lunes, abril 27, 2009

De ese libro que me apasìona y escandaliza



Ignacio Simal, España

“¿No ardía nuestro corazón,mientras nos hablaba en el camino..?”
(Luc. 24:32)
Sí, no se equivoca mi lector. Me refiero a la Biblia. Ese Libro, o esa colección de escritos, que nos facilita, de una forma singular, el encuentro personal e intransferible con el Dios que se manifestó en la vida y en los hechos del profeta de Nazaret. Ese Libro que nos ayuda a orar, que pone palabras en nuestra lengua en momentos en los que ellas nos faltan y que nos sirve de paño de lágrimas cuando éstas afloran a través de nuestros ojos me apasiona y me escandaliza al mismo tiempo.

Fue ese Libro -más exactamente el Evangelio según Mateo- el que me decidió por el seguimiento de Jesús. La Biblia, ese texto que reorientó y dio un sentido nuevo a mi existencia. Dicho en pocas palabras, las Escrituras me apasionaron y me siguen apasionando.
Sí, la Biblia, me apasiona. Pero también he de volver a confesar que, al mismo tiempo, me escandaliza. Y en el escándalo que ocasiona a mi espíritu me conduce a su comprensión, a entender su naturaleza y a la madurez como ser humano.
Me escandaliza cuando leo textos como aquel que afirma la dicha de aquel que coja a los niños y niñas babilonios y los estampe contra una roca (Sal. 139:9). O ese otro que desea para los enemigos que sus vidas sean cortas, que sus hijos queden huérfanos, anden mendigando y que no haya nadie que sienta compasión por ellos (Sal. 109). Podría citar muchos textos más, pero es del todo innecesario. Textos como les que acabo de citar, reitero, me escandalizan, me duelen, sí.
Sin embargo, y al mismo tiempo, esos mismos textos nos introducen en la comprensión de la pasta que da cuerpo a la Biblia y a los seres humanos. Una pasta donde se mezcla el rostro mas brutal de la naturaleza humana con las mas altas cotas que podemos alcanzar las personas (somos portadores de la imagen de Dios). Una pasta donde el carácter humano de esas mismas Escrituras se mezcla con el singular encuentro con Dios que esa colección de escritos posibilita a todo aquel que se dedica con avidez a su estudio. A través de textos dulces y amargos nos colocamos ante el Misterio de Dios.

La Biblia ese texto que surge de la pasión de Dios y de las pasiones de la raza humana nos conduce a Jesús de Nazaret y, por ende, a la madurez. Una madurez que asume todos los textos, todas las teologías que de ellos surgen, y que no nos obliga a hacer lecturas interesadas, sesgadas, parciales y disonantes con la totalidad del texto bíblico. Madurez que nos conduce a hablar con Dios, a entender -limitadamente- a Dios y a comprender que Dios no se ha hecho Letra, sino carne, vida, camino y esperanza en el Mesías Jesús.

Hace unas semanas celebrábamos la resurrección de Cristo, y hoy celebramos, como cada día de nuestra vida, que ese mismo Cristo se manifiesta todos los días a través de esa misteriosa combinación de palabra humana y Palabra Divina que son las Escrituras.

Ese Libro, decía, me apasiona y me escandaliza. En este momento, si mi lector me lo permite, me quedo con el apasionamiento por esos textos. Ya que ellos se convierten en el tabernáculo donde Dios se manifiesta y se da a conocer a los seres humanos. Ese Dios merece ser seguido pues nos conduce hacia un horizonte en el que podemos vislumbrar la fraternidad universal, el reino que anuncio Jesús de Nazaret.

Ese Dios que transciende la Letra, y todas las letras, merece ser amado y seguido pues se ha hecho nuestro hermano y amigo en el Mesías Jesús.
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Ignacio Simal es director/presidente de Ateneo Teológico - Lupa Protestante y pastor de la Iglesia Evangélica Betel (Iglesia Evangélica Española)

TIRAR LOS ODRES VIEJOS


tampoco se echa vino nuevo en odres viejos. De hacerlo así, sereventarán los odres, se derramará el vino y los odres se arruinarán. Másbien, el vino nuevo se echa en odres nuevos, y así ambos se conservan”.Mateo 9:17

Alguna vez la piel de los animales se curó para hacer contenedores para vino. Las pieles se adaptan fácilmente y son flexibles para trabajar con ellas. Pero con el tiempo se hacen duras y pierden su capacidad de expandirse. Jesús les advirtió que el nuevo vino no se debería desperdiciar en los odres viejos. De manera similar, si nuestra mente se fosiliza no sepuede abrir a las ideas frescas de Dios. Nuestras situaciones no necesariamente cambian a menos que estemos preparados para cambiar nuestramanera de pensar.

En Isaías 43:18-19 nos acuerda de no “recordar cosas de antaño”, porque Dios está haciendo cosas sorprendentemente nuevas con nosotros. Si queremos que Dios agrande la percepción de nuestras organizaciones, entonces necesitamos crear espacio para que eso suceda. No debemos permanecer en la mediocridad.Aunque nuestras ambiciones puedan ser demasiado grandes, es solamente paraque podamos crecer dentro de ellas.

De la misma manera que Mark Twain dijo alguna vez, necesitamos “Navegar lejos del puerto seguro. Atrapar el viento”.

Necesitamos estar a la altura y permitir a Dios que nos llene con el “vino nuevo”, pero solamente ¡después de que hayamos tirado los viejos odres!
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Fuente: The Word for Today [La Palabra del Día], UCB, PO Box 255,Stoke-on-Trent, ST4 8YY, Inglaterra

martes, abril 21, 2009

Invitaciòn A Puertas Abìetas


Y vosotros, maridos, igualmente, convivid de manera comprensiva con vuestras mujeres, como con un vaso más frágil, puesto que es mujer, dándole honor como a coheredera de la gracia de la vida (1 Peter 3:7)
Dándole Honor – La palabra para “dar” es aponemontes. Significa “asignar, otorgar o conceder.” Todos estos términos son expresiones de reconocimiento de posición. No puedes dar honor a alguien que no estimas con la máxima consideración.
Adicionalmente, la idea bíblica de gdar honor tiene un giro interesante (¿no es siempre así?). ¿Cuál es el significado bíblico de dar honor? Bien, deberíamos notar que dar siempre comienza con Dios. No puedo dar lo que Dios no me ha dado ya porque Dios es el dueño de todo y la autoridad final. Así que dar honor a mi esposa comienza con la perspectiva de Dios, específicamente, que ella es la ´ezer.
Segundo, dar honor es la expresión de la exaltación reconocida. No quedamos a oscuras con esta. La palabra para “honor” es timen. Pedro utiliza esta palabra cuando describe la revelación final de nuestra fe en el regreso de Cristo. Obviamente, esta es una palabra de suma importancia.
No concedemos honor, ni asignamos honor a quienes consideramos inferiores. Claramente, Pedro no tiene noción de jerarquía inferior o superior. Las dos palabras juntas indican reconocimiento de la posición apropiada – una posición digna de honor. El esposo debe honrar deliberadamente a su esposa.
El rango pleno de timen incluye respeto, valor, dignidad y valor. En el contexto de la carta de Pedro, la imagen del Antiguo Testamento de honrar a Dios debe haber imperado en las mentes de los lectores. Adicionalmente, esta palabra les recordaría el mandamiento de “honrar a padre y madre”, una estipulación ética que conlleva peso tremendo en las culturas antiguas. Inmediatamente nos lleva la palabra hebra kaved¸ la raíz del quinto mandamiento.
La palabra imagen de kaved es la mano abierta ofrecida en la puerta o en el camino. Puedes imaginarte a alguien ofreciendo una mano de bienvenida mientras entras a su casa. La honra es una invitación a entrar. Cuando honramos a Dios, extendemos una invitación para que entre a nuestras vidas. Cuando honramos a nuestras esposas, las invitamos a entrar.
Permite que eso registre. No honras a tu esposa poniéndola en un pedestal, comprándole anillos de diamantes o enviándole flores a menos que estos actos lleguen con una invitación a que entre a tu vida. Honrarla es reconocer su lugar en tu mundo – un lugar donde tú le permites entrar en todo aspecto de quién eres. De hecho, la deshonras cuando avalas o mantienes una agenda, estatus o jerarquía que no los promueve a los dos como entidad única – una carne – ante el Creador.
Pedro sabía exactamente lo que decía. Y no tenía nada que ver con separar al hombre y la mujer en una relación artificial de superior e inferior. ¡La honra borra todo eso! La honra es una política de puerta abierta.
Ustedes esposos, ¿honran a sus esposas? ¿La has dejado entrar, de verdad?

Dr. Skip Moen.
http://www.atgodstable.com

Comer adelgaza


La palabra dieta, de acuerdo con la Real Academia de la Lengua Española, se define como “supresión de una parte o de la totalidad de los alimentos con fines terapéuticos o higiénicos”. Así empieza el problema: tan sólo con saber que debemos comer menos nuestra fuerza de voluntad y ánimo son desafiados y después, probablemente, derrotados.
Estamos hechos para comer y disfrutar al hacerlo. Si no, de qué manera lograríamos la diaria hazaña de despertar y empezar a decidir cuáles son las prioridades de nuestra faena para el resto del día. Ponerle mala cara a la comida no es lo más recomendable, no es la enemiga a vencer. Bien equilibrada será siempre nuestra mejor aliada.
Las personas mejor alimentadas parecen ser más felices. Ojo, mejor no significa exceso. Sólo tendremos que aplicar nuestro sentido común y sobretodo, honestidad cuando iniciemos un programa para perder peso o medidas. Estas variables deben ser cuantificadas con prudencia y basadas en metas reales y objetivas para no sentirnos defraudados.
Algo importante es saber diferenciar entre ansiedad por comer y la verdadera necesidad de alimentarse para dar energía a nuestro cuerpo. El alimento es nuestra “gasolina”, debemos comer a la misma hora, aunque no sintamos hambre. Habrá que ser disciplinados con los horarios y cantidades. Comer sano es una forma de vivir.
El doctor Barry Sears, creador de un régimen alimenticio llamado “La Zona”, ha demostrado de forma práctica y científica que a través de una alimentación equilibrada podemos controlar los niveles de glucosa-insulina en la sangre.
Lograr lo anterior nos mantendrá en un estado óptimo constante. Y con el mínimo esfuerzo, podremos reducir de peso de forma permanente al transformar la grasa almacenada en energía. Nos ayudará a prevenir enfermedades y a mejorar nuestro rendimiento físico y mental.
Las reglas básicas de este sistema alimenticio son:
1. Ingerir alimento en la primera hora después de despertar.
2. Tratar de comer cinco veces al día.
3. Nunca dejar pasar más de cinco horas sin comer.
4. Consumir más frutas y vegetales como fuentes de carbohidratos.
5. Beber un promedio de 2.5 litros de agua al día.
6. No existe culpa cuando se cometan errores al combinar un grupo de alimentos, siempre se podrá compensar en la siguiente comida.
Afirma que los beneficios metabólicos son casi inmediatos. Tendremos menos hambre, estaremos más alertas y con mayor energía desde el primer día. Considera que la pérdida de grasa empieza en siete días y aunque no baje rápidamente de peso, sí lo hará de medidas.
Sugiere varios menús y combinaciones bastante apetitosas. Antes de iniciar cualquier régimen lo más recomendable será consultar a un especialista. Y después ¡Duro con ella! ¡Buena suerte!

Por Reyna Arenas

lunes, abril 20, 2009

EL MÈTODO DE LOS RABINOS


Entonces decía: ¿A qué es semejante el reino de Dios y con qué lo compararé? (Luc 13:18)
Y Con Qué – Si alguna vez existió una frase que nos muestre que Jesús pensaba y hablaba como un rabino judío del primer siglo, ¡es esta! “Y con que lo compararé” es una frase particularmente común entre los rabinos.
El judaísmo rabínico desarrolló la forma literaria de las parábolas como ningún grupo lo había hecho antes. Esta frase introductoria se usaba una y otra vez en la enseñanza rabínica. Cuando Jesús usa estas palabras, El se anuncia como uno de los rabinos. Y, evidentemente, estas palabras eran familiares a todos los que las escucharon. Eran las mismas palabras introductorias que escuchaban cada vez que enseñaba un gran rabino.
De este hecho aprendemos dos lecciones muy importantes. Primero, simplemente no es posible comprender a Jesús desde la perspectiva griega. Si, los documentos del Nuevo Testamento son griegos. Si, los estudios de palabra de los documentos del Nuevo Testamento deben comenzar con griego. Si, la mayoría de los ministros y estudiantes de la Palabra de Dios enfatizan el griego. Pero el idioma de nuestro Señor no fue el griego. El era parte de la tradición rabínica. Caminaba con rabino. Reunía a sus discípulos como rabino. Si deseamos comprender lo que Jesús decía, debemos entrar en Su cultura y Su idioma.
Segundo, una vez que sabemos que Jesús era considerado parte de la tradición rabínica, podemos comprender porque se sorprendían tanto las personas con Sus enseñanzas. Se sorprendían porque lo que enseñaba era nuevo. El sí tuvo aportes importantes a la Palabra de Dios pero no era eso lo que los asombró.
Se asombraron porque, aunque enseñaba con rabino, El no tenía el pedigrí ni utilizaba la misma metodología que los rabinos. Cuando enseñaba el rabino, casi siempre citaba a un rabino anterior – a quién había sido su maestro. EL método era una forma oral de notas de pie de página y referencias. De hecho, la mayoría del tiempo, un rabino memorizaba el comentario de su maestro y lo repetía cada vez que enseñaba. Pero Jesús no hizo esto. Jesús llego sin el pedigrí esperado.
No señalo una larga línea de maestros. No citó a otros sabios. Enseñó “como uno con autoridad,” taquigrafía para decir que enseñó como si El mismo había sido el autor de los comentarios. Esto podrá parecernos perfectamente aceptable a nosotros, pero en el judaísmo del primer siglo, era insólito. Las personas se sorprendían porque El era original – y El enseñaba sobre la Palabra sagrada e inalterable d Dios.
Esto ya no nos parece sorprendente. Estamos tan acostumbrados al Jesús griego que no escuchamos las palabras del Yeshua hebreo. Quizás es una de las razones por la que lo malinterpretamos con tanta facilidad. Nos desbocamos en los comentarios del texto griego sin descubrir primero como era un judío del primer siglo. ¿Crees que gran parte de la controversia que tenemos los cristianos de hoy podría desaparecer si tan solo hiciéramos un poco de tarea cultural?

Dr. Skip Moen
http://www.atgodstable.com

LAS INSTRUCCIONES DEL MAESTRO


Video Audio
por el Hermano Pablo

Era el primer salto en paracaídas. Los ocho jóvenes australianos, todos ellos aprendices de paracaidismo, estaban entusiasmados. El avión que los llevaba volaba a mil quinientos metros de altura, y uno por uno los jóvenes fueron saltando. Todos habían estudiado con esmero. Pero a Alan Bannerman, de la ciudad de Sydney, no le fue bien. Su paracaídas se desplegó antes de tiempo y se enredó en la cola del avión. El joven quedó colgado de la cola en pleno vuelo.
El instructor de Alan comenzó a darle instrucciones: cómo quitarse el paracaídas enredado, cómo abrir el de repuesto, cómo aterrizar. Y siguiendo las instrucciones del profesor, y recordando las lecciones aprendidas en ocho horas de aprendizaje, el joven pudo salir de su amarradura y aterrizar sano y salvo.
¡Qué importante es saber cómo seguir las instrucciones del maestro! Es la única salvedad en cualquier problema que se presente, ya sea en el aprendizaje del paracaidismo o en el caminar de esta vida.
Son ciertamente muy pocos los que practican el paracaidismo, y sin embargo la vida entera es un gran salto. A diario confrontamos situaciones imprevistas. Cada nada tenemos que tomar decisiones de mayor o menor envergadura, y nos perdemos en el gran mare mágnum de perplejidades y desasosiegos que son parte de esta vida.
¿Qué podemos hacer cuando nuestro paracaídas no funciona, cuando nos estamos cayendo indefensos en forma vertiginosa? ¿Hay alguna solución para el alma confundida?, ¿para la vida en caos? Si no es nuestra paz del alma la que va en quiebra, es nuestra conducta, o nuestros negocios, o nuestro hogar o nuestra vida. Siempre hay algo que no anda bien, y a veces estas son situaciones muy severas. Nos estamos cayendo, y no hay salvación. ¿Qué podemos hacer?
Siempre podemos hacer las dos cosas que hizo Alan Bannerman, el paracaidista de Sydney: pedir sinceramente la ayuda divina, y luego seguir las instrucciones del Maestro.

Hay, para las luchas de la vida, un Dios que está atento a nuestro clamor. Según el salmista, ese «Dios es nuestro amparo y nuestra fortaleza, nuestra ayuda segura en momentos de angustia» (Salmo 46:1).
Y es su Hijo Jesucristo, el Maestro divino, quien nos da los pasos a seguir. «Vengan a mí todos ustedes que están cansados y agobiados —nos invita Cristo—, y yo les daré descanso. Carguen con mi yugo y aprendan de mí —nos instruye—, pues yo soy apacible y humilde de corazón, y encontrarán descanso para su alma. Porque mi yugo es suave —concluye— y mi carga es liviana» (Mateo 11:28-30).
Permitamos que Jesucristo sea nuestro Maestro y nuestro socorro.

viernes, abril 17, 2009

"QUE LA FUERZA TE ACOMPAÑE"


Los caballeros Jedi caminan entre nosotros y... son policías. Diez miembros de la Strathclyde Police, un cuerpo de la policía escocesa, se declaran seguidores de la Fuerza, es decir, militan en la venerable orden Jedi como Yoda, Obi-Wan Kenobi o Luke Skywalker.

Pero en lugar de vivir "hace mucho mucho tiempo en una Galaxia muy, muy lejana" estos seguidores de la orden de los caballeros Jedi han elegido Glasgow y sus calles para luchar contra el lado oscuro. Un lado oscuro que en este caso no cuenta con las infinitas tropas del Imperio ni con malvados lord Sith, sino con todos los maleantes y delincuentes que pueblan las calles de Escocia.
Según informa la BBC, desde la propia Strathclyde Police, el único cuerpo policial hasta ahora cuenta con miembros de la orden Jedi en sus filas, han admitido que ocho de sus agentes y dos de sus funcionarios civiles profesan esta peculiar "religión". Un portavoz de esta policía escocesa, que entre personal civil y agentes cuenta con unos 11.000 miembros, señaló que al hacer una encuesta entre sus agentes sobre diversos temas, como orientación sexual o sus creencias, "diez reconocieron que eran seguidores de la religión Jedi". Y lo hicieron de forma voluntaria ya que ninguno estaba obligado a responder a las preguntas.
LA CUARTA RELIGIÓN DEL PAÍS
Los datos que maneja la BBC apuntan que en 2001 unas 390.000 personas estaban inscritos en el censo de Inglaterra y Gales como seguidores de la religión Jedi, colocándola como la cuarta religión más extendida, y en Escocia hay registrados unos 14.000. Pero la Oficina Nacional de Estadística del Reino Unido no reconoce esta fe en la fuerza y la filosofía que se desprende de la saga de George Lucas como creencia o religión y los sitúa dentro del ateísmo.
A pesar de ello, el año pasado los hermanos Barney and Daniel Jones fundaron oficialmente la Iglesia británica del Jedi en la que ofrecieron sermones y oraciones a la Fuerza, evocaciones a su líder máximo, el gran maestro Yoda, y también impartieron entrenamientos sobre el uso del sable láser y técnicas de meditación. Ahora que sabemos que, al menos diez caballeros Jedi patrullan las calles a a sus vecinos escoceses solo les queda desearles aquello de "que la fuerza te acompañe".