miércoles, diciembre 23, 2009

El Nacimiento de Jesús de Nazareth


Monseñor Romero


Fecha del nacimiento,
Aunque parezca contradictorio Jesús no nacio en el año 1 de la era cristiana, sino aproximadamente en el año 4 antes de Cristo. Nuestro Señor nació antes de la muerte de Herodes, que ha sido comprobado, se puede decir, una certeza absoluta, ya que poco antes de la Pascua del año 750 AUC, lo que corresponde a aproximadamente el 12 de abril del año 4 antes de Cristo. Más concretamente, poco antes de la muerte de Herodes hubo un eclipse lunar, que, según se determinó astronómicamente, se produjo en la noche del 12 al 13 de marzo del año 4 antes de Cristo. Por lo tanto, la muerte de Herodes debe haber tenido lugar entre el 12 de marzo y el 12 de abril, o, por ejemplo, sobre el final de marzo.

Una vez más, el Evangelio - la historia requiere un intervalo de, al menos, siete u ocho semanas antes de esa fecha para el nacimiento de Cristo (tenemos que insertar la purificación de la Virgen, a la mayor brevedad, seis semanas después del nacimiento, la visita de los Reyes Magos, y el asesinato de los niños en Belén, y, en todo caso, algunos días más antes de la muerte de Herodes). Por lo tanto, el nacimiento de Cristo no pudo haber ocurrido, posiblemente, después del comienzo del 4 de febrero antes de Cristo, y lo más probable varias semanas antes
La situación politica, el imperio romano dominaba el mundo conocido, el centro y el sur de europ, el norte de africa y asia menor. Los romanos permitian la libertad de religión
Palestina en tiempos de Jesús
Palestina, la tierra donde nació Jesús, era en esa época, una provincia del Imperio Romano. Tras la conquista que fue iniciada por el general Pompeyo en el año 63 a.C. y culminó con la toma de Jerusalén por Tito en el año 70 d.C.. Palestina quedó dividida en siete administraciones: Idumea, Samaria, Judea, Galilea, Traconítida, Decápolis y Perea.
El dominio de Palestina por los Romanos supuso para los palestinos el contraer obligaciones y obtener ciertos beneficios.
Obligaciones:
Esaban obligados a pagar dos tipos de impuestos a Roma:
Impuestos directos, que consistían en pagar una cantidad de dinero en función de las propiedades que poseían.
Impuestos indirectos, o porcentajes que debían pagar por las compras o ventas que efectuaban.
Los palestinos no podían aplicar sentencias de muerte sin el permiso de Roma, aunque sí podían celebrar juicios.
Beneficios:
Los palestinos se beneficiaban de la red de vías de comunicación que Roma construyó.
Podían utilizar el sistema de correos que la organización administrativa de Roma creó.
Podían utilizar las numerosas obras públicas construidas por los romanos: acueductos, teatros, fuentes,, las cuales mejoraban las condiciones de vida de los palestinos.
Los romanos respetaban la religión judía, sus leyes e instituciones. Les permitían celebrar el sábado (día sagrado) quedar exentos del servicio militar y celebrar juicios civiles y religiosos.
En la administración política de Palestina en tiempos de Jesús, vamos a destacar tres figuras o instituciones relacionadas, de una o de otra forma, con la vida de Jesús: Herodes I el Grande y sus sucesores; el gobernador romano Poncio Pilato y el Sanedrín. Y el emperador de Roma cuando nació Jesús era Octavio Cesar Augusto. Los palestino respondían por medio de ataques armados a los romanos dirigidos por los celotes.
En el periodo de nacimiento de Jesús, Palestina era gobernado por un rey sanguinario impuesto por el imperio romano Herodes el Grande (37-4 a.C.) comenzó un tiempo de relativa calma. La represión brutal de la política de Herodes impedía cualquier manifestación popular. Herodes reaccionaba con mucha violencia ante cualquier movimiento popular, incluso quemando vivas a las personas. Jesús nace al final del gobierno de Herodes. La fecha del nacimiento de Jesús la calculó el monje Dionisio el Pequeño en el siglo VI. Sin embargo se equivocó por un pequeño margen de 5 o 6 años. Fue porque tomó como número exacto el número aproximado de Lc 3,23 que dice: “Jesús tenía más o menos 30 años”. De hecho, Jesús nació 5 ó 6 años antes de la fecha calculada por el monje.
Jesús nace en la ciudad de Belen o Bethelem, a donde tuvieron que viajar José y María, ya que José era de Belén, Y por orden imperial debían viajar a su ciudad de origen para participar en el censo.
Jesús, Dios encarnado, nació y fue envuelto en pañales, reclinado en un pesebre, pobre como el más pobre de los pobres. Ni el más pobre ha nacido en una gruta, sobre zacate porque no hubo para él ni si quiera un lecho donde su pobre madre lo diera a luz. Cristo, el más pobre, envuelto en pañales, es la imagen de un Dios que se anonada. Lo que la teología llama la kenosis: el Dios que se vacía de toda su gloria para aparecer esclavo y dejarse luego crucificar y ser sepultado como un malhechor.
Este descenso de Dios tiene un gran significado
No busquemos a Cristo entre las opulencias del mundo, entre las idolatrías de la riqueza, entre los afanes del poder, entre las intrigas de los grandes.
Allí no está Dios. Busquemos a Dios con la señal de los ángeles: reclinado en un pesebre, envuelto en los pobres pañales que le pudo hacer una humilde campesina de Nazaret, unas mantillitas pobres y un poco de zacate como descanso del Dios que se ha hecho hombre, del Rey de los siglos que se hace accesible a los hombres como un pobrecito niño.
Era hora de mirar hoy al Niño Jesús no en las imágenes bonitas de nuestros pesebres, había que buscarlo entre los niños desnutridos que se han acostado esta noche sin tener que comer. Entre los pobrecitos vendedores de periódicos que dormirán arropados de diarios allá en los portales. Entre el pobrecito lustrador que tal vez se ha ganado lo necesario para llevar un regalito a su mamá, o quien sabe del vendedor de periódico que no logró vender los periódicos y recibirá una tremenda reprimenda. ¡Qué triste es la historia de nuestros niños! Todo eso lo asume Jesús en navidad.
O al joven campesino, obrero, el que no tiene trabajo, el que sufre la enfermedad en esta noche. No todo es alegría, hay mucho sufrimiento, hay muchos hogares destrozados, hay mucho dolor, hay mucha pobreza.
El Dios de los pobres ha asumido todo eso y le está enseñando al dolor humano el valor redentor, el valor que tiene para redimir al mundo la pobreza, el sufrimiento, la cruz. No hay redención sin cruz.
Pero ésto no quiere decir un pasivismo de nuestros pobres, a los que hemos mal adoctrinado cuando les decimos: "Es voluntad de Dios que tu seas pobre, marginado y no tienes más esperanza". ¡Eso no! Dios no quiere esa injusticia social; pero, sí, una vez que existe se dá como un tremendo pecado de los opresores, y la violencia más grande está en ellos que privan de felicidad a tanto ser humano y que están matando de hambre a tanto desnutrido. Dios reclama justicia pero le está diciendo al pobre como Cristo al oprimido, cargando con su cruz: salvarás al mundo si le das a tu dolor no un conformismo que Dios no quiere, sino una inquietud de salvación si mueres en tu pobreza suspirando por tiempos mejores haciendo de tu vida una oración y acuerpando todo aquello que trata de liberar al pueblo de esta situación.
En María podemos ver una gran mujer, que supo soportar la huida y el destierro, la marginación, la pobreza, la opresión, María la hija de un pueblo dominado por el Imperio Romano que ve morir en la cruz injustamente a su Hijo prisionero y torturado. Ese hijo que es el Dios encarnado y que dio su vida para la promoción de la liberación del pecado.
Sin navidad no hubiese sacrificio, sin sacrificio no hubiese resurrección y sin resurrección no hubiese libertad del pecado.

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