepitas es mucho más sencillo cumplir con el ritual. Eso sí, que nadie se olvide de pedir un deseo por cada una y, por favor, no confundáis los cuartos con las campanadas.

¿Cuál de las explicaciones te parece más seria? ¿Has escuchado alguna vez otra?