miércoles, septiembre 23, 2009

EL sindrome de Peter Pan en los Cristianos



Por Romeo Guevara

La mayoría de nosotros probablemente recordamos la historia de Peter Pan, un chico que rechazó el hecho de crecer. Deseando escapar de las responsabilidades de la adultez, determinó permanecer eternamente joven para poder cuidar libremente la tierra de nunca jamás. Hay algo atractivo acerca de este enfoque divertido de la vida. Nos ofrece el gozo de la niñez y la adolescencia sin la responsabilidad de la adultez. Y aquellos que abrazan este idealístico estilo de vida llegan a ser como Peter Pan un jovencito capturado en el medio de o en el abismo entre el hombre que no quiso ser hombre y el chico que se extendió en su niñez. Alguien dijo que los niños que siguen los pasos de Peter Pan eventualmente experimentan serios problemas sicológicos que los llevan al mal ajuste social. Muchos de ellos son emocionalmente lisiados e ineptos en las relaciones interpersonales, tienen sentimientos de aislamiento y fallan grandemente con una sociedad que es poca paciente con adultos que actúan como niños. Pero esta gente no ve razón por lo cual ellos deberían sentirse mal. Viendo sus problemas como temporales, hacen su mejor esfuerzo para olvidarse de ellos. Sin necesidad de decirlo, esto empeora cada vez más su situación. Ahora bien, espiritualmente hablando hay muchas personas que se convierten en niños de Dios pero nunca en adultos. Aún ellos pueden estar en sus 20 o más viejos pero permanecen como unos adolescentes espirituales. La Biblia da varios ejemplos de cristianos adolescentes atrapados en cuerpos adultos. Vamos a considerar tres de estas figuras en orden para un mejor discernimiento de nuestra etapa espiritual de crecimiento y aprender como podemos guardarnos en contra de una adolescencia espiritual permanente.
I. En primer lugar veamos LAS CARACTERISTICAS INNEGABLES DE LOS ADULTOS-ADOLESCENTES. Hay por lo menos 3 rasgos que identifican a los adultos-adolescentes. A. Inestabilidad cuando las cosas se ponen difíciles. Los adolescentes como adultos no tienen poder de permanencia durante los tiempos de dificultad. Cuando el camino por el que están viajando se hace áspero, ellos giran y se salen por una encrucijada menos demandante y dolorosa. Y si el nuevo camino llega a ser no placentero, continúan en otro camino. En pocas palabras son muy inestables para obedecer “sobre un período largo de tiempo y una sola dirección.
B. Irresponsabilidad cuando el mundo se vuelve atractivo. Los adolescentes-adultos frecuentemente pueden resistir las seducciones blandas. Pero cuando son enfrentados con unas grandes tentaciones al pecado, ellos a menudo sucumben sin mucha pelea. C. Insensibilidad cuando la voluntad es desafiada. Los adultos-adolescentes son usualmente obstinados a los consejos de otros y son incapaces de dar o ceder sus derechos por el bien de aquellos que los rodean. Ahora me gustaría pasar a los ejemplos bíblicos para ilustrar los conceptos arriba vertidos. II. En segundo lugar EJEMPLOS DE ADULTOS-ADOLESCENTES EN LA BIBLIA. Las características del adolescente de inestabilidad, irresponsabilidad e insensibilidad son ejemplificadas por tres creyentes del Nuevo Testamento, a saber, Juan Marcos, Démas y Diótrefes. Consideraremos lo que la Biblia dice acerca de la inmadurez espiritual de estos hombres. A. Juan Marcos: El hombre que huyó cuando las cosas se pusieron serias. Anterior al primer viaje misionero de Pablo, Bernabé y Pablo dejaron Jerusalén y fueron a Antioquia, tomando con ellos a un joven cristiano llamado Juan Marcos (Hechos 12:25-13:3), porque Juan Marcos era inestables.
1. Somos inestables: por las falsas expectativas. Podemos imaginar que esto era ni más ni menos que un gran honor de Juan Marcos. Después de todo, estaba viajando con dos de los más conocidos y altamente respetados cristianos de sus días. El probablemente pensó todo acerca de lo que podría aprender de sus compañeros y quizás aún soñar que el podría ser parte de la evangelización de todo el mundo conocido. El idealismo de Juan Marcos debió florecer cuando navegaron con Pablo y Bernabé en el puerto de Salamina, una hermosa ciudad que había tenido una inmensa población judía. En medio de esta maravillosa vista de esta ciudad, el ayudó a Pablo y Bernabé a “proclamar la Palabra de Dios “(Hechos 13:5). Esta hermosa experiencia pudo haber causado a Juan Marcos la impresión de que el trabajo misionero sería siempre placentero y que involucraba poca pelea y poco esfuerzo.
2. Somos inestables porque no consideramos el precio de la vida cristiana. Como sea, el aprendió rápido que esto no es normal, sino la excepción. Desde Salamina los tres misioneros viajaron a Pafos, donde encontraron un mago hostil llamado Elimas (v.8). Juan Marcos fue testigo de la confrontación de Pablo con el mago y vio como “una inmensa tiniebla vino sobre Elymas, causándole a él no poder encontrar la luz y ser guiado por la mano de otros. Este encuentro (v.11) debe haber llevado a Juan Marcos pensar que postura idealista del ministerio cristiano era totalmente falsa. Eventualmente Pablo y Bernabé y Juan Marcos dejaron Pafos y navegaron a Perga en Panfilia una ciudad muy difícil. 3. Somos inestables cuando vemos complicaciones. Panfilia era una ruda e inhóspita región costera, montañosa en Asia Menor (13ª) En algún momento después de su llegada Juan Marcos los “abandonó” y regresó a Jerusalén (13b). Se fue en retirada. La Biblia no dice porque se retiró. En fin estos eventos resultaron en la pérdida del coraje, confianza y optimismo, resultando en abandono de sus compañeros. Cualquiera que fuera la causa, conocemos que causó en Pablo gran tristeza e incomodidad su retiro. Podemos ver que el se rehusó volver a viajar con él (Hech. 15:36-40). En este punto de su vida Juan fue incapaz de luchar con los rigores y retos del ministerio. El inmediatamente reveló ser un adolescente en cuerpo de adulto.
Al pensar en Juan Marcos y sus características, no puedo dejar de pensar en los miles de creyentes en El Salvador que asisten a nuestras iglesias, y que son tan inestables como Juan Marcos. Hace algún tiempo intenté formar una nueva congregación que resultó en un tremendo fracaso (por lo menos así lo veo yo quizás Dios no), la gente que asistía, era tremendamente inestable, no se podía hacer mayor cosa, porque no había nada que poner a trabajar. Era frustrante el reunirme domingo a domingo y ver como a veces asistían otra vez no, y un montón de características parecidas a las de Juan Marcos. Al final decidí no continuar con el proyecto. Y así como mi experiencia muchas iglesias tienen este tipo de personas que se echan para atrás cuando ven que el ministerio es exigente y demandante.
Ahora veamos el segundo ejemplo: B. Démas: Un hombre irresponsable que amó el mundo. Conocemos de Colosenses 4:14 y Filemón 23-24 que Demas fue un cristiano y colaborador de Lucas y Pablo. Siendo así, aprendemos en 2 Timoteo que cuando Pablo fue encarcelado, Demas desertó de él. (2 Tim. 4:10 Cf. 1:18, 16-17). Dice que el abandonó a Pablo “porque amó el presente mundo”. El verbo “abandonó” implica bajar la guardia, quedarse rezagado, abandonarse. Lejos de mantener su atención en Cristo y sus recompensas celestiales (v.8), Demas sucumbió a la luz y lujo del confort y los tesoros terrenales. ¿Cuáles son los síntomas o quizás el proceso de una persona que se está alejando de Dios y amando más el mundo? 1. Bajar la guardia, el uso de “abandonó” implica esto. ¿En donde bajamos la guardia? Al dejar de estudiar la palabra, al dejar de orar, y el exponernos a situaciones comprometedoras que nos debilitaran nuestras defensas espirituales.
2. Abandonamos nuestros compañeros de fe. La expresión “me ha desamparado” implica que lo abandonó a él y lo dejó en apuros. La separación no sólo era local, sino espiritual también. Demas había dejado a Pablo en serios problemas. 3. Ponemos la vista en lo terrenal. La expresión “amando” es un participio aoristo del verbo “agapao”. El participio indica una calidad de acción, el aoristo una acción terminada y el uso del verbo agapao implica una decisión voluntaria pero profunda. En pocas palabras la expresión denota que la decisión de Demas fue fuerte, intencionada y escandalosa, pero que fue una decisión de su propia voluntad alejarse de Cristo y decidir amar al mundo. No fue forzoso sino fue intencionada y voluntaria. De alguna manera le había atraído el presente siglo en el que vivía y ya no quería seguir el evangelio. Es decir Las palabras de Pablo, “amando (agapeµsas) este mundo”, sugieren que fue algún interés personal, y no un acto de cobardía, lo que llevó a Demas a Tesalónica: quizás era de allí. “Amando este mundo” es una expresión triste ya que fue verdaderamente vil que este hombre trocara el amor de Cristo por el amor del mundo. Y sin embargo, no debemos suponer que él del todo haya negado a Cristo, o que se haya entregado a la impiedad y a las atracciones del mundo; sencillamente prefirió sus propias conveniencias, o su seguridad personal a la de Pablo. Demás no podía haber auxiliado a Pablo sin muchas molestias y vejaciones, además del inminente riesgo de su vida; estaba expuesto a muchos reproches, y debe de haber soportado muchos insultos, aparte de verse obligado a dejar a un lado sus propios asuntos; y, por consiguiente, dominado por su aversión a la cruz, resolvió atender a sus propios intereses. Tampoco es de dudarse que él haya disfrutado de una buena posición en el mundo. Y que fue uno de los hombres más importantes puede conjeturarse por el hecho de que Pablo lo menciona entre un número reducido de personas (Col. 4:14), y también en la Epístola a Filemón (v. 24), donde igualmente ocupa un puesto entre los ayudantes de Pablo; por consiguiente, no tenemos por qué extrañarnos de que Pablo lo critique tan duramente en esta ocasión, por preocuparse más de sí mismo que de Cristo. Lo que es evidente es que retrocedió en sus convicciones. Recuerdo a un amigo mío, por cierto era cantante de una agrupación muy popular y famosa de El Salvador. El llegó al evangelio y lo vi progresar en la iglesia, luego su hijo menor, fue diagnosticado con un tumor cerebral, y murió. Después de esta situación mi amigo retrocedió y “volvió al mundo”. No pudo soportar la prueba de la muerte de su hijo. Lo comprendo, no lo justifico, pero lo comprendo. Quizás la presión de Demas fue tanta que ya no pudo sostenerse. Si Demas fue irresponsable, y amó el mundo. Cuantos de los creyentes en El Salvador son como Demas, que se han alejado del Señor porque aman más el mundo. Me imagino que son muchísimos. C. Diótrefes: Un hombre insensible. En 3 de Juan leemos de un individuo que fue autonombrado líder en su iglesia. El deseó estar a cargo y tener en cada seguidor un esclavo. El quería que su palabra fuera el único consejo de esa iglesia. Juan lo llega a describir, como alguien que gusta de la atención, de ser prepotente, ser parloteador, ser exclusivo y ser un dictador. Juan usa en el griego una palabra que resume todo lo que este hombre es y cuál es su doctrina. La palabra es “que le gusta tener el primer lugar”, la expresión en griego es “filoproteu” y el sustantivo es “filoprimatosis” y la traduce como amar ser preeminente (filos, amador), luchar por ser el primero, codiciar tener el primer lugar. La filoprimatosis es un síntoma de un adolescente en cuerpo de adulto. Esta conducta es muy dañina en el pueblo de Dios. Por casi unos cinco años compartí la vida cristiana con un joven empresario, que había reconciliado con Dios. Luego el dijo ser llamado al pastorado, y cuando salí por cinco años de ministerio a Guatemala, el se quedó con la iglesia que habíamos formado años atrás. Después del tiempo antes mencionado, regresé y le ayudé por un año más o menos en su iglesia. Desafortunadamente, este colega sufría un ataque crónico de filoprimatosis. Le encantaba ser el número uno, la iglesia giraba alrededor de su persona, le encantaba que lo admiraran, cada vez que pasaba la púlpito a pesar de su poca preparación y escasos conocimientos teológicos, era una disertación que giraba alrededor de lo que era él, de lo que le pasaba a él, de lo que creía él. Añádale que su familia y sobre todo su madre, que lo había consentido hasta estas alturas todavía, lo ensalzaban y lo ponían como el centro de atención de la iglesia. Este es un caso típico de un adolescente en cuerpo de adulto. Al final me cansé de tanto show y abandoné la iglesia. Eso hace unos dos años, y por lo que he oído continúa con las mismas características. Y el es solo una muestra de lo que la enfermedad está regada por todo la iglesia. Hay miles de Diótrefes que se enseñorean de la iglesia, diciendo que nadie más puede ministrar a la gente solamente ellos.
Cuál es entonces la cura para los adolescentes en cuerpo de adultos? Bueno todos los cristianos debemos pasar a través de la adolescencia, pero debemos pasar de esa etapa. Deberíamos guardarnos en contra del síndrome de Peter Pan, poniendo a funcionar tres principios prácticos en nuestra vida.
1. Cuando luche con la inestabilidad realice actos de fe, tome decisiones de acercarse a Dios más que nunca, a su iglesia y a sus compañeros de milicia. 2. Cuando sea tentado por la irresponsabilidad, piense en las consecuencias de la carnalidad. 3. Cuando sienta deseo de manipular, dominar recuerde que el único Señor de la iglesia es Jesucristo y a él le pertenece la iglesia, porque el pagó por ella con su sangre.

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